lunes, 5 de diciembre de 2016

La destrucción de nosotros mismos (Diario, página 13)

 Cuando ya no se que decir o hacer, y todo lo que toco resulta terminar dañado o no puedo ayudar a nadie -ni a mi mismo- termino corriendo, huyo tan lejos como puedo mientras me desintegro en millones de trozos que se dejan llevar dependiendo de la correntada que en ese momento esté dispuesta a darles un viaje inesperado.
 Puedo volver a incorporarme rápido, pero no siempre es así, a veces estas partículas terminan dispersas en una vasta área, algunas conocidas y otras inexploradas. Mis pequeñas piezas se reagrupan (ya cansadas) con otras que estén cerca creando nuevos seres en diferentes partes. Algunas veces son personas, otras animales, incluso los vi amorfos y monstruosos, pero nunca dañan a nada ni a nadie. Se dedican a recolectar lo que pueden de esos sitios mientras el núcleo -la esencia misma- espera a que todo vuelva a equilibrarse, justo donde el cuerpo se desintegró. 
 Cuando el núcleo descansa lo suficiente y tiene la fuerza como para volver a traer todas las partes hacia él, encendiendo una especie de fuerza magnética que posee, todas las formas que cobraron las partículas vuelven como un rayo; la actitud que adopta cada una varía según la forma que había adoptado, recuerdo algunas... un niño que se había formado en un bosque verde, vivo, se aferraba a los arboles cuando el núcleo lo llamaba de vuelta; un tigre hambriento comía -insaciable- carne fresca y estaba agradecido de volver, no quería seguir matando pero su naturaleza lo obligaba a hacerlo; un gorrión que se dedicaba a surcar los cielos mirando de lejos a todo ser vivo y de cerca a las nubes pidió un minuto más, quería guardar en su memoria las impresionantes vistas desde esa altitud; un hombre bajo la lluvia mirando el cielo deja de correr en la colina y unos segundos antes de volver se lanza a la tierra, respira profundo y desaparece... y así con cada una. Pero hay algunos seres que se crean que son algo más fuertes y un poco más testarudos también, los que llamo sutilmente ''tercos''.

 Los tercos no vuelven y dejan al ser incompleto porque se niega a que a llegado su hora de desaparecer, por lo tanto sigue su camino un tiempo más aunque todos los demás hayan vuelto. Algunos se alejan tanto que se pierden -pero siempre regresan, tarde o temprano lo hacen-. 
 Cuando el ser vuelve a estar en armonía, recreándose por la fuerza que el núcleo forzó en ellos, todos le regalan a éste un regalo por su libertad: el conocimiento adquirido en su viaje. El núcleo aprende y vuelve todo a funcionar como debería, el ser completo vuelve a caminar mas sabio y con mas fuerza.
 El impulso que genera la nueva unión lo hace sentir tan veloz y hambriento como un tigre insaciable, tan sensible como un niño, tan inspirado como un hombre disfrutando de la lluvia y tan libre como el ave en las alturas y corre tan lejos como puede buscando un nuevo lugar, con nueva gente, con nuevos desafíos y metas, nuevas canciones por escuchar y palabras que aprender, nuevos amigos a quienes conocer, busca ansioso el nuevo escenario donde quiera volver a destruirse, un lugar tranquilo donde caer.

 Tanto se destruye que se olvida que habla de él mismo y termina hablando en tercera persona. Porque es así, hay que aceptar que cambiamos y que todo cambia, si aceptando nuestra autodestrucción aceleramos nuestro crecimiento, ya que cuanto mas veces te destruyen o te auto-destruis, más conocimiento acumulado de tus partes dispersas llevas guardado. 
 Una advertencia, destruir a otros tiene sus consecuencias, una de ellas es perder varios de los tercos, estos mueren y jamas regresan. 

martes, 20 de septiembre de 2016

El dolor de la contaminación por desinformación (Diario, página 12)

 ''La verdad es el objetivo, el amor el medio para llegar a ella''
Hay un dolor que está muy presente hoy en día, va más allá de eso. El adolecer por atravesar la adolescencia es algo que está mas ligado a lo razonable: ''Adolece porque está en etapa de cambios'', pero ¿que pasa cuando sumamos a ese dolor -y ya hablando más generalmente hasta arrastrar a la juventud- varios nuevos factores a tener en cuenta, lo que llamaría toxinas espiritu-emocionales?
 Soy reiterativo, lo sé, pero siempre es bueno refrescarlo para mi también: el conocimiento empieza desde uno, y desde uno se mira el mundo entendiendo que el viaje al interior es paralelo al que se hace al exterior. Bien, teniendo en cuenta ésto ¿De donde nace ese sufrimiento ubicado en el pecho lleno de miedos y opresiones en tanta gente, llegando a oscurecernos hasta desaparecer? 
 Desinformación, fue la primer palabra que vino a mi mente al tratar de explicar lo que veo -me percibo y limpio- de la población joven en sí. 
Intentaré ser ordenado en ésta pagina, gran cosa.
Características de un alma sabia contaminada; el no saber es uno de las primeras alarmas. ''No sé que hacer de mi vida'', ''Ya no sé quien soy, no sé que hago acá'', ''La verdad, no sé que quiero'', ''No sé que va a ser de mi en un futuro''. El no saber y no buscar... ¿Por qué no sabes? y si no sabes y no buscas la respuesta entonces sos un mediocre conformista -¿suena duro? así soy conmigo mismo también-. Sí, se sabe, siempre se sabe. La respuesta casi siempre está en nosotros mismos y estoy seguro de ello, a veces se busca sabiduría mas allá cuando en realidad está justo dentro de nosotros. Uno de los problemas es que se programó para que las nuevas generaciones se subestimen. Si nos subestimamos no tenemos ni idea de lo que podemos lograr, de las capacidades que tenemos, del poder que dormido yace detrás de nuestra mente limitada por años y años de códigos subliminales. El alma sabia en éste cuerpo joven, entonces, debe atravesar años de punzantes toxicas: 

''Tenes que ser de ésta forma para triunfar, para ser exitoso, bello'', 
''Busca deliberadamente ser original y hacer cosas que los demás no hayan hecho para marcar tendencia, para mostrarle al mundo lo genial que te hicimos creer que sos en todos éstos años de programación audiovisual. Oh, y si no podes ser original por tu cuenta entonces... imita a los que sí lo son, siempre hay seres nuevos para admirarte aunque olvides quien sos con tantas caretas ridículas, pero ¡Que te hacen realmente genial!'', ''La moda te hace sentir bien con vos mismo, ¿o no? dejate llevar y sé parte de éste lindo rebaño, o el lobo guía se va a enojar y nadie quiere que éste se enoje ¿no?'', ''¿Que pasa, te cansaste de alimentar tu frágil ego?'' -Me encanta darle una entidad a esa energía que se mueve, darle hasta un sonido-. 
 Pensé que se describen por si mismas citando algunos pensamientos que puede verse a diario. Es raro ver a alguien con una personalidad autentica, esas son almas que no se dejaron inyectar las dosis, o en su defecto, lograron encontrar la cura.
 Por lo tanto tenemos un joven lleno de modelos inalcanzables, modas absurdas, desinformación, dosis de miedo, desarmonización generalizada, ego hambriento y complejos múltiples que la elite creó con minucioso amor para que como resultado de ésta hermosa mezcla nazca un ser depresivo, falto de voluntad, apagado y miedoso, fácilmente manejable y lejos, muy lejos de ser una amenaza ¡Sencillo! ¿no?
 No. Decir no siempre es la clave. El ataque es general, idiotizar es la tarea del perro con el rebaño y así manejarlos controlados -no digo guiarlos, no-, mientras los dueños de las tierras ven desde lejos tomando un rico té de hierbas que seguramente jamás conoceremos. 

Los dos caminos que se pueden tomar ante la contaminación si se nota en uno; 
 Morir. Dejar de ver, dejar de oír, dejar de buscar, dejar de gustar, de tocar, de decir, dejar de ser. Si elegimos morir estamos viviendo la mentira, es lo más fácil, en serio, imagínate un banco de peces todos apretados y juntos sin ver mas allá de sus aletas, a veces hasta no hay necesidad de nadar ya que el resto te lleva con la presión que ejercen sobre tu diminuto cuerpito. Estás ''a salvo'' en la mentira.
Vivir. Luchar por ver, luchar por oír, luchar por buscar, luchar por gustar, por tocar, por decir, luchar por ser. Si uno opta por vivir en la verdad es importante el compromiso, sabiendo que lo primero que hay que hacer es re-programarse. Al abrir los ojos les queda un trabajo diario de autoconocimiento y ayuda. Los que viven no tienen que ser egoístas. Su punto en contra es la desaprobación del lobo, y luego del dueño del campo. Por lo tanto cito una frase 
''Sean astutos como las serpientes e inocentes como las palomas''.

 Las respuestas siempre están en nosotros mismos, somos nuestro propio templo.
Veo, y veo, y vuelvo a ver y solo pienso en lo enfermo que se ha vuelto todo, en lo que nos han convertido, en lo que no quiero ser, que es lo que ellos buscan que seamos. Todo está plagado de bombas de lodo que penetran nuestra alma y la llenan de tapones de suciedad, de bloqueos - la musica, el cine, la televisión, las redes-. El secreto está en estar con los ojos y el corazón abiertos, y buscar respuestas incluso dentro del cardumen si es necesario, pero sin olvidar la poesía que nos caracteriza como seres humanos profundos, sin dejar de amar, sin dejar de lado eso que nos hace encender la llama de vivir. Porque somos mucho más de lo que creemos, o mejor dicho, somos mucho mas divinos de lo que ellos quieren que creamos.

viernes, 2 de septiembre de 2016

Soltar (Diario, página 11)

Hay humanos -para no generalizar- que necesitan apoderarse de las cosas, de las ideas, de las personas, hasta de los pensamientos. El apoderarse no siempre condena a la cosa, a la idea, a la persona objetivo o al pensamiento en sí, si no, uno se condena a si mismo. Como resultado se auto-esclaviza buscando (terco) ese resultado único, o la no perdida del mismo.
 El soltar conlleva cierto aprendizaje, se necesita explorar todo aquello que uno desea y anhela, saber cada detalle de los mismos, incluso si ésto lo lleva a la confusión. Podría decir que nada nos pertenece realmente, solo vamos fluyendo con los mismos y el encadenarnos a éstos bloquea la energía fluctuante. Por lo tanto cuando hablamos de soltar estamos hablando de liberar con amor, dejar ser, al dejar ser al otro -agreguemos a los anteriores un pasado estático y un futuro incierto- le estamos permitiendo transformarse. 

 Es de suma importancia que en la vida no haya temor al cambio ya que el no hacerlo es negar el funcionamiento regular del universo, estancando(nos). Insistir está bien, es luchar por lo que se quiere, pero en éste acto no es saludable lesionarnos al hacerlo y sufrirlo por sentirlo propio y predestinado (creo no estar siendo muy claro). En consecuencia nos detenemos en una nada por un tiempo indeterminado ya que uno no quiere perder aquello que sostiene con fuerza, y de a poco y sin darse cuenta un día dejas de mirar al rededor -estas muy pendiente de lo que llevas en las manos- para mirar lo que mantenes seguro y como si abrieras los ojos de pronto te das cuenta que ya no lo amas como al principio. Toda esa energía dolorosa que conllevó protegerlo(te) se encapsuló en la idea posesiva de tenerlo con uno. Esa cadena con el paso del tiempo se ha vuelto dañina al punto que cualquier cosa relacionada a la misma genera ansiedad e inquietud, llevando al ser a un estado de no-paz que produce desequilibro y por consiguiente el sentimiento de la nada 
(Sentimiento de la nada: cuando un ser cree y deja de creer, cuando éste choca varias contradicciones y prefiere quedarse estático a seguir sufriendo o mejorar ése sentir, se encierra en la nada, siente la nada). 

 Después de entender como funciona ésta parte en mí saque como conclusión que lo mejor es aplicar ésa palabra tan linda, soltar. Soltar porque nada es nuestro, esa persona que tanto se ama no es de uno, eso es una ilusión. Soltar porque ese futuro que creías inamovible se transforma con cada acto del presente y el destino existe solo si te mantenes en el ahora -todo es el ahora, incluso lo que viene-. Soltar lo que ''crees'' ser, las oscuridades, los sueños, los modelos. Soltar no se trata de perder lo que se libera, soltar se trata de fluir sin temor con lo que el universo te propone, porque en éste mundo demente es hermoso ir contra la corriente, pero mientras se hace es bueno en contraparte fluir con el universo: ésa es una forma de liberarnos.

jueves, 25 de agosto de 2016

Entre la fantasía y la realidad (Diario, página 10)

 Es ahí cuando contengo un aliento mirando el vidrio empañado por el calor propio saliente de mis labios, suturando las gotas de lluvia que se mueven hiperactivas, se chocan y retuercen antes de separarse en dos nerviosas lineas complejas -alejadas y unidas-, yo exhalo. Cuando el viento del invierno surca la mandíbula que clama mi paciencia y busca desesperada encontrar el porque del encantarme o desencantarme, una mirada o un gesto, un pensamiento o un sexo, yo inhalo. "Te exhalo, te inhalo, te consumo hasta cansarme" digo viendo el halo creado por el cristal frágil de esas almas que dibujan frases y se incrustan en mi ser. El roce de la piel santa actúa mintiendo verdadero placer, tacto de pensamientos aturdidos (al mismo tiempo) recrean verdaderos una mentira de real éxtasis, vicio de lo prohibido que se clava en mi vientre dibujando corazones que ahora tapo con vendas casi invisibles. ''Es que sin vos todo volvería a ser lo que era, volvería a estar perdido... una vez más'' se escuchó como un eco crudo por cada rincón del laberinto que ellos sostenían con delicada calma, hecho de hielo mezclado con crayones de no muchos colores. Mi piel se erizó y me quedé mudo hasta que solo pude escuchar mis pasos y aquella voz como un coro celestial que me seguía a donde fuera, como mis lapices de cera. Más tarde mientras apreciaba las hojas esparcidas en el piso en las afueras del hospital al mismo tiempo que viajaba a una moderada velocidad, compuse un nuevo manojo de sentimientos de los que no tenía conocimiento.
 Lo perdí, perdí el conocimiento para acto seguido terminar dentro de arbustos verdes y aromáticos -me recordaban a casa, a una casa que no era tan casa si no era más bien hogar, una campo verde donde descansar hasta de mí propio ser-, las ramas se enredaron en cada extremidad, mi cuello era lo único a lo que no se aferraban con fuerza, deduje que por miedo a lastimarme, acerté al observar el crecimiento instantáneo de flores en mi espalda y mi cabeza a modo de almohadas ante lo que después fue una caída controlada en un lugar oscuro -tangible-.

 Me paré sacando algunos pétalos de mi saco marrón, despeinándome noté como varios habían quedado incrustados en mi cabello -no me importó-. Había una caja musical a lo lejos y fui hasta ella ya que era el único objetivo que había aparecido en aquel lugar donde ni el suelo podía ver. Sentía aromas, canela, pan recién horneado, café tostado y no estoy seguro si era lavanda a lo ultimo. Sentía sonidos leves, crujidos de puertas abriéndose con cuidado, pasos a la distancia -en ascenso a algún lugar, subían-, risas y llantos. Mientras me movía, de vez en cuando me acariciaban, sentí dedos cálidos en la mejilla, un fuerte apretón de manos, un empujón suave y un puntapié que provocó una expresión de dolor que tardó segundos en desaparecer. Le dí 5 vueltas a la manivela, noté como se creaba desde la caja trazos blancos de lo que después sería con color un paisaje completo que combinaba al bosque y la ciudad, guardé en mi memoria cada detalle que pude tomar mientras sonaba ésa melodía, una figura borrosa abrazando a otra justo debajo de un manzanero, un perro esperando en una esquina -seguro y recto-, dos niños girando mirando hacia el cielo y un joven caminando debajo de la lluvia, alejándose de su destino (podía sentirlo).
 Todo estuvo en silencio de pronto, mis ojos se abrieron tan grandes que parecían ver más de lo normal, y ahí empecé a oír tan solo mi corazón... cada latido me desestabilizaba más y más, y en ese mundo cada uno de los mismos lo modificaba, lo destruía y lo cambiaba todo. Cada latido un amor, un dolor, un lugar, una musa, todo nuevo. Las imágenes, los sonidos, los cambios de temperatura, y los aromas esporádicos me llevaron a un punto de quiebre que derivó en un grito justo cuando la melodía se detuvo. Todo desapareció y la caja musical se me deshizo de las manos como arena seca, terminando en polvo que un falso viento se terminó llevando a lo profundo de la ahora, pacifica oscuridad.

 No había algún sentido que pudiera detectar, flotaba en algún sitio, pero no estaba seguro. Solo estaba yo, mi cuerpo y mi mente por un tiempo que no puedo precisar.
 ''Enamorarse, desenamorarse, es parte de aprender y crecer, el amor y el desamor solo pueden existir si vibran, se mueven y cambian'' soltó alguien en mi oído y sonreí.
 Algo rozó mis bolsillos. Los crayones, ahora en mi mano, tomaron protagonismo. Mi cuerpo logró detenerse en el vacío. Tomé el azul y dibujé un amigo: era pequeño, un quetzal regordete y mal dibujado, lo quise al instante; se posó en mi hombro y me mantuvo en equilibro. ''Proba dibujando un sueño'' escuchamos junto a mi amigo y asentí. Usando el amarillo tracé un camino empedrado hasta que me cansé de crearlo. ''A veces los sueños no son la llegada, si no el transito, porque éso es lo que realmente los hace bellos''. Me recosté y miré hacia arriba -o abajo...-, y me concentré en la oscuridad. Mi nuevo amigo sujetó el crayón blanco y dibujó la luna aferrado fuerte al lapiz con sus pequeñas garras de ave. Luego siguió con las estrellas, haciendo unas cuantas para mas tarde cansarse, y recostarse en mi pecho. Sonreí al verlo dormir, él sabía que yo estaba agradecido por dibujarme el firmamento. Le creé con verde y marrón un árbol hermoso y lleno de frutos -para los cuales creí conveniente el morado, el rojo y el amarillo-, y terminé con una linda caja nido en el centro.  Al despertarse voló varias veces, exaltado, al rededor de mi ser hasta alejarse con feliz aleteo. Volví a seguir el camino amarillo que resultaban ser mis sueños. Caminé y caminé, entretanto lo hacía me detenía a crear; montañas, flores, ríos, ciudades, animales, sueños, amores, tristezas, alegrías y personas... dibujé tanto que solo me quedó un trozo del lápiz de cera blanco. ''¿Que piensas hacer con ese ultimo trozo de crayón?'' me susurraron y me puse a meditar.

Hice un rectángulo y una manija, justo ahí mi crayón se deshizo. Todo ese mundo cobró más fuerza y me saludaba con vigor, me despedía con libertad. Abrí la puerta y pasé.
El cristal volvía a ser cristal, y yo volvía a ser material de nuevo. Bajé del transporte y miré cada detalle de mi rostro en un vidrio espejado, sonreí levemente, exhalé y lo empañé. Dibujé el quetzal con el dedo índice y seguí mi camino buscando, sólo buscando.

miércoles, 22 de junio de 2016

Un desconocido (Diario, página 9)

 ''Un desconocido'', suena un tanto básico y para nada dañino, así mismo es una de las cosas más gélidas que le dijeron en su existencia, junto a un par más que guarda en algún lugar de su mente, algunas inconscientes ya, pudriéndose en un rincón.
 Contener ese nudo en la garganta mientras caminas por el asfalto para, acto seguido, respirar profundo entretanto escuchas una canción que te dedicó un mes atrás, fijando la mirada en lo alto de los edificios y la belleza que se crea durante el sol del atardecer, dorado, se refleja impoluto en los cristales más elevados como si helios hurgara cada habitación buscando el amor o almas a las cuales iluminar. 
 Caminar entre cientos de seres de diversas formas, enfocando su mirada en una oración que parece estarse sellando en tu frente con tizas de colores opacas mientras sus pasos, cortos pero firmes, liberan dejando un vestigio de polvo, eso que vas perdiendo de vos fragmentados en pequeños montículos de confianza diluida. 
 El viento surca los cielos y choca directo en sus ojos que se resisten a formar curva alguna actuando rígidas pupilas que en ese instante solo reverberan soles pero no dilatan. Visualizas dos amantes a lo lejos, sentados -callados- fijados arriba como si su vida dependiera de ello. 
 Tocas tu bolsillo caliente por el fuego de tu mano que arde y tiembla leve, como si quisiera cobrar vida y tomar sus propias decisiones y al fin dejar de servir, no aceptar más ordenes de una mente tan volátil que da hospedaje a un alma tan confiada. 
 Es temprano para llegar a destino y un improvisado asiento de cemento lo espera con la luz perfecta de un rayo ultravioleta que le deja un espacio para descansar. 
''No pienses'', dice mientras suena otra canción en sus oídos que aleatoriamente aparece en su lista de reproducción y le recuerda un él de un día atrás esperando una respuesta simple a una pregunta desesperada. Así que apoya su espalda y respira de nuevo. Puede escuchar detrás del compás del bajo una sutil fuerza que vibra posterior a los tímpanos, es otro recuerdo naciendo y muriendo, perdiéndose y encontrándose, una y otra vez como si al entrar en su consciente los enviara de un golpe más atrás, para abatirse en el pozo que ya contiene todas las abnegaciones y dolores del pasado, algunos ya convertidos en demonios pequeños buscando alimento. 
Ve la imagen de una aurora plateada y amarillenta que creó la luz y lo acompaña de nuevo en su andar, a modo de una verdad frente a sus narices: baja los parpados con fuerza y se frota con sus suaves mangas de invierno, tampoco quiere ver. La mano cálida contrasta, soberana, su cuerpo frío mientras una vena dibujada aparece en la izquierda indicando el camino al corazón, directo a él. Ese vapor que sale de sus pulmones, esas miradas buscándolo como si a éste le importase -ahora-, cuando de nuevo se siente un poco perdido, es sincero y por dentro se dice ''No me necesitas, no soy más que un desconocido'', para luego clavar esa miel -que a veces es avellana, otras madera oscura-, y que son dos, en el otro, como jugando a ser el dueño del deseo. De pronto detiene su corazón, apaga su alma, se rinde ante la incapacidad de amar del mundo y la acepta como si fuera un regalo: se congela un par de horas.
 La noche cae y el celular suena varias veces de forma sistemática, solo aprieta un botón para ver el tiempo donde yace, nunca llegaría el mensaje que en verdad esperaba y le importaba. Vuelve a perderse en sus pensamientos y empieza a derretirse aunque su cuello todavía ni se inmuta cubierto de escarcha a causa de su imposibilidad de articulación al intentar explicar porque ''es tan importante una estrella fugaz en su vida cuando conoció algunos soles que le permitían dormirse bajo sus rayos etéreos''. En camino a casa se empieza a quebrar después de todo un día petrificado en el mismo sentir. Cierra las puertas de su habitación luego de unos segundos. Tiene un té recién hecho a su izquierda que humea y dibuja palabras sueltas en el espacio. 
''Dejame ser'', recuerda y se acuesta al lado de la funda de su guitarra, parece tomar forma y emitir cierta calidez mentirosa, la aparta. Busca en su bolsillo su único portal a él, acaricia sin querer las cuerdas de su instrumento que dormía en la pared y luego el silencio. Recién ahí, descongelado, deja reposar su mente en una lectura rápida que aparece de la nada, irrespetuosa pero oportuna.
(...) ''Los miedos, van todos al mismo bar a beber y a reírse de nosotros. Lo copado es compartirlos. Cuando escuches una canción de éstas que te dan miedo, acordate de este momento. Ahora. Y listo. Me dijo. Nunca me dejó de mirar a los ojos" (...)
 Terminó de leer y miró el techo, el foco se movía levemente, como expectante. Toma un sorbo y huele la infusión vertiendo al exterior un ultimo recuerdo.
''Dejate ser'', proclama en voz baja como si él lo escuchara desde lejos luego de haber roto el puente que los unía -une, los une, lo sabe, nada se rompió, sigue intacto, no se miente-. Luego pudo llorar y fue dulce, sintió como varios canales se abrían en su interior. Él no llora por meses y meses, aunque desea con fuerzas poder hacerlo. Antes de soñar, y en ese estado previo a ese otro plano, vió como algunas palabras se chocaban entre sí, peleándose por quien iba primera como si de un ataque de dislexia repentina se tratase. No recuerda bien más sólo puede articular una frase
''Sos poesía por tu cuenta'' Esa noche durmió tranquilo.

martes, 14 de junio de 2016

Dejar ser (Diario, página 7)

 No pensar las cosas siempre me resultó un tanto complicado, hay momentos determinados en los que no pienso pero porque no me tomo el tiempo de hacerlo o no lo tengo, y eso no significa que sea precavido ya que éste ser con todos los defectos y virtudes de un humano es sumamente impulsivo -cosa que me juega malas pasadas casi siempre-.
 Es que en el pensamiento me examino y examino al resto como un explorador de la vida, viendo cada detalle y deduciendo posibles acontecimientos futuros en base a ello, o problemas que resolver, heridas que curar, rasgos distintivos de personalidad, que cosas ''no'' hacer para no lastimar y mil más. Pienso y pienso, y vuelvo a pensar cuando hay veces que al parecer solo se necesita sentir y ya, ¿por que poner tanto la mente en asuntos del alma/corazón? 

 Existe un ser que me está revolucionando hoy día, pero yo no a él, creo, no sé, posiblemente, puede que un poco, algo, mucho. No, no sé. Es que no puedo descifrar sus movimientos como me pasa con el resto de las personas, no puedo empatizar hasta el punto de saber por donde ir o por donde va a ir, simplemente no puedo. ¿Sera esa una de las cosas por las cuales lo sigo de una forma tan impulsiva? Me siento como un lienzo con la capacidad de ser pero si es necesario modificar alguna gama de colores si a su vista perjudica ¿Y eso está bien? Es nuevo para mi el sentir éste tipo de... ganas de ir y volver, y curar y suprimir, obsesionarme y desinteresarme, es un conjunto de cosas que hacen que mi alma se confunda más todavía, y salga una faceta a cagarla estrepitosamente y a las dos horas otra que arregle un poco las cosas. Me siento fuerte pero un tanto idiota, y algo que suelo hacer es imaginarme a mi, ver mi ser completo, desde otro angulo alejado como por ejemplo en éste caso otra persona, y lo que veo es: obsesión, drama e irritabilidad, con idas y venidas de ternura, razonamiento e infancias compartidas, inocencia que luego se convierte en un instante... en deseo carnal. No me obsesioné nunca con nadie, tampoco lo hago, y quizá eso se malinterprete desde afuera por la necesidad de conexión, o el aprovechamiento de la misma en los tiempos que puedo al no ser así cuando no estoy -física, emocionalmente-. Drama, lo aprendí de él, soy una persona que necesita calmar su océano de emociones y no llevarlos siempre al extremo. Si, es hermoso sentir fuerte pero cuando eso te desequilibra o desequilibra a la otra persona... ahí nace el verdadero problema (esto me recuerda a casos anteriores...)
 En la vida hay que saber arder, a veces hay que ser un sol radiante de mediodía, otras un incendio desenfrenado de deseo, quizá una llama de vela en momentos oportunos o arder como una fogata en invierno. Es importante saber que no a todas las personas les gusta el mismo tipo de calor. Y la tercera que me genera desconcierto es la irritabilidad, así que durante un viaje en colectivo pensaba de donde nacía -en éste caso particular- ese sentimiento que no pasa de frases impulsivas. Busqué la chispa que lo crea, ese punto álgido. En la vida en general soy un ser muy estable en ese sentido pero en éste caso lo crea la necesidad de atención, el ''Acá estoy, dale, vení''; perfecto, me propongo a domarlo porque no soy un alma que se niega a cambiar -siempre que ésto lleve a una forma más perfecta de mi evolución-. Entiendo y veo a la vida como un cuarto viejo y desprolijo al que uno limpia y a medida que encuentra suciedad o roturas se lo va lavando y arreglando.
 Y estoy yo caminando por una vereda de Recoleta mientras miro un celular con ojos de nene y trato de calmar mis impulsos, de respirar profundo. Soy un caos de sentimientos y emociones y no encuentro la forma de tranquilizar las aguas, aunque hace años la busque y haya mejorado enormemente. Porque quiero ser su amigo, su amante, su mezcla homogénea ¡Pero voy muy rápido! Y es cuando la lluvia se transforma en tormenta y soy viento, rayos y lluvia torrencial y en una casa de tejas y una chimenea caliente alguien me dice ''Esperá, tranquilo, no pensé que iba a ser así de intenso'' y calmo mis truenos, y calma mi lluvia, y bajan los vientos por un día a dos, tres o cuatro, cinco o seis. Y yo estoy en el cielo y él en una casa de tejas con una chimenea caliente. Entonces me tengo que abrir y despejar mis nubes húmedas dejando paso al invierno estrellado que viene y bajar en forma de un ser físico estable:

 y si en esa nueva forma humana vuelvo a ser un aguacero, bien, intentaré llover sobre los vidrios de las ventanas; y si quiero ser un vendaval, bien pero será fuera de la casa y no apagar el fuego; y si quiero ser un rayo, caeré lejos para que no te asustes con el estruendo del trueno. 
Sin pensar, dejándote ser, y sobre todo... siendo. 

domingo, 5 de junio de 2016

Musa de mármol y trepadoras (Diario, página 6)

Uno se autoconoce a diario, todos los días. Se autoconoce cuando le pasan cosas nuevas, cuando sienten cosas nuevas, cuando conocen gente nueva. ¿Que es este sentimiento que se revuelve en mis entrañas como un hombrecito despertando de apoco? Más abajo remarqué lo importante que era la poesía en mi vida, la magia en mis días, pero la pregunta es: ¿A que costo?
 Pienso con imágenes, muchas veces no puedo poner en palabras algo entonces simplemente doy la metáfora de éso mismo, por eso es que ahora mismo me limitaré a decir lo que siento en una cinemática y luego argumentarlo; 
  Campo de rosas espinosas con un aroma dulce y cautivador que resulta hipnótico. A lo lejos del camino hay un templo donde nacen las semillas (que esparce luego el viento) pero apenas consigo verlo bien, de vez en cuando la niebla que cubre todo el lugar se disipa -como si me tuviera compasión- para que investigue un poco. Sigo aunque a veces me duela. Hay momentos en los que fuertes vientos del pasado azotan y, frustrante (realmente frustrante), me llenan de ganas de quedarme sentado y concentrarme en el cielo. Sigo. Sigo porque hay algo a lo que cuidar y dentro está algo que busco, algo que no estoy seguro que es pero sé que lo necesito (me necesita) para funcionar. 
 Y así funciono, con imágenes que a veces siquiera puedo describir y cuando lo logro, que es en el mayor número de los casos, me rehúso a explicarlas. Me gusta tanto esa fragancia que sigo a pesar de todo y aunque las espinas se hacen más gruesas al avanzar... de alguna forma mi calor corporal hacen que sedan un poco y alivian. 
 Eso piensa una parte de mi, mientras la otra, la que comparte la poesía con ésta pero no es tan frágil ni emocional, está enceguecida con que no es buena idea, me pide que corra entre las plantas y me lance muy profundo en el primer río que encuentre, que si bien no es de mi gusto por el frío, éste calmaría mis heridas y me volvería a dar, sin sus ataduras, la libertad que acostumbro. 
 Sigo. Uno puede seguir un camino sin tener objetivos fijos ¿saben? pero no pueden tener objetivos sin andar, porque entonces estás mas perdido que en el medio del mas frondoso bosque. Yo sigo un aroma, una intuición, un misterio; ¿pero que si eso que uno sigue se va escapando entre lobos y dibujos coloridos? Es tan tarde y es tan lindo el planteo que resurge en mi mente, y es tan lindo la imposibilidad. Podría desaparecer de tu vida mañana, impulsivo como soy, en un instante: juro que en un instante. Pero también podría hacer de instantes un pasado que como fantasma pueda volver a vos cuando un alma ornamentada quiera curarte. 
 Soy intenso, vivo con sentimientos que explotan, vuelan, se agradan y escapan, eso nunca va a cambiar. Necesito información, que me estrelles en los ojos una tarro de tinta si lo necesitás, o me dibujes en la piel lo que sentís o pensás, ¿Y si escribís un manual?, no tan solo esperar que... la lluvia cese. 
 Podrás transformar mi día a día en espera, y tu tiempo en poesía. Podrás golpearme con desinterés o contarme mil historias de amor que aún te hacen latir fuerte el corazón. Podrás hacerme helar, o encenderme: pero pase lo que pase, desaparezca antes de caer, agradezco que al momento me hayas ayudado a volver a examinar una emoción, agradezco que me hayas ayudado a volver a sentir.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Carta a mi primer compañero (Diario, página 5)

 Me cuesta llorar, me cuesta extrañar, me cuesta mantener el interés, me cuesta sentir culpa, me cuesta abrirme, me cuesta. Siento amor, pero no extraño. Quiero ser parte de alguien, pero no de él. Siento ganas de ayudar a vibrar mejor al mundo, pero no quiero contaminarme demasiado. Soy egoísta, pero solidario.
 Mi vida es una constante contradicción, ideas que chocan unas a otras y de esa colisión salen otras que luego se fosilizan hasta nuevo aviso. Escucho tantas veces en mi mente la frase "acelera el proceso", que arranque, que es el momento y sin embargo me detengo y espero. ¿Que espero? Tengo miedo porque sé demasiado. ¿Que hago? Finjo porque es la mejor forma de mantenerme a salvo. ¿De que te mantenes a salvo? De aquellos que como perseguidoras sombras constantes (si) buscan entrar cuando te ven débil para apagarte y desactivarte. ¿Por que todavía no lo lograron? Guías y un don heredado.

 Carta a mi primer compañero
              Hay momentos en los que te extraño aunque sé que si te llamo estás para mi, pero aún así prefiero no molestarte porque sé que seguís el trabajo con alguien (algunos) más. Hablaba con vos sin saber quien eras y, aún sin poder codiciar las respuestas como frases sueltas en mi mente, lograbas enviar ciertas frecuentas cálidas como regalo a mis plegarias o peticiones. Ese sentimiento de protección, los avisos, las señales, las alarmas, los ''¿Que estás haciendo?", el ''Ese no es el camino''. Creo que empiezo a valorarte más si te pienso, creo que empiezo a... ¿extrañarte un poco? creo que solo es nostalgia, a veces no sé diferenciar eso. Te sacrificabas por mi y a veces yo, alma aún ignorante y mente inmadura en algunos aspectos, no supe verlo. Estabas ahí calmandome aquel día de estreno, y el que seguía, y así en cada escenario que también aplicaba a mi vida. Me enseñaste que del dolor se aprende pero supiste cuales eran los limites y siempre, pendiente, nunca dejarme caer. ''Por acá no'', ''No es buena idea'', ''No preguntes sobre el futuro'', ''Uno nunca se vuelve lo que realmente no quiere ser'', y cientos... cientos de frases que tienen sentido ahora, más tarde, cuando ya tu misión conmigo terminó. Terminó cuando acepté que en mi también había oscuridad, me ayudaste a preparar el terrero espiritual y entender al mundo no solo mirando con los ojos, si no entendiendo con el corazón. ¿Éstas palabras estaban tan inconscientes en mí que tuve que poner la mente en blanco para que salgan? ¿Por que no puedo articular los sentimientos de manera adecuada, ni siquiera para redactar un sentimiento de gratitud?
 Un día te dejé de sentir, algo faltaba, algo estaba vacío, algo se había ido. Solo observabas, ésta vez solo mirabas desde lejos pero sin dejar de cuidarme, esperando que lleguen los otros. Dos. Y era el momento de partir. No recuerdo siquiera si te despedí porque todo sucedió tan rápido, tan fugaz. Tampoco dí una bienvenida. En los planos que yacen espero no sea tarde para decir: gracias, amigo.

Sintiendo.
''De nada, amigo/querido''

domingo, 15 de mayo de 2016

Coníferas

Pendes de un hilo dentro de un cubo cristalino, entre estrellas sigilosas que miran tu coraza blancuzca y divergente.
Giras oscilando tras mi mente y drama, observando como -incrédulo- busco romper tu escudo que ahora es ámbar, subiendo peldaños para divisar alguna copa de árbol del frondoso bosque que resulta ser tu corazón: me lastimo las manos. 
 Las espinas, heridas diminutas que hierven mi sangre convirtiendo mi corazón impulsivo en una locomotora obsesiva guiando a un cuerpo entumecido -dándole energía- para seguir subiendo, bajando, estático. 
 La poesía que subyace en tus parpados caídos y las musas que dilatan las pupilas de un yo corrompido por el perfume del misterio que, hipnótico, embadurna mi psiquis, me obliga a seguirte como un centinela vigilante, atento a cada gesto, prediciendo cada movimiento erróneamente. Solemnes el drama y el vigor que nacen de la mezcla de un alma llena de fuego y una cubierta de piedras, y sin dudar -fuera de foco- fotografían encuentros no florecidos, marchitados lentamente. Ocurre que mientras las gotas de la lluvia caen, las aves esperan ansiosas la salida del sol: amaría iluminarte y penetrar con las yemas de mis dedos tu alma aterrada, acariciarla y sembrarla de estrellas.
 Dos universos distantes que juegan a ser una constelación, mas lastiman sus cuerpos celestes entre sí, colisionan. Uno expandiéndose para adentrarse, el otro escapando al infinito. 
Inhalaciones tenues se acoplan al murmullo de cigarras risueñas y ya es suficiente, caes como una bala de plomo otra vez al colchón de hojas para hundirte implacable. Dentro de la nueva oscuridad la mirada cautiva sale de la misma observando como el viento penetra los cielos y los mueve, impolutos. No hay ganas de leer poesía ni tampoco de vivirla, solo de contemplar el firmamento: solo de hacerse con él y desde ahí caer una y mil veces más, pero siempre en un colchón de hojas de otoño, siempre en un lugar suave donde descansar. 

sábado, 26 de marzo de 2016

Como desaparecer entre miles de pensamientos (Diario, página 4)

 Este año es drástico, decidirá mi futuro y lo sé, porque lo siento. Todo a mi alrededor está cambiando empezando por mi y las personas que me rodean. Los viejos amigos ya no son tan amigos y mis ojos están cada vez mas abiertos para notarlo, mi corazón - por su parte- más seguro de como asimilarlo.
 Lo admito: soy un ser solitario. Amo la compañía pero solo cuando la necesito y de gente específica que me llena, que me inunda de poesía; pero a decir verdad la mayoría del tiempo quiero estar solo y no sé bien el porqué. En la soledad me siento en paz, nadie a quien complacer, nadie a quien ayudar, a quien lastimar, la nada como tranquilidad pero como un mundo estático que flota en mis pensamientos. El dinamismo se mueve a través de mis pensamientos y las expresiones futuras de sensaciones que no puedo expresar para pasar a la frustración. Tengo tantas ganas de explotar, esa es la palabra exacta, aunque también seria estallar, deshacerme, reventar, eclosionar, sucumbir ante la atmósfera de la vida como si fuera un meteoro y pasar a ser algo más hermoso, brilloso, vistoso.
 Quiero todo, lo quiero en mis manos, grandeza, belleza, poesía, amor... me dan miedo pero los necesito, como las musas necesitan a sus poetas, o los poetas a sus musas. Y me aburro, me aburro de las personas y de su monotonía, las quiero dementes e inquietas ¡Sorprendame con diálogos que me dejen catatónico! basta de quejarte de que no estoy para vos cuando tu egoísta amor me lo pide, ámame como a la luna, como a tu planeta celeste favorito orbitando lejos pero en un ciclo sin fin.
 Los fantasmas que perturban una mente que alguna vez fue tan pura como el agua de las altas montañas siempre se visten de blanco y negro, y gris ¡ya no soporto el gris! El limbo no me queda bien, y tengo todo para ir al averno o para ascender al paraíso pero la nada es cautivadora, como si estuviera en el centro y pudiera ir donde quiera, nacer, morir. Todo gira. Todo vibra.
 Estoy empezando a soportar el peso de mi mente, y éste el de mi corazón. Podría sintetizar las cosas e intentar no ser tan caótico al escribir, ¡podría mejorar mi dicción!, podría ser claro.
 ¿saben por que algunas personas se sienten perdidas? Es porque no caminan. ¡Jamás alguien que está andando puede sentirse perdido! Ellos solo te guían si estás moviéndote.
 Quiero derrapar, quiero nacer del fango, lanzarme con todo mi ego en lo mas profundo, ya no me importa hacer el ridículo porque es hora de ser el ser que quiero ser como quiera ser sin dejar ser esos seres que son cuando quieren ser pero al fin y al caso son lo mismo ¡y no me importa! porque soy todas esas facetas, el brillo, la oscuridad, el otoño y la primavera ¿Y que tiene eso de malo si me transformo como las estaciones? Es que no existe el problema si mis hojas caen sobre un césped amarillento para revolotear sobre un viento gélido, posarse sobre una rosa de un color vivo para más tarde recalentarse en el sol veraniego, el problema es ¡No ser ni el verano, ni la primavera, ni el otoño ni el invierno! Es mi ultima oportunidad de ser todo lo que soy, sin barreras.

lunes, 15 de febrero de 2016

Contaminación (Diario, pagina 3)

 Existen cosas que no entendemos, muchos no quieren comprender por miedo o desinterés, otros se acercan a la verdad a pasos lentos, afortunados nacen con ella en sus manos. Voy a hacer hincapié en algo que observo en mí y en mi al rededor -ya que, como dije con anterioridad, conociéndose uno mismo conoces al mundo-. Las personas en la tierra están atravesando, por lo menos en la actualidad y deduzco que de menor forma antiguamente, un aniquilamiento de lo personal.
 ¿Que es lo personal? Llamemos personal a la verdad de cada uno, a la chispa de la creación. La verdad está ligada siempre a lo bueno, a lo que llamaríamos la luz. Sabemos que existen personas con ánimas más evolucionadas que otras, las cuales tienen habilidad particulares y en gran parte están despiertas, pero ¿que está pasando justamente con aquellas almas que poseen la capacidad de ver y son sabias por experiencia y pureza? Si son una amenaza contra un sistema nefasto y manipulador solo queda algo que hacer con ellas: contaminarlas hasta que olviden por completo. Pero ¿Quienes querrían personas ''bloqueadas'' en un mundo que tanto los necesita?...
 Hay diferentes formas de manipular -y ahora ya hablo más generalmente y no concentrándome en los anteriores mencionados-, varios métodos para contaminar las esencias. Empecemos por tres básicos: el odio, el miedo y la desestima, como ejes en los cuales giran otros más pequeños pero igual de maliciosos. Se busca que los individuos se odien entre si colocando entre ellos la competencia, el engaño. El miedo es implantado directamente de generación en generación, como si de una mariposa monarca se tratase: pasar genéticamente el miedo a cada individuo descendiente formando una cadena difícil de romper y solo pudiendo hacerlo si uno de éstos nace lo suficientemente fuerte como para no dejarse controlar para luego desprogramar a su al rededor y a los próximos. Y la desestima, es perverso ver como las formas físicas sufren por objetivos difíciles de alcanzar tanto físicos como intelectuales, donde los ''entes'' muestran modelos de lo que uno tiene que ser para ser exitoso y amado, error. Todo ésto acompañado de otros aspectos dan como resultado una personas sin identidad, sin personalidad, carentes de reacción ante estímulos de injusticia obvios. Al mismo tiempos el bloqueado y adormecido centra su interés en necesidad animales, los hacen básicos: Comer, dormir, ganar dinero, tener sexo -y digo tener sexo, no procrear-. Las modas, los medios de comunicación, la música, la catarata de imágenes van manchando a todo aquel que, descuidado, no se pregunta nada y consume la basura que luego lo termina programando para lo que entendí es: la autodestrucción. Un ser con todas estas barreras es un individuo sin esperanza, con sueños vacíos, rotos, un ego gigantesco que necesitan alimentar diariamente para saciar su hambre como si de una droga se tratase. Por lo tanto ¿cual es el resultado? seres versátiles y conformistas, sumisos, se nos convierte en una rata de laboratorio sin capacidad de hacer preguntas ¿Y por qué? porque en el caso de que una persona no pueda ser manipulada y/o bloqueada por tales energías son una amenaza para el ''orden'' -especial atención a las comillas- de la sociedad.
 Hoy en día lucho contra ésto hasta quizá tener la posibilidad de separar una parte superficial, terrenal, usada como peón, y otra más verdadera, espiritual, atrás como rey. El problema es que a veces el peón se hace fuerte al dejarse llenar de tanto exterior, y el rey duerme por tiempos indefinidos hasta que el peón se autodestruye -o alguien lo noquea-. 
En resumidas cuentas somos más poderosos de lo que creemos, es importante el autoconocimiento para llegar a la verdad y cualquiera que tenga la posibilidad de ''ver'' un poco más debería ser constante con su búsqueda ya que, si logran sortear los bloqueos, podrán concluir con su objetivo en esta vida que les tocó.

jueves, 11 de febrero de 2016

En búsqueda de la poesía (Diario, pagina 2)

Me gusta imaginar que hay muchos otros planetas e incluso dimensiones en los cuales las cosas son diferentes al punto de que vivir resulte una aventura todos los días. Puede que sea un pensamiento un tanto infantil, y si es así ¡¿Qué importa?! éste mundo es aburrido y me niego a vivirlo de la forma que todos quieren que sea vivido -forma que no voy a especificar por lo obvia-. Entonces ¿donde ésta la aventura? ¿Donde está la magia? ¿Donde está la maldad corpórea que nos haga huir de una ciudad por sus fantasmas nebulosos que si te encuentran, te esclavizan y la única forma de derrotarlos es con una espada encantada? Un mundo el cual respire misterio y exhale más aún, un mundo que te permita ser un caballero capaz de luchar por una causa -o morir por una-, o ser un mago valiente -quizá bueno o malo-, o una princesa sumisa y misteriosa que a la noche toma clases de esgrima con un joven bello y ducho con la espada que vive en un pueblo cercano al castillo. Levantarse a la mañana y ver como varias aves se mezclan entre si y forman a otra gigantesca que al volar deja atrás de si una estela de brillos multicolores por efecto de la luz de sol y un raro polvo salido de sus alas. Puff, ¿en serio tengo que resignarme a comer una tostada con mermelada y poner algún programa matutino de cable?
 No me importa morir joven, de verdad no le temo a la muerte, es más, a decir verdad nunca la vi como algo al que temer más bien como un traspaso, algo normal que viene con el paquete llamado ''vivir''. Pero necesito que mi vida sea más que eso. Pero claro, como no vivo en un mundo de caballeros, magia, princesas y dragones, sostengo fuerte un libro en el cual hago anotaciones simples o dibujos pobres de lo que puede ser un futuro arte plasmado en algo un poco mas grande, mientras por lo fuera transformo la realidad de mi alrededor y sueño despierto diálogos graciosos como si fuera una sitcom americana, poderes sobrenaturales los cuales podría haber usado para ayudar a una señora de un ladrón de ojos adormecidos, o quizá simplemente decirle a alguien ''Deja, yo me ocupo'' y de golpe cambiar de forma para batallar contra un monstruo que destruye todo a su paso en medio de la ciudad. ¿Habrá alguna dimensión en la cual pasen éstas cosas? Estoy seguro que si.
 Entendiendo mi ambición y obsesión por la poesía en la vida real, siento que tengo que vivirla de alguna forma que, por lejano que sea, se acerque a un poco más al convencionalismo en la cual el mundo vive. Lo único que me lleva a esa dimensión es el arte. Cuando canto siento algo inexplicable, algo en el pecho, en mis ojos, en mi estomago y en mi frente, es como una especie de contacto que hago con algo superior -suena difícil de entender pero estoy seguro que si uno es mas consciente de si mismo y de cada momento podría notarlo en cualquier otra cosa que ame hacer-, cuando actuo pongo en reposo muchos de mis miedos, a mi ego, a mis sueños, todo en una caja juntos al yo, para no ''jugar a esa otra persona'' si no modificar mis pensamientos y hasta energía en ese nuevo ser lo cual me resulta excitante, y cuando bailo... ¿mencione que siempre pensé que nunca podría bailar? Desde chico me imaginaba un futuro donde era actor y cantante, pero cuando conocí el baile -sin querer del todo- persivi algo parecido al canto (pero distinto)... también hay una conexión inexplicable pero al practicarlo mi aura se enciende tanto que hace arder mi alma y latir mi corazón al ritmo de algo universal. Entonces, podría decir que lo más cercano a una vida de aventuras en esta ''realidad'' es aquella existencia bohemia y poética, inundada de personas que puedan entender cien oraciones en una mirada, canten de la nada para hacer entender algo preciso, sientan los cuatro elementos en cada respiración, vean en mundo como un mundo fantástico. Creo que soy uno de ellos, solo necesito luchar contra... bueno, esas ideas que ya conocemos.
 Mientras tanto seguiré buscando mi propia poesía.

martes, 9 de febrero de 2016

Respirar catarsis (Diario, página 1)


A veces me siento un poco traicionado por mi, debo admitirlo. Esto ya no es un cuento en el cual pueda plasmar mis quejas, sueños y miedos en un personaje ficticio, tengo ganas de hablar desde mis vísceras, lo necesito.
 El autoconocimiento es algo marcado en mi frente, lacrado en mis pensamientos; un explorador, asi me gusta definirme a veces. Suelo sentir que no pertenezco y suena trillado, pero es así. Logré acostumbrarme a éste mundo pero sigo sintiendo que no le agrado demasiado, es mutuo. Quizá puedas considerar que mis palabras nacen de cierta oscuridad, no obstante florecen desde un lugar de templanza. Es la necesidad de cambiar las cosas y la cascada de aguas toxicas de información lo que me perturban, yo veo. Si, veo. Veo el dolor, el odio, la confusión, el amor, el brillo y la opacidad en cada rincón, en un señor durmiendo en un colectivo, en una mujer alimentando palomas en el obelisco. El ver es tan solo la capacidad de reconocer que el otro es igual a uno, y al encontrándose a si mismo estás conociendo al otro, por lo tanto, al mundo. Es como si... al zambullirse en el mar, muy profundo, al mismo tiempo una contraparte tuya estuvieras atravesando las nubes ¿es claro?
 Le temo al futuro y me siento tan contaminado... esas fuerzas son tan avasalladoras, son hilos que puedo palpar y están en todos lados, en los ojos de las personas más puras, en las manos de las personas más santas, en los pensamientos de los mas enjuiciados, y yo ¿como puedo cortarlos si apenas puedo abrir mi corazón al amor verdadero?
 Puede que me sobre exija, que me pida a diario grandeza, pureza, sabiduría, maestría, y es que tan solo soy una más de tantas almas confundidas y, de nuevo, contaminadas de sedimentos putrefactos creados adrede por entes bajos que entienden que, libres y puros, seriamos una amenaza incontrolable. Amenaza. Una amenaza un joven que se preocupa porque la espuma de su café quede sin burbujas grandes, una amenaza un joven al cual su té negro se le enfrió escribiendo ésto, una amenaza un joven el cual su fuente de energía, su fuerza y brillo más grande varía según cuan hermoso se sienta. La belleza. ¿Cuan bello tengo que sentirme para hacer un poco más hermoso al mundo?
 Casi no puedo llorar, algo me lo impide, pero hay momentos sublimes los cuales disparan mis lagrimas y abren un poco las puertas de la inconformidad que encapsula el dolor. Los ancianos, las madres, los niños, los animales, la naturaleza, toda cosa a la cual le rodean suspiros de debilidad, son justamente las mias. La impotencia a veces me corrompe, hay algo que no puedo tolerar y me paraliza al punto de querer gritar, la injusticia. ¿Tantos mundos, tantas galaxias?
 Como explorador, conozco y aprendo tocando, viendo, oliendo, suspirando, escuchando, y siempre el circulo de los pensamientos giran al rededor de ''hacer bello'', ''pulir'', ''limpiar''. A veces me siento tan sucio como el agua más atascada, que la lluvia más toxica... a veces me siento tan frágil que me hago una roca y me lanzo al mar, para dos dias después renacer como una luna reflejada y quizá tres días posteriores a ésto, se la luna, o el sol, o una lechuza amarronada.
 Me hablo a mi, y a lo que voy a hacer.
 Solo espero que en el futuro pueda brillar tan fuerte que logre encender la llama de alguien más.