Rain soul

Rain soul

sábado, 8 de diciembre de 2012

Autorretrato


La sangre formaba -envidiosa de la acuarela- rosas en lienzos de color plata, brilloso, que lastimaba mi vista. Un pincel manchado de misterio era lavado fanáticamente dentro de un vaso lleno agua coloreada o repleto de colores acuáticos. Nada es lo que parece le gritaban, nada es lo que se simula, nada es lo que se puede ver con los ojos, con las pupilas dilatas después de varias dosis de libertad. Dejó de lado el cuadro, no valdría nada luego de terminado, entonces empezó a hacer otra obra, en su cuerpo retorcido, en su mente cíclica, en su corazón terco.
 Comenzó pintando con furia sus dedos, uno por uno, parecían gustarles, él podía escucharlos reir -entre varios otros sonidos, la mayoría de truenos que se manifestaban tanto afuera como adentro, la mayoría de gotas que golpeaban su ventana- y morir frente a sus ojos inamovibles. Luego de pintar de blanco sus manos hasta su antebrazo continuó con lo demás, estaba seguro que no hacía falta pintar todo su cuerpo, solo lo que él creía conveniente y necesario. Estaba descalzo y fué su segundo objetivo, esta vez un verde, un verde mezclado con tonos tierra, y lineas negras que subían por sus piernas de forma desordenada y terminaban haciéndose nubes olvidadas en sus rodillas. El pincel se hacía cada vez más transparente, como si de alguna extraña forma de este saliera todo recuerdo o color. Él lo notó pero no le importó y continuó con su primera verdadera obra de arte, su miseria. Siguió con un rojo y pequeños detalles en naranja sobre su pecho, un cielo casi apocalíptico en su torso denotaba claramente lo que sentia y pensaba, lo que ocultaba y sentía carecer. El pincel ya parecía de vidrio, podía reflejarse en él, podía ver a través de él, todo dependía de como quería y sentía ver. Ya teniendo pintado los brazos, las manos, los pies y la mitad de las piernas creyó terminar con el desahogo infinito que calmaba su afán imperialista y empezó a colorear su cuello de un amarillo insolente, de un sol clarividente, superrealista. El vicio llegaba hasta sus mejillas donde cambió a un violeta profundo cubriendo todo su rostro, exceptuando sus ojeras, que aún conservaban su tinte original -no le importó demasiado, una mente, un lago, un océano, el horizonte silencioso, profundo- tan natural que casi resultaban ser perfectas.
 No, no era suficiente, necesitaba una visión diferente frente a una realidad mentirosa y por eso se pintó de dorado los ojos, un pensamiento caritativo pintando su mente de celeste y por fín, se quedo -varios minutos de silencio absoluto, como dormido, soñando, o solo perdido- pensando que colores quedaban por usar, -''Muchos'' escuchaba que decian de alguna parte de la habitación- hubiera sido más fácil sin esa incapacidad e inducción tan notoria, tornándose callista en cortos minutos. Y su alma, y su interior, quien pensaría en ello, es una pregunta que se repetía tantas veces como respiraba, Tomó su vaso de colores y se lo bebió.
 Perfecto, demente, perfecto demente resultó ser el callado malabarista de emociones. El suicidio más hermoso que se vió, la pintura más perfecta que se pudo ver en la galería. No, el no existió, siempre lo supo, desde el principio. El sabe perfectamente que fué una idea de hombre, que fué un boceto coloreado que se arruinó por el descuido. Ahora, el accidente, bella subrealidad manchada de arcoiris, ¿podría seguir siendo sabiendo que es un error? sabiendo que su vida solo fué una casualidad y que en un mundo paralelo todos lo ven colgado, tieso dentro de un rectangulo, seguramente posicionado en la esquina donde solo lo ven los más observadores. No, el callaría y se mantrendía coloreado, pero aunque quiera caer, gritar, desaparecer, o lo que sea le es absolutamente imposible.
Un gato gris -viejo como su estadía- se sienta todas las noches a observarlo respirar, le debe llamar la atención los brillos que causa la luz entrometida en los colores de su figura, en la obra, el desastre materializado: o quizá solo mira, ido, como alguna vez fue y quiso ser él, pero encerrado se limita a pintar, por siempre, una obra interminable que bautizó como ''vida'' en un universo que realmente siempre fue y será, por los siglos de los siglos, blanco y negro.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Viento

Se detuvo en la montaña más alta que encontró y miró hacia abajo tratando de esquivar ese sentimiento barato que -mezclado con superficialidad- calmaba sus ansias de poder. Daba vueltas sobre si mismo dejando rastros circulares en una tierra seca, oxidada, roja. El viento contemplaba su figura cálida aunque no podía ver su rostro manchado enteramente por orgullo. Varias alas de tonos grisáceos se deshacían a su alrededor al ser golpeados por voces de sopranos dramáticas y jóvenes tenores cantando canciones de cuna simples pero con varios tonos graves difíciles de alcanzar. El mundo daba vueltas en sus ojos y dentro de él. El cielo no era más que una constelación vacía que se movía frenéticamente hacia un lado, a toda velocidad. No era más que un lienzo irresponsable que no dejaba de moverse, que se permitía rayarse así mismo con lineas rectas -blancas- que con cada giro iba cambiando de posición, pero siempre desde el mismo punto de partida. El viento quiso acompañarlo y se amarró a él como un barco a un muelle, dejándose llevar con la velocidad de sus vueltas. Se podía ver como alrededor de sus pies empezaban a aparecer varios hilos de aire que lo rodeaban, luego pasando a sus piernas y por fin cubriéndolo por completo, tan ácido, tan calmo, tan sarcástico que empezó siendo un grito de guerra y terminó siendo la guerra. El cielo se oscureció tapando cada una de las estrellas, los arboles comenzaban a alabarlos con sutiles movimientos repetitivos. Él, incrédulo, alzó sus manos hacia sus lados, simulando un vuelo que lo hizo flotar varios metros dentro del largo gusano de viento. Sus ojos cerrados parecían no querer abrirse y ya se ubicaba a varios metros del suelo, tantos que podría ver las nubes teñidas con la luz de la luna -que apenas se podía asomar entre ellas- alejándose. Varios relámpagos acompañaban su baile aéreo interminable, paradójica forma de cambiar su personalidad tenía, paradójica forma de ver sin ver, tenía. Alguna vez en alguno de sus sueños olvidó como volar en el plano físico. Fue ahí cuando empezó a desaparecer su materia y se volvió invisible ante ojos humanos, fue ahí cuando empezó a absorberlo todo. Llegaban a él todo sentimiento imperfecto derivado del amor, llegaba todo lo que de forma innata se le ofreció al hombre como arma blanca. Cuando se sintió satisfecho se cerró a sí mismo, bajo los brazos que erguidos acompañaban los bordes de aquél tornado y lentamente empezó a bajar la velocidad de sus giros, empezó a verse una vez más, comenzó a caer mientras el gusano se abría y todo se convertía en silencio. Tardó varios minutos en caer, lo suficiente para que despertara y pidiera un deseo ya con los ojos abiertos. Todos esperaban el momento de la caída y su efecto, pero solo dejó un pequeño agujero en la tierra al golpear su cuerpo en aquella cima fracturada. Un agujero de donde comenzó a emanar agua pura, que en forma de cascada, lloró por siempre purificando al mundo y renaciendo en la mirada de cada recién nacido.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Sonidos

Entonces se detiene, en medio de todos, en medio de ella, en medio de si mismo. Grita llamando su atención pero -afónico- decide quedar callado e intentarlo nuevamente en otra ocasión. Sobrestima sus sentidos e imagina una figura crepuscular frente a él que cuan falso reflejo extraído de memorias opacas, baila al compás de  notas de piano. La madrugada se expresaba, se olía y se escuchaba, porque la presencia si es presencia lo inquieta, lo sacude y lo derrite, ofreciéndose luego como trago.
Se derrumba ante un cataclismo material humano, encadenando siempre su alma a la vida que ahora comparte y -como espejismo- parece siempre haber estado allí. Ella confunde las paralíticas formas que la razón transforma y se deja llevar por una brisa gélida que nada tiene que ver con su interior. Rompe el silencio con el sonido de una voz acelerándose, apresurando su tempo de forma paulatina y esquiva, pero singular, única, sobre todo única. Su caminar, afable caminar, deja como vestigio sangre mezclada con acrílicos multicolores -aunque se mantenga sepia nada lo está en sus polos, nada decae en sus horizontes-. Desde lo más alto del precipicio acompañada del alma de aquél, que si bien no se conocía con la suya ya lo hacían desde antes que pudieran contemplarse.  La tiene, en sus brazos, deteniéndola, apartándola, alejándola, acercándola. Pero se limita a mirarla, impávido ante el ser, porque las lagrimas suelen transformarse en arte (conformando un nuevo vos, pulído y pigmentado) y los amores en sonetos vacíos que tan bien se reflejan en la boca de ella. Sacudiendo el Olimpo con sus manos derrocha ambrosía sobre su espíritu antiguo, sobre su alma cansada, su rostro otoñal que tanto la caracteriza. Apolos y Artemisas sollozando en rincones, materializando cascadas segmentarias que se dividen de acuerdo a su estado de animo. Formando nubosas alejadas las cuales servirán de refugio en época de hambruna, busca impaciente la perfección cuando siempre la tuvo en sus manos. El calor de sus labios anestésicos le impiden decir lo que siente frente a la unión predicha aunque puede demostrarlo, sentirlo y admirarlo porque -por más extraño que parezca- ella es sus alas teñidas de un índigo profundo en un mundo de cristal que ahora lleva su rostro grabado en cada rincón, que ahora acompaña su figura, otorgándole un concierto infinito a su ancestral corazón. Él Suele preguntarle como se sientes mientras un presuntuoso brillo se vá creando en las pupilas de aquella que -aunque dilatadas- lo miran pidiéndole ayuda de una forma particular. Se siente libre de seguir sus rastros bohemios, de responder con acordes sencillos unas notas deliciosas que lo penetran subcutaneamente. Ella fiel misterio eclipsado, ella un todo teatralizado en él, ella regalando su sangre al universo, él besándola insaciablemente, ellos desvaneciéndose con cautela, transformándose en sonidos, recordando a un piano desvelado en una madrugada silenciosa.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Tic-Tac

*Camina de un lado a otro, mira dirigiéndose a muchos sitios de la habitación. Parece estar ansioso y a la vez enojado. Se detiene en seco y mira fijo*

- Tic, Tac. Tic, Tac. Tic, Tac. Tic... ¿No les molesta a la gente? ¿No se sienten abrumados por ese infinito palpitar del tiempo? Yo si, me ciega, me enloquece. El simple hecho de saber que jamás esas agujas pararán de moverse me vuelve loco. Pero no es lo único que me saca de quicio, no. Cuando la canilla queda abierta y caen de ella repetidas gotas, una, y otra, y otra vez, o cuando los nenes de la vuelta vienen a jugar cerca de casa y golpean sistemáticamente mi pared con su pelota, una, y otra, y otra vez, o peor aún, cuando un pájaro se acerca a mi ventana y se pone a cantar sin pausa, no es feliz ¿Por que canta? Es que no tiene nada que hacer... y simula. Yo... yo sí tengo algo que hacer, por eso me molesta. ¡porque espero y no me dejan pensar! 

Vos sos la única persona que me entiende Boddah sabes escuchar, ¿Alguna vez te lo dijeron? Me siento libre cuando te hablo, en parte sos como mi reflejo, aunque mudo, que me mira constante e infinito. Aunque a veces me da la impresión que estás ido de vos, mirándome con ojos inexpresivos como si tu alma no estuviera en tu cuerpo, hasta que *grita* ¡te grito! *baja la voz* y me miras con atención nuevamente. Olvidé el día que te conocí, solo recuerdo que estabas vestido de negro y tenias un cómico sombrero que me recordaba mucho a las películas de crímenes, parecía que te estabas ocultando de alguien, como un espía, temeroso. Después te cambiaste y te pusiste lo que ahora llevás puesto. Te queda bien el rojo. Me gusta ese color. Me gusta como te queda. Me recuerdan a los atardeceres de verano cuando el sol sangra su vuelta. ¿Estás enamorado?... ¿Estuviste enamorado?... bueno supongo que no querés hablar de ello, ¿cierto? Tranquilo, te entiendo. También sufrí por amor, todos sufrimos por amor y sabes, es mucho más doloroso que cualquier herida cortante, o cualquier quemadura en la piel, porque cuando a uno lo hiere alguien que ama la herida no es en el cuerpo, claro, es en el Alma. Y aquellos cortes no cicatrizan nunca amigo mio. Muchas veces se maquillan, pero siempre están, como el aire. 
Hace tiempo conocí a una persona... cuando caminaba por la plaza una tarde de marzo, lluviosa. Te preguntarás que hacia en la plaza un día de lluvia. Nada. Solo disfrutaba ver el caminar de las personas. Como la lluvia golpeaba en ellas. Miraba sus rostros y visualizaba como serán sus vidas. ''Cada persona es un mundo'' decía siempre mi abuela, y eso me hacia eco en la cabeza. 
Hasta que, de pronto, mi cuerpo se paralizó al verla, tan perfecta, tan sublime,  corriendo saltando charcos sin paraguas. Me acerqué a ella y le ofrecí el mio. Sonrió. y yo también lo hacia, pero su sonrisa era diferente, la mía era superficial. Así fue como nos conocimos, una mañana lluvia se marzo.

*Empieza a caminar* Ella era diferente , ella me hacia sentir vivo. Creo, creo que estaba enamorado, estoy, estaba, estoy *Se sienta y mira hacia el piso* Helena. *levanta la mirada risueño* Va a volver, me lo dijo, ¡Sí ella! ¿Por que me miras así? ¿No crees en su palabra? ¡Ella jamás me mintió! además nunca lo haría, no se le miente a la gente que se ama ¿sabes? *silencio* Yo nunca te miento, aunque no te amo, te aprecio, porque me escuchas siempre y nunca me juzgas, esa es una virtud que me gustaría tener Boddah. Ahora que lo pienso, cualquier persona querría estar contigo... *se entusiasma* ¡sí, cualquiera! *A Boddah aunque su voz parece neutra mira desafiante* Bueno, excepto Helena claro, jamás te querría, sin ofender, ella solo me ama a mí. *pensativo* ¿Me pregunto donde estará y por que no volvió como dijo? Algo la retrasó, sí. 

La última vez que la ví tenia un vestido floreado, como siempre tenia el pelo suelto como tanto me gusta... y... una sonrisa que me recordaba a las teclas de los pianos. Su voz era melodiosa, hasta cuando se enojaba conmigo, *lo dice entre risas* yo solo podía quedarme estupefacto ante su presencia, la cual me daba vida, como una marioneta sin corazón. Ella era el mio, era el de los dos. Hasta que se marchó, se esfumó, desapareció entre la multitud... aunque no me preocupé hasta ahora, que ya pasaron 5 años desde que partió, o tal vez fueron dos o tres semanas, o quizás un par de horas. Da igual porque todavía no llega.*silencio, hace gestos con las manos como si tuviera una batuta* ¿Escuchas? Tic, Tac. Tic, Tac. Tic, Tac. Tic... odio ese sonido, lo odio con pasión, me enervan la sangre, la poca que circula sin ella presente. Aunque para calmar mis ganas de destruirlo todo, suelo visualizarla en mi mente mientras escucho el reloj, y me imagino... *Lo dramatiza* me imagino que cada Tic es un paso de su pierna izquierda y cada Tac uno de su derecha, caminando, viniendo hacia casa, hacia mí. *silencio* ¿Loco? No estoy loco, estoy cegado ante todo, estoy cegado ante ella, ante vos. Vos que estabas con ella cuando llegué. ¿Qué? Vos... Vos eras el hombre vestido de negro, eras vos el que besaba a mi helena a mis espaldas ¡Y en mi propia casa! Ustedes no me vieron llegar, menos me escucharon, estaban muy ocupados, muy ocupados. ¡Como cambian las cosas cuando la rutina se modifica... cuando llegás temprano de trabajar! ¿No? entonces fuí y tomé el arma que heredé de mi padre, fuí hasta la cocina donde estaban y gritando mi odio ¡te disparé! Y te vestí de rojo... y la vestí de rojo... pero ella se fué, gritando. Pero con su vestido primaveral blanco manchado en sangre. ¡No era un vestido floreado, era blanco! 

*Algunos segundos de silencio hasta que escucha ruidos en la entrada* ¿Helena? ¡Helena! ¡Es Helena! *sale corriendo y abre la puerta* No... vos no sos helena. ¡Helena! ¡¿Dónde estás helena?! *la vé* Helena diles que no soy mala persona, Diles que no hice nada malo *cae hacia atrás, y se arrastra, alejándose* *la mira a helena nuevamente*

¡NO SE LE MIENTE A LA GENTE QUE SE AMA, NO SE LE MIENTE A LA GENTE QUE SE AMA!

Se cierra el telón

viernes, 26 de octubre de 2012

Juguetes


Fuiste mejor que yo desde que abriste los ojos, desde el primer momento, a partir de tu primer bocanada de aire viciado después de un grito de angustia. Naciste con alas tan grandes como tu imaginación, aunque invisibles a los ojos e imposibles de tocar. Volabas con solo cerrar los ojos, te divertías en tu placenta exterior alejado absolutamente de la oscuridad. Los objetos de tu alrededor podían ser lo que quisieses: no importan los detalles cuando amas algo. Eras superior a todos, y no lo sabías. Más sabio que ninguno y apenas balbuceabas tristes monosilavos incomprensibles.
Escuchabas sonar la caja de juguetes como una musical, el miedo y la inseguridad estaban en un segundo plano, esos que son opacados por el primero, a los cuales no puedes apartarle la vista. Corrías incansablemente sin soltar la mano de tus amigos imaginarios, te aconsejaban, te protegían. Manipulabas tu realidad de una forma tan real que sin querer solías cambiar el destino con tus sutiles manos diminutas. Asombrado abrías los ojos a lo desconocido -te interesabas demasiado aunque no lo entendías-.
Todo era hermoso a tu alrededor, a lo que le mostrabas una sonrisa despreocupada para luego continuar con tus infinitos juegos de colores.
Eras vos, siempre lo fuiste, en tus ojos se materializaba tu realidad. Eras vos, eras el reflejo de tu alma pura y solemne, que brillaba como amatista frente todos. Eras vos y nadie más. Y eras perfecto así, nunca deberías haber cambiado nada, y aunque conserves gran parte de lo que fuiste, estás siendo corrompido, y es que al crecer uno lo hace -triste e inevitablemente-, porque el objetivo máximo de la existencia es conservar por siempre lo que desde el principio se nos fue enseñado y luego con el tiempo olvidando o no, pero si no fue así, repartirlo continuamente para que al final del capitulo de nuestras vida podamos gritar a viva voz que lo hicimos, que llevamos el cielo a la tierra, como el primer día, desde el primer día.
¿Te das cuenta por que todo bebe nace llorando? Por mi, por todos, pero no por vos, estás a tiempo de volver. No vendas tus alas, extiéndelas y vuela sobre mi, porque fuí vos, porque soy tu reflejo.


domingo, 14 de octubre de 2012

Grito


Me derrito implacable entre tu figura y la muchedumbre. El silo roto muestra sin cesar los secretos humanos guardados con llave, y la luna -sorprendida- rueda formando círculos en los campos de trigo, firmando su nombre en la tierra, riendo en la cara de fabricas inhumanas.Tormentos clandestinos, que te persiguen, te acosan, te dejan plantando sobre las mas alta montañas de cenizas y el viento -cantando- sucumbe impávido sobre todos, sí, también sobre mi. El yo castigado por el yo, calmando la superficialidad continua. 
Nadie en este mundo comprenderá jamás la tierra ni sus objetivos, nadie conocerá jamás la mente de otra persona en su totalidad, sobre todo la tuya, la mía, sobre todo la mía. 
Mi corazón un cubo de hielo. Arrastro mis piernas sobre la arena, deshidratado cierro los ojos transformando la realidad en una mentira. Ideologías confusas que penetran mentes parasitarias, apagando fuegos fatuos que luego seguirán viviendo dentro del vencedor.
La figura percudida, tu mirada trasparente y la vida que se mese como un bebe y grita pidiendo atención. El ego peleando con armas blancas contra sus pares, la venganza del capitán del barco sobre todos.
La capacidad infinita de provocar dolor, la luz bañándonos y nosotros ocultándonos en cajas de madera. Muchas veces la verdad modificada camina frente a la gente vestida de gala, una mente demente cayendo frente a ella, vengando y engañando, milagros peculiares que tanto abrigan. 
Y sigue gritando contorsionándose hasta las lagrimas. Los oídos tapados con varios montículos de azúcar continúan sordos. Continúan sordos. Continuas Sordo. Continúo Sordo, aunque comienzo a escuchar un leve zumbido que me recuerda tu voz.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Amnesia


Me embarqué en tus ojos olvidando la rotura de mi balsa, desde el principio supe que la verdad estaba dentro tuyo, nunca pude convertir ese sentimiento infinito en algo concreto, algo que pudiera sentirlo en mis  manos y darle forma para luego dártelo como regalo de Cumpleaños. La niebla mezclada con humo de tabaco empañaba mis corneas. (TEXTO ELIMINADO) Antes de chocar con el fondo todo empezó a abrirse, la tinta se derramó sobre mi una vez más y desperté sobre una foto, en la cual veía perfectamente tu rostro, y tus ojos donde estuve alguna vez, pero solo en tus pensamientos o en los míos, pero no en el de los dos.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Teatro


''La escena ha terminado'' me dijo y miraba directamente mis ojos. Yo los tenia húmedos, aunque no había llorado aún. Tardé unos segundos en comprender que no era la mirada de siempre, supongo que no resolví bien la situación, solo seguí mirándola desde arriba del escenario -con un rostro patético- parecíendo seguir interpretando ese estúpido papel. Sentí dolor, pero no ese dolor que es de uno, otro tipo, ese dolor que vá más allá del entendimiento o la razón, un dolor que se camufla en heridas imperceptibles y que ambos comparten pero que nadie es capaz de decirlo a viva voz.
Bajé despacio, haciendo un gesto a mi compañero de elenco, creo que entendió a que me refería. Me acerqué lentamente y miré su boca, -agrietada pero húmeda por las lagrimas- esa boca que tantas veces besé en sueños, o en delirios, raíz nata de mis dolencias. Toque su rostro con inmadurez, como cuando un niño da su primer beso, no sabe realmente por que lo hace, solo sabe que quiere sentir lo que sienten aquellos actores de peliculas que apenas entienden. Ella levanto su mano fria y acarició mi cabello. Podía verme reflejado en sus ojos grises, -tán similares a los míos - pero con un brillo diferente. En mi mente trataba de crear las oraciones que podría decirle, pero no lograba nada bueno como resultado. ''¿Entonces, que tienes para decirme?'' dijo y miró al suelo transformándose también en una niña, esa niña que hacia tiempo no veía. ''¿Nada, verdad?'' continuó. Sentí fieras carcomiendo mi inseguridad, dementes miradas esperando un desenlace preciso. Nada salió de mi boca, solo una lagrima caminaba por mi mejilla derecha, refrescando tal vez, mi vergüenza opresora. De pronto un ''Perdón'' salió de mí. No estoy seguro por que lo dije, apenas sabia quien era entonces. ''¿Perdón?'' me dijo y esta vez cambiando el tono de voz, volvió a ser adulta una vez más. Lamentaba mucho todo, pero no sabia que era lo que lamentaba. Una parte de mi cerebro -que parecía desconectado de mi cuerpo- estaba demasiado ocupada en aquellos seres inmóviles. Mis manos sudaban y no entendía si los ojos de ella transmitían amor o alguno de sus derivados. Tenia que actuar, sea lo que sea, pero tenia que hacer algo. Sin romper ese lazo que unía nuestras pupilas acerqué mi boca lentamente a la suya, con precaución pero decidido. Segundos antes de que mis labios tocasen los suyos cerró los ojos y una lagrima mojó de nuevo su boca -quedando entre el beso- lo que le dió un significado más dramático, tan profundo como su corazón o lo que sentía por ella o ella por mí. No sabia aún que mascara teatral estaba usando con ella, solo sabia lo que sentía cuando nos unimos formando un nuevo ser. Un nuevo ser que luego de separarse sonrió, pero no por nosotros. Creo que fue todo muy creíble. Todos se levantaron y nos aplaudieron de pié, mi mascara se agrietó y solo quedó apretar su mano y saludar al público.

martes, 4 de septiembre de 2012

Distancia

Zapata: - Camino por una calle perfumada de otoño me siento a orillas del mar y pienso en el amor, qué sentimiento  complejo de asumir y qué valentía hay que tener para navegar en sus turbias aguas. Me pregunto tantas veces que va a ocurrir cuando lo sienta a mi lado, ¿Palmeará mi hombros con gentileza? ¿Va a castigarme con sufrimiento?  . No lo sé, quizás una corta edad es lo que me mantiene en confusión, pero si hablo de amor, hablo de verdad y no de dolor. Creo que las almas luchan en una odisea en este sentimiento, que hay un lazo que las atrae y un día se unen y se descubren, qué pasa cuándo se descubren dos almas?  ¿Qué pasa cuando se conocen tanto que saben que llegó la hora de ir por más? . Hay tantas cosas que me pregunto y también estos días me dieron tiempo de pensar si hay alguien que me tiene en el centro de sus pensamientos , al cual le llamo la atención, que se fijó en mi tal cual soy . Mucha filosofía detrás, mucha aventura. Simplemente ha de haber algo detrás de las paredes de mi cuarto rosa, algo más allá del mar, del ser humano.
El amor es sentir afecto por los demás, por la familia, los amigos, el arte… Pero hablo de un compañero, un conocido, un extraño, no sé, más que una charla, más que un amigo, más que tomarse de la mano.
Significados ambiguos, placer infinito de curiosidad. Una plaga que derrama vigencia en el mundo, una plaga tolerante y adictiva, Cupido untando al mundo con el más dulce de los aderezos. 

Meira: - Aferrado a este árbol rígido que me mantiene erguido, distinguido entre mis sombras, indeciso cultivo ya marchito que sigue gritando dentro de mi cráneo. Aquella la niña alegre, que baile quieta y vuela sentada, vé con sus odios y habla callada. La distancia que anuda con fuerza, que otorgan libertinaje a las simétricas ramas que aprietan mi mano y me aferran a la vegetación, mientras húmedas, lianas queman mi rostro dejándolo irreconocible para el día del encuentro. Porque cuando la tierra se mueve debo quedar inmóvil, tapando mis oídos de piedra. Las dulces palabras de esa niña lastiman, desde adentro hacia afuera, empezando por mi tórax y terminando en un vestigio en forma de eco dentro de mi corazón. Y si esa típica ideología se convierte en mí, -una condena personal- las preguntas complejas y sus respuestas simple se gravarán en esta frente fría, ya semejante a la áspera corteza. Entonces la lluvia cae y para el tiempo -no me resulta divertido, aunque a ella parece agradarle, y de alguna forma también es reconfortante-.  Sí, me cuesta creer que siga sonriendo, me cuesta saber que no entiende, me sorprende su invulnerabilidad frente a mis cenizas, todo volviéndose acuarelas deja en un retrato blanco y negro mi rostro como hueco, corrido por el agua pero con la expresión sublime de un sentimiento difícil de reconocer pero fácil de ver.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Acuario


Sentado al borde de aquel balcón de tonos grises, miro al cielo jugando con los lejanos soles, inventando constelaciones nuevas, que pensaba conocer solo yo. Luces índigo ya esparcidas por el planeta se reflejan en los cristales con motivos artísticos y coloridos como marcos. El té se enfría a mi lado mientras divago minutos enteros dentro de mi cabeza. El aire fresco roza mi cabello que -aunque inmóvil- se alegra de sentirlo. Entonces me pregunto la razón del existir y la obligación de hacerlo, Me cuestiono las cárceles internas a las que nos aferramos con pasión por miedo al cambio y las cerraduras mentales oxidadas en una era de piscis - ciclotimica y mal herida - que prepara su equipaje dejando lugar a la lluvia. 
El agua del universo que viste las bastas costas del cosmos deja caerse en la tierra. Miles de millones de almas que miran hacia arriba -pero solo por ellas mismas- se mojan unas a otras y así, la parte material se deja llevar por lo que nunca conoció, aquel pacto de silencio ya roto, abre la puerta de bienvenida.
Una iglesia deshabitada que no tiene más recursos de atracción, un gobierno mentiroso, una educación dictadora y una sociedad manipulada se limitan a hablar y se lanzan al mismo agujero negro que hoy llamado olvido. La música se oye cada vez más fuerte, todo se mueve más lentamente, la empatía puede olerse a kilómetros deshaciendo bloqueos y construyendo despertares, mientras una tenue luz solar hace fluir más rápidamente la sangre de nuestros corazones (heridos por la radiación de entes perversos) hasta ser libres. Y encontrando la llave de la conciencia -siempre guardada en su cerradura- descubrir el sentido de la venida y la ida, o lo que se puede llamar un todo, revelado frente a ojos lacrados que ahora se derriten por la luz, pero luego abrirán para siempre y por fin, dejarán de doler. 

jueves, 23 de agosto de 2012

Bosque


De pronto una hoja meciéndose sobre un pequeño charco dentro de algún frío bosque suicida, observando la brisa y acompañando la soledad del aire y el lúgubre sonido de varias mariposas revoloteando, mirando en sí, la nada misma, en la que a su vez se ve un poco reflejada. Esperando algo, intentando algo, camuflada con el barro. Esquivando la lluvia se deshace junto a las libélulas que - mintiendo sobre su existencia- alegraban su estadía. Cantares de mosquitos esqueléticos junto a amables grillos frustrados, no todo es tan malo como imaginaba aquella rama fatalista que dejaba caer de vez en cuando alguna que otra lagrima por la punta de su delgado cuerpo. Malinterpretando al viento, susurrando viejos poemas de autores desconocidos y poco queridos. Inmóvil y sedienta aunque sumergida y ahogada por la presión de ser, la desesperación de no ser, el desprecio de la critica malabarista, el agua sobrepasándola. Un día más repitiendo los dichos de aquel árbol robusto que la vio nacer y ahora está apunto de quebrarse, para luego - después de años de basta sabiduria algo inutil por su incapacidad- caer y verse tumbado, acuchillado por miles de otras miradas hermanas, y terminar viendo, por fin, un cielo con un desprolijo marco de hojas (Paradójica la vida de aquellos árboles que tienen que morir para ver el cielo). Y al final terminar dirigiéndose a su hija - a apunto de dividirse en varios trozos- y decirle simples palabras que ella entendió perfectamente; ''Caen las hojas, y asi se queman lentamente las neuronas de este viejo otoño''. 

Estigma


Hola señorita rebeldía, supongo que ya me conoces lo suficiente como para verme sin mi esqueleto esquizofrenico, Teología obligada de tu existir, Monotematicos aunque exactos. Solo permitame arrancar -por fin- tu alma y ofrecerla al universo. Paranormal siempre tu mirada, inalterablemente caótica, pero suave como el terciopelo. Las venas ríos de sangre, el cáliz de mi esperanza repleto de saliva amarillista. Los estigmas de tu corazón, las espinas de mis ojos y el tercero que junto a nosotros, se vuelven un solo espíritu. El agua en tu frente y el karma de no tenerte forman en mi -crean, construyen, hacen- al mismisimo abismo.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Perdidos


Y yo no soy yo, soy un reflejo de vos. Distorsionado por la luz de una vela, Amarillento por el calor de un sol derritiéndose,Viejo por una eternidad revoloteando detrás de tus pupilas... Me envuelven tus deseos de escape y desapasionadas sonrisas. Me hipnotiza tu perfume, que a la vez es el mío y tiembla al compás de una melodía infinita. Nos obligan a disfrazarnos de demonios para lograr caminar sobre un infierno plagado de personas sin alma y con un corazón resquebrajado por la maldad. No eres nadie si no eres nada, y sos un insulto a los tuyos si alguna vez fuiste. Cuando acostumbres a pasar sin que nadie te observe podrás ser uno más, el demonio logrará adaptarse a ti, como pasó con los demás.
Y si pronto esa necesidad de ser rompiera las barreras de tu ineptitud, harías implosión, dejando a tus venas entrelazarse con las mías, quemando las inútiles y escasas neuronas de cada pequeño y catatónico cuerpo que camina por la calle que una vez te atreviste a caminar.

sábado, 18 de agosto de 2012

Ser


No me conozco.
Mis facetas se entremezclan formando fragmentos de un yo rodeado de neblina difícil de disipar. 
Entonces, solo me acompañan dos mascaras teatrales, una botella de algún liquido rosáceo y varios acordes desafinados de mi persona. 
No hay limites -realmente-, solo barrotes de hierro y un globo sepia repleto de helio que vuela con la corriente buscando libertad.Siempre diluido en agua, destilando, desgarrándose lentamente encerrado en finos cristales mentirosos. Una esponja tal vez, inventando ridículas formas de facilitar una vida confusa, filosofando esoterismos, manipulando así a la muerte. 
Confiando plenamente en la ovación carnal, el destino entrelazado lanza sus anclas aquí, justo donde quería, y así manejar la barca de la actuación y morir -en el penúltimo acto- abrazado a la hipócrita bondad, o entre varios escritos amarillentos de gente anónima pero comprensiva que nunca buscó agradar, si no -tan solo- ser.

sábado, 23 de junio de 2012

Putrefacción


Granizo constante cae violentamente en esta habitación tan gris como tu mente, derrochando alcohol, frenesí visceral de tiempo inconcluso y desperdiciado. El amanecer está en tu cara y no te importa, un solsticio de verano en tu boca clama libertad y agonía. Fugaces palabras atraviesan tu corazón, embelleces caminos sin control alguno cambiando logros por demencia adjunta. 
Impulso desmedido, gritos y plegarias a un ente invisible pero creíble. 
Mientras te espero, sentado en un banco color daltónico frente a tu hotel favorito, cubres tus oídos con tapones de vergüenza creada por personas siniestras. Un aro de humo sale de tu cigarro encendido desde tu nacimiento, y una gota de alma brota desde tus mejillas deslizándose por tus piernas y terminando en tu cerebro consumido por la desdicha y la gloria.  
Observa, transforma y exagera. Limante en mi cerebro, constrictor en mi tambor muscular. Siempre, desde nunca, lamento toda esta perdida de tiempo. Posicionado entre los mas altos arboles, en la cima inalcanzable una botella de ron, en el suelo un manantial de desperdicios ¿crees que a mi no me pasa? ¿De verdad lo crees? ¿Acaso no te sacarás nunca esa venda color miel de tus ojos? Pensemos, calcula científicamente desde la visión mas adulta hasta la mas pequeña molécula de inmadurez. Almas separadas por lineas diversas, colores anormales tiñendo la sangre de fantasía y cantos. 
Volando a través de objetos inanimados y punzantes, se aparta de lo que realmente importa, vos. Sé, que sé, que nunca pobre adentrarme  en aquella esquina oscura que algunos llaman tu corazón. Sabes, que sabes, que nunca podré estar tan cerca de él como para comprenderlo ¿Verdad?
Compasión, sentimiento estúpido e invalorado, es lo que busca un alma comprimida si nada puede hacerla sentir real. Aléjate, no quiero oirte. Entiende, que no quiero que me quieras. Déjame quererte aunque no te importe. Enciendete, hasta consumir toda tu simétrica y hermosa persona entre la multitud. Sé que estoy en estado avanzado de descomposición, pero también sé que es por vos. Ridícula forma de pensar la del amor. 

lunes, 19 de marzo de 2012

Vuelo


Volemos como dos aves ebrias a la mitad de una ciudad desierta, derramemos este vino en personas sin alma ni  corazón. Caminemos junto a un largo río donde el amor es arrastrado por la corriente y los pensamientos se convierten en cubos de hielo transportando mentiras. Flores y nubes tan hipócritas y bellas, bailan al son de una  canción sin letra.
Retratos de nosotros, Retratos de la nada, falso reflejo caído desde lo mas alto de la ignorancia.
Me vuelvo algo inerte y sombrío, como el ambiente dentro de mi cabeza. Desatemos un  huracán, desatemos un disturbio.
Esa tan arrogante sombra innecesaria es la culpable de la muerte de la muerte, y nosotros miramos el abismo sentados al borde del precipicio del cielo. Esperemos en esta piedra cubierta de lagrimas, solo la lluvia nos alimenta y nos hará libres.
Volemos hasta un cielo celeste, volemos hasta otro cielo celeste, este ya esta contaminado, contaminados por todos nosotros.
Nosotros y la ilusión, calmemos estas mareas de  incertidumbre, bañemonos con el gozo de la gloria, y disfrutemos de un sol apagado y una brillante luna roja y reseca. Ese es el perfume de la derrota, y esta la vestidura de la victoria, manchada de orgullo narcisista, sedienta de oro pobre carente de  pasión y esfuerzo, oro cubierto de cobre, cobre cubierto de oro, mascaras incomprensibles.
Lastimemos al destino y bebamos de su fuente, nuestros pies adyacentes, brillan y cubren un universo latente casi letal. Miles de millones de  espíritus rodeados de cuerpos celestes, claman verdad, justicia, deseo, mientras un viejo y un ciego golpean como un tornado a la revolución y el cambio en un lugar fuera de este mundo donde existe lo imposible.
Tapemos los ojos de aquellas personas carentes de sentimientos, y volquemos este veneno teñido de nuestra sangre en una copa, rota por la gravedad, tu amor suicida, para que volvamos a beber de ella, una y otra vez, y que esta tierra cubierta de agua pidiendo auxilio sea una señal de lo que hacemos y no hacemos por nuestros corazones resquebrajados y lastimosos, cubiertos de vendas irritantes catalizadoras de tragedias y amor.