sábado, 20 de septiembre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo cuatro, La primer prueba

Miro hacia atrás antes de meternos en las profundidades del bosque para observar la situación: Fuego camina al norte, Tierra va al oeste, Aire al este, por lo que nuestro grupo, Agua, va por el sur. Hago un recuento rápido de mi grupo y me sorprendo al ver que somos unos quince jóvenes, al separarnos parecemos muchos menos, incluso parece que siquiera la cantidad que pensaba el día de la presentación. Albert se pega topetazos con Edison, parecen muy contentos con todo ésto. Cuando diviso a mis amigos me acerco a ellos sin decir nada ya que los veo callados. - Uff, ya sal de tu cabeza y quédate cerca, Sebastián apenas dijo algo en todo el día. - Murmura Marco y me sorprende, debido a las charlas, que Astral y Sigmun no nos regañen: lo curioso es que apenas se fijan en nosotros, eso me parece muy extraño. Veo a Sebastián a los ojos, tiene ojeras profundas, jamás lo había visto de esa forma; no es de esos jóvenes cobardes, para nada, es muy inteligente, profundo y casi siempre divertido, pero hay algo de todo ésto que lo mantiene no solo nervioso si no aterrado. - ¿Que te sucede, Se? -. Le digo, curioso. - Nada, en serio. Lamento estar así tan... - ¿tan idiota? Vamos colega, no vamos a la guerra, solo van a ser pruebas, nadie saldrá lastimado. - Lo corta y prosigue Marco. Eso ultimo fue sensato, nada puede pasarnos así que no hay porque preocuparse.
 - Llegamos. -. Grita Astral a varios metros de distancia. - ¿Llegamos?- digo, porque no hay nada, solo sigue el bosque, estamos en el medio de él ¿a donde llegamos? -. ¿Alguno de ustedes a viajado en portales ya? -. Todos estamos callados, todo murmullo se desvaneció. Sabemos de la existencia de portales pero jamás hubiéramos imaginado pasar por uno: tengo entendido que los portales requieren de conjuros sumamente poderosos para ser creados, por lo que solo los hechiceros más duchos pueden lograrlos. Astral se acerca, y yo todavía sigo sin ver un portal. - Cada dúo de Hércules tuvimos la responsabilidad de crear y armar el escenario de las pruebas dependiendo nuestra primera ubicación. Sigmun y yo decidimos usar mi magia para ésto, y he aquí el portal. Una vez que completemos ésta fase pasaremos al Oeste, luego al Norte, y por ultimo al Este, lo que significa que nos moveremos en sentido de las agujas del reloj, al igual que los demás. No hay más que decir, es hora de actuar. - Mis músculos se tensan, y mi corazón parece salirme del pecho -. - Recordar, no perdonaré al cobarde. - Concluye Sigmun. Parece ser de pocas palabras, pero las que dice dan miedo y son concretas. Astral se mueve para darnos lugar y que pasemos. ''Solo caminen'', es la única petición. - ¿Quién pasará primero? -. Dice Astral calmadamente. - Yo. -. grita Marco. Era más que obvio. Se abre entre nosotros y corre derecho como una furía, claramente se lo está tomando muy en serio. Un segundo después desaparece. - Ahora todos, vamos, vamos, vamos mujercitas. - Escupe Sigmun. Estoy corriendo y mi corazón parece galopar, hace frío y mi chaleco no basta para solventarlo. En un abrir y cerrar de ojos estamos cayendo desde la sima de una montaña. No puedo gritar, siquiera, el viento entra por mi boca y me ahoga. sentimos el peso de la gravedad y como el piso se acerca. No puede ser ésto posible, ¿vamos a morir? ¿Astral calculo mal algo del portal o algo así? Cierro los ojos entre gritos.  El silencio. Aterrizamos en pastos cómodos, tan largos y suaves que amortiguaron la caída por completo. Veo como a varios metros un joven está vomitando, otro respira agitado, uno llora, y los demás estamos en shock. Sebastián sonríe, y estoy empezando a dudar de su salud mental. Marco, está parado a lo lejos en una colina pequeña, vitorea nuestra llegada. Está claro, No atravesamos un portal, si no, dos: uno al pasar y otro mientras caíamos. ¿Que se supone que probamos con ésto?. Los Hércules aparecen detrás de Marco, puedo observar como Sigmun aprieta su hombro y le dice algo que no logro oír, seguramente felicitaciones por su valentía. - ¡Por aquí! - dice Astral, y nos movemos torpemente pisando la vegetación. Cuando estamos en suelo firme solo viene una frase a mi mente ''Son solo pruebas''. - Bien, hora de pasar por el último portal y ahora sí, estar en el lugar donde se llevará a cabo las pruebas. -. Ahora que lo veo y pienso bien Astral es algo muy parecido a lo que quiero ser cuando crezca... cuando despierto de mi ensoñación todos empiezan a correr por donde dirige el dedo el Hércules hechicero. - ¿Ahora qué? ¿donde vamos a aparecer? ¿En un volcán en erupción? ¿debajo del agua? ¿bajo tierra? - Me grita Sebastián, con una sonrisa en su rostro. Parece que todo ésto le está cayendo bien, su bipolaridad es algo que estoy conociendo hoy. Miro a Astral sin dejar de correr y me está mirando, mi respiración se corta un momento ante su grandeza y desaparezco. Los gritos que escucho apenas lo atravieso me bloquean el pensamiento: ''¡No sigan!'', ''¡Cuidado!'', ''¡Van a caer!'', estamos en el acantilado de los caídos, al sur del bosque. - ¡Han caídos dos! ¡Hércules! ¡¿Dónde están?! -. ¿Marco? ¿donde está Marco? - ¡Marco! ¿donde estás? -. grito controlando mi volumen, y veo que no está. Edison está en el borde, lagrimea mirando hacia abajo, está claro, han caído al vacío Marco y Albert.
 Astral aparece detrás nuestro y Sigmun, quien está a su diestra, se ríe con potencia. Todos piden auxilio. Miro al hechicero y cuando estoy a punto de gritarles algo y abalanzarme hacia ellos Sigmun suelta un: - Pero si sus valientes y estúpidos amigos están ahí. - Señala a la nada y caen -luego de aparece a un metro- mi amigo y mi compañero. El Hércules barbudo nos pone en fila, recién me empiezo a tranquilizar por Marco. - ¿Para que quieren tanta valentía si van a ser tan estúpidos? ¡Tengan más cuidado! - nos dice. Astral, con sus manos atrás, continúa: - He puesto otro portal por si alguien caía. Espero les sirva de aprendizaje. -. Marco está llorando y Albert contiene un sollozo, me gustaría contenerlo pero entiendo que no es el momento, y aunque de forma extrema, es una enseñanza para su impulsividad.
 Es hora de la primer prueba -es increíble que no lo haya sido lo vivido recientemente-. Astral hace que nos detengamos en el campo abierto luego de varios metros alejándonos de una inminente caída, para que apunte con su mano abierta y de la nada aparezca todo un campamento. - Hechizo de invisibilidad -. Digo y Sebastián asiente. - Todos, tomen una espada, ahora -. Corremos con energía reducida a la del principio y nos metemos en la gran tienda montada en el medio del lugar. Hay varias, de muchas formas y colores. ¿Cual eligire? Hay una que me llama mucho la atención, su color es índigo y es bastante larga. Cuando la sostengo me doy cuenta que no es para nada pesada. ''Perfecta''. Sebastián parece indeciso y cuando va a tomar una se la sacan de las manos, así que se termina decidiendo por una doble, pero claro, más cortas. Marco está callado, parece que todo ésto ha dañado su ego, se limita a agarrar una que termina en un filoso rulo de acero. Cuando salimos de la tienda nos reunimos con él, y lo tranquilizamos; claramente se ha puesto una coraza encima ocultando su disgusto de haber fallado. Astral habla, y todos callamos. - Hay tres portales, en cada uno de ellos hay desafíos diferentes. Elijan con inteligencia. -. Bien, ésta vez los portales pueden verse, parecen espejos pero con transparencia y los tres tiene colores diferentes. El primero es azul, el segundo rojo, y el tercero negro. - Iré al negro. -. dice Marco. - Iremos contigo -. decimos con Sebastián a regañadientes ya que ninguno de los dos hubiéramos preferido ese color pero no podemos dejarlo solo. Además que sea negro no significa que sea peor, quizá incluso esté hecho justamente para que dudemos y no entremos imaginando algo aterrador y resulte ser todo lo contrario. Cuando hacemos los grupos por portal vemos que somos nosotros tres y el chico rubio de los rizos que conocí ayer. - Si me meto en alguno de éstos prefiero estar con alguien conocido, aunque hayamos cruzado tan solo unas palabras. -. Me dice y veo el brillo de su lanza roja en sus espaldas. Me queda claro algo, no lo conocía porque no es del bosque, no conoce a nadie. - Bien, eres bienvenido. ¿Como te llamas? -. digo rápidamente antes de que nos den el permiso para entrar. - Soy Kan, mucho gusto. -. Dirijo mi mirada a los portales: en el primero hay siete y en el segundo cuatro. Sigmun nos mira sonrientes y temo por lo que haya detrás de éste manto oscuro transparente. - ¡Comienza la primer prueba, adelante! -. Estamos corriendo empuñando nuestras armas, atravesamos el portal y una vez dentro toso y no puedo ver nada. Mi piel siente mucho calor y cuando salimos de la humareda veo un paisaje escalofriante: bultos con apariencia humana retorciendose por todas partes mientras gritan de dolor. Nos llega una voz desde algún lugar cercano, es Astral, y su mensaje es claro: ''Si quieren pasar ésta prueba solo deben cruzar el camino, el punte, y luego dentro de la cueva  encontrarán en portal que los llevará de nuevo al bosque, tengan cuidado a los Mongs les gusta alimentarse del miedo''. ¿Mongs? Estamos petrificados, el cielo rojo, el río de lava, el volcán a lo lejos, gritos, dolor... éste lugar solo puede representar una cosa: el mismísimo averno.

1 comentario:

Unknown dijo...

está bueno! parece más un anime que un libro xD me encanta! ♥_♥