martes, 9 de febrero de 2016

Respirar catarsis (Diario, página 1)


A veces me siento un poco traicionado por mi, debo admitirlo. Esto ya no es un cuento en el cual pueda plasmar mis quejas, sueños y miedos en un personaje ficticio, tengo ganas de hablar desde mis vísceras, lo necesito.
 El autoconocimiento es algo marcado en mi frente, lacrado en mis pensamientos; un explorador, asi me gusta definirme a veces. Suelo sentir que no pertenezco y suena trillado, pero es así. Logré acostumbrarme a éste mundo pero sigo sintiendo que no le agrado demasiado, es mutuo. Quizá puedas considerar que mis palabras nacen de cierta oscuridad, no obstante florecen desde un lugar de templanza. Es la necesidad de cambiar las cosas y la cascada de aguas toxicas de información lo que me perturban, yo veo. Si, veo. Veo el dolor, el odio, la confusión, el amor, el brillo y la opacidad en cada rincón, en un señor durmiendo en un colectivo, en una mujer alimentando palomas en el obelisco. El ver es tan solo la capacidad de reconocer que el otro es igual a uno, y al encontrándose a si mismo estás conociendo al otro, por lo tanto, al mundo. Es como si... al zambullirse en el mar, muy profundo, al mismo tiempo una contraparte tuya estuvieras atravesando las nubes ¿es claro?
 Le temo al futuro y me siento tan contaminado... esas fuerzas son tan avasalladoras, son hilos que puedo palpar y están en todos lados, en los ojos de las personas más puras, en las manos de las personas más santas, en los pensamientos de los mas enjuiciados, y yo ¿como puedo cortarlos si apenas puedo abrir mi corazón al amor verdadero?
 Puede que me sobre exija, que me pida a diario grandeza, pureza, sabiduría, maestría, y es que tan solo soy una más de tantas almas confundidas y, de nuevo, contaminadas de sedimentos putrefactos creados adrede por entes bajos que entienden que, libres y puros, seriamos una amenaza incontrolable. Amenaza. Una amenaza un joven que se preocupa porque la espuma de su café quede sin burbujas grandes, una amenaza un joven al cual su té negro se le enfrió escribiendo ésto, una amenaza un joven el cual su fuente de energía, su fuerza y brillo más grande varía según cuan hermoso se sienta. La belleza. ¿Cuan bello tengo que sentirme para hacer un poco más hermoso al mundo?
 Casi no puedo llorar, algo me lo impide, pero hay momentos sublimes los cuales disparan mis lagrimas y abren un poco las puertas de la inconformidad que encapsula el dolor. Los ancianos, las madres, los niños, los animales, la naturaleza, toda cosa a la cual le rodean suspiros de debilidad, son justamente las mias. La impotencia a veces me corrompe, hay algo que no puedo tolerar y me paraliza al punto de querer gritar, la injusticia. ¿Tantos mundos, tantas galaxias?
 Como explorador, conozco y aprendo tocando, viendo, oliendo, suspirando, escuchando, y siempre el circulo de los pensamientos giran al rededor de ''hacer bello'', ''pulir'', ''limpiar''. A veces me siento tan sucio como el agua más atascada, que la lluvia más toxica... a veces me siento tan frágil que me hago una roca y me lanzo al mar, para dos dias después renacer como una luna reflejada y quizá tres días posteriores a ésto, se la luna, o el sol, o una lechuza amarronada.
 Me hablo a mi, y a lo que voy a hacer.
 Solo espero que en el futuro pueda brillar tan fuerte que logre encender la llama de alguien más.

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