Rain soul

Rain soul

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Mundo (Diminuto)

Afuera hace mucho frío y el fuego del hogar sigue encendido con fuerza. Luz colocó más leña para aumentar el calor y se dirigió hasta la niña, quien acostada esperaba impaciente su taza de té y el cuento que estaba a punto de escuchar. La joven le entrega lentamente la infusión -para no derramar gota alguna en el sillón aterciopelado oscuro a la pequeña, y se sienta en la alfombra con las piernas cruzadas, abrigada con una manta de retazos de colores la cual huele a casa. Dentro de la sala solo el elemento ardiente ilumina, incluso él parece estar pendiente de lo que sucede, todo está en calma, todo está a salvo.
- ¡Estoy ansiosa por escucharla! - Murmura Brisa hundiendo su cuerpo entre los abrigos y el sillón.
- Tiene un poco de polvo, pero a veces los mejores libros los tienen, muchos hasta poseen historias ajenas a las suyas. Éste es uno de esos. Lo encontré hace un tiempo con un mensaje en la solapa. Déjame buscarlo... aquí está: ''Lamento la tardanza, me he encariñado mucho con él. Cuando haya cumplido su cometido déjalo en algún lugar donde pueda ser encontrado por alguien más. Cuídalo bien''.
- Parece que la persona que lo dejó en la plaza lo quería mucho ¿No, hermana?
- Sí, lo quería, ahora parece que lo ama, por eso lo ha dejado, para que alguien más lo leyera
- No entiendo, pero ¿por qué lo abandonaría si tanto lo amaba?
- Es que no existe forma alguna de amar sin libertad, pequeña.
- Yo te amo, pero te quiero siempre conmigo ¿estoy amando mal? No quiero que te alejes de mí.
- Brisa, nunca te abandonaré, yo no lo haré.
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo.
- ¿Por qué?
- Por todo lo que te hace feliz.
- Eres graciosa, nunca escuche a alguien que jure por si mismo.
- ... Toma tu té o puede enfriarse, tiene jengibre, va a hacer bien a tu voz. Veamos... ''El mundo bajo mis alas'' de Anónimo.
- ¿Que significa anónimo?
- Es cuando no se sabe quien es la persona que lo escribió.
- ¿y por qué no puso su nombre la persona que lo escribió?
- No lo sé, quizá no quiso hacerlo, o se ha perdido con el tiempo, no puedo responder eso.
- El té está delicioso, y sé que lo haz hecho tu, ¡no es un té anónimo! Me pregunto si sabría igual si no supiera quien lo hizo. Hermana, puedes comenzar a leerlo cuando quieras.
- Capitulo uno: Mi mundo, y el planeta tierra
El fuego sigue ardiendo calentando cada rincón de la sala de estar. La voz de luz es dulce y serena, y su mirada al recorrer las oraciones es la misma que aparecía al ver las montañas de pequeña.

 ''En mi mundo hay pájaros dorados y dragones colorados, las estrellas se ven aunque esté el sol, y la luna jamás se va. Aquí las nubes siempre tienen formas, y las montañas a veces roncan. Si te quedas durmiendo en el tronco de un árbol puede que despiertes y te esté abrazando. El aire es puro, el cielo azulado. Siempre que termino de jugar en el campo me tiro en el césped y los insectos me saludas, luego miro las historias que el cielo va formando; una de mis preferidas fue el que titulé: El planeta tierra. La historia es simple, a veces un poco tenebrosa. Las nubes iban formando siluetas, al principio me costaba entender lo que estaban representando pero en mi mundo, si no entiendes algo, solo tienes que respirar, escuchar al viento, y esperar que éste empiece a susurrarte para que puedas entender mejor.''
- Hermana ¿donde queda ese mundo?
- No existe Brisa, es parte de la imaginación de la persona que lo escribió. Se lo llaman cuentos fantásticos.
- Para mi los dragones existen.
- Sería hermoso que existieran, siempre y cuando -y si son peligrosos- vivan lejos de aquí.
- ¿por que no crees en los dragones? el mundo el muy, muy grande, y pueden estar en algún lugar, escondidos. Tal vez teman salir y que los lastimen...
- Cuando el invierno termine iremos a buscar dragones al campo
- Y vamos al bonito mundo del libro.
- Ojalá existiera un mundo tan bonito, donde pudiéramos ser abrazadas por árboles y que los insectos nos saluden...
- Hermana, ¿como no entiendes? el libro es anónimo, como dijiste, no se sabe de quien es, ¡mira si la persona que lo escribió vino a visitarnos a éste mundo y nos lo dejó de regalo!
- Bueno, ¿por qué no? vamos a pensar de esa forma. ¡Tengo en la mano un libro escrito en otro mundo! Si que somos afortunadas entonces de haberlo encontrado.
- Sigue, hermanita.
- De acuerdo...

''Así que la película del firmamento empezó a entretenerme junto a la música y las palabras de la brisa. Así que mientras veía las nubes escuchaba: Existe un mundo que llora. Está muy lejos de aquí, a millones y millones de remontadas de barrilete. Allí hay seres de tamaños, formas, pesos, colores y personalidades diferentes. La luz decidió que sea una escuela de almas nuevas, de esas escuelas donde se aprende deprisa, de esas donde se sufre. Al principio el universo decidió mandar almas que jamás habían vivido en cuerpos físicos, pero luego de muchos miles de años -lo que serían semanas en éste mundo- éstos empezaron a evolucionar, y a ser más sabios. Aprendieron muchas cosas nuevas, entendieron que la cooperación es algo necesario, aparecieron las lenguas, a construir, a amar, a necesitar, empezaron a olvidarse de vivir. Había un problema, la tierra -como le llaman a éste mundo- estaba confundido y los miraba con extrañeza, por lo que su padre pensó que debía equilibrar a los habitantes de éste planeta, lo que la tranquilizó un poco. Llegaron nuevas almas, muchas sabias y con una luz que embellecía todo a su paso, que llegaban para enseñar el camino junto a los guías - ¡Incluso más sabios que éstos!-, que desde algún lugar les hablaban y solo eran escuchados por los que estaban dispuestos a hacerlo, y por otro lados muchos alumnos, que no eran tan brillantes como sus profesores pero estaban dispuestos a aprender, aunque éstos eran ciegos y sordos, no literalmente.''

- ¿Que significa ''no literalmente''?
- Significa que es una metáfora.
- ¿Y que quiere decir que somos sordos y ciegos?
- Metáfora es cuando... digamos... yo digo algo pero estoy diciendo otra cosa. El viento está hablando que mucha gente de éste mundo no quiere ver, y no quiere escuchar, algunos porque no quieren y otros porque no están preparados, supongo...
- ¿y nosotras?
- Yo creo que soy un poco así... aunque no demasiado. Está claro que tu no, pequeña.
- El té está rico.

 ''El universo es sabio y ésto supuso, no solo un aprendizaje para las almas nuevas, si no también para las más aprendidas. El problema fue que las almas con más luz iban creciendo y se iban sintiendo extraños, algo andaba mal. Casi todas ellas tenía algo en común, algo que expresaban siempre que podían, y si no lo hacían lo sentían: Sentir que no pertenecían a ése sitio, que no era su lugar, todo estaba mal y no sabían como hacer para cambiarlo. Todos éstos pensamientos los hacían sentir solos, y casi siempre, tristes, por lo cual no podían brillar como estaba predispuesto, o al menos eso pensaban. El problema es que en el planeta tierra las almas poderosas pueden ser oscuras y luminosas, aquí eso nada tiene que ver con alcanzar el poder, y con el paso del tiempo las primeras fueron tomando las riendas del mundo. Ellos querían controlar a todos los hombres y mantenerse en lo más alto, entendiendo que no podían dejar despertar a las almas avanzadas que llegan a la tierra ya que serían una amenaza. Las formas por las cuales mantenían dormidos eran técnicas realmente perturbadores y de baja vibración: miedo, odio, vergüenza, y más. Ellos idearon la forma de separarlos, de hacerles olvidar tanto a los sabios como a los alumnos que eran uno, todos iguales, que venían e iban al mismo sitio, suplantando eso por modas idiotas, ideologías de éxito equivocadas, superficialidad.''

 - Hermana, ¿puedes hacerme otro té?
- Eh... Si, si. Vengo en unos momentos, traeré también uno para mi.
- No olvides... ¿cuantas?
- Tres de azúcar, cucharita pequeña.
- ¡Si!

Luz se levanta y va a la cocina, lejos de la sala aunque igual de caliente que el resto del hogar. Ve por la ventana y observa la ciudad, entre la ventisca está lleno de las luces de navidad de las casas, ella ama ver luces de colores y más cuando están detrás de vidrios empañados y se ven distorsionadas. La tetera está hirviendo nuevamente, va hacia ella con su dulce andar, sirve dos tazas de té y les pone tres cucharaditas a cada recipiente. El humo que emanan dibuja formas en el aire y vuelve a su lugar de partida.

- Ten cuidado, está muy caliente.
- ¿por qué existe la gente mala, hermana?
- ¿Para que exista la gente buena? ¿por qué te preguntas todo? Si que eres curiosa, me recuerdas a mi cuando era pequeña, solo que nadie me escuchaba, ¡eso me desesperaba!
- Nuestros padres eran sordos y ciegos... pero eso no los hace malos... ¿y por qué tienen que haber malos y buenos? ¿por qué no solo hay buenos y ya? El mundo sería más bonito y lo mejor ¡Podría ir a jugar sola cuando quiera!
- Mamá una vez me dijo que su abuela siempre decía que sin oscuridad no existe la luz, y viceversa. Y te dije que tengas cuidado, está muy caliente.
- Auh, está delicioso, continúa...
- Veamos ¿donde me quedé...? ah, aquí, bien...

 ''Las modas particularmente eran durante mucho tiempo algo realmente conflictivo para la liberación ya que estaba diseñada para hacer sentir a las personas más libres, pero claramente los condenaba a no solo ser un esclavo del sistema creado, si no a alejarse de su verdadero yo, de su esencia, y enmascarar su verdadera identidad divina pasando a ser una copia más cuando su meta era ser diferente.
 Todo lo que me decía el viento me hacía erizar la piel. El cielo solo muestra historias reales de mundos diferentes, y ésta era una de las más tristes y que más miedo me dio, pero seguía interesado por ver como seguía. Las nubes muestran a seres parecidos a nosotros, la verdad, demasiado, quizá por eso me asusta tanto, imaginar algo así en éste mundo me hace temblar. El viento continuó hablando:  Los seres más sensibles se iban apagando, y eran los que más habían sido afectados por el miedo, los cuales los paralizaba. Ellos nacieron con la capacidad de poder sentir y recordar para que vinieron a éste mundo, pensamientos suyos eran tales como sentir que nacieron para cambiar algo del planeta -mejorar lo que está mal-, tener la necesidad intrínseca de dejar una huella antes de morir, ayudar, ser recordados (ésta ultima es un pensamiento mezclado entre su verdadera esencia y un ego escondido muy inconsciente, pero para nada dañino). Mientras tanto los seres oscuros manipulaban desde las sombras. Años pasaron así, gente nacía y moría manipuladas. Muchos seres de luz han abandonado su camino por sus miedos, la oscuridad empezó a colmar el mundo. El planeta estaba cansado y enfermo, a las almas poderosas oscuras no les importaba el futuro pues solo estaban fijados en el poder y el dinero, así que explotaban los recursos naturales de la tierra, destruyendo paisajes, matando animales, dando paso a enfermedades por las contaminaciones, en fin, permitiendo que el mundo empiece a morir. Muchos seres de todos lados del universo veían ésto con pena y dolor, esperando que los iluminados logren vencer, pero eran la minoría, así que se hizo una convocatoria universal: millones de seres se reunieron por uno de sus planetas hermanos lleno de almas en proceso de evolución para decidir el futuro del mismo. Como en todas partes había almas evolucionadas y otras no tanto -claro está que más que la de los habitantes de la tierra-, había opiniones diferente, pero todas válidas. El problema es que había una regla: ningún ser puede cambiar el destino de otro, por lo que tenían opciones diferentes. Existía la posibilidad de que millones de almas sumamente sabias entren en escena, pero nada aseguraba que fueran contaminadas con la fuerzas atrapantes y oscuras de la tierra, ya que una vez que reencarnan en un cuerpo olvidan todo lo que ha pasado en otros planos, es otra regla universal''
- ¿Todo ésto pasa en el espacio mientras nosotros vemos la televisión?
- Según ésto parece que sí. -dice Luz, sonriendo como lo ha hecho muchas veces en lo que va de la hora-.
- Yo quiero ir allá y decirles que no todos somos malos, que hay gente buena como tu. O como la abuela. O como la señora que siempre le da de comer a las palomas en la plaza. ¡Que bueno que nació, si no lo hubiera hecho las palomas tendría más trabajo buscando comida!
- La señora de las palomas se ve muy feliz alimentándolas... tiene la misma expresión que pones tu cuando te leo un libro nuevo.
- ¿Este libro tiene muchas metáforas?
- Supongo... si, digamos que si. Puede imaginar que es real si quieres.
- Hermana, ¡cuando lo imaginas ya es real!

 ''Había más caminos, pero hubo uno que fue el disponible que más llamó la atención de todos: la destrucción. Muchos quería que eso suceda, otros no quería dar un fin tan abrupto a la vida terrenal de los humanos dando ejemplos positivos sobre avances considerables en ciertos grupos de personas en los últimos años, y demás... pero parecían ser la minoría. El universo estaba atento a todos los pensamientos y sentimientos de cada ser en ese debate, y al mismo tiempo de las almas dispersas en la tierra, éste solo observaba, esperando que el destino prosiga.''

- ¡¿Que?! Pero no es justo, también hay gente buena, ¡no se lo merecen!
- Es como cuando mamá te regañó por estar jugando con nuestro primo, él rompió la ventana con la pelota aunque le advertías que tenga cuidado, y sin embargo los dos terminaron castigados toda la tarde...
- Era una tarde muy bonita. Estaba muy molesta con él... ¿y como sigue?

''El viento dejo de susurrarme y empecé a escuchar parlotear a los insectos que también había escuchado la historia y visto el cielo y sus figuras. De pronto las nubes empezaron a crear figuras extrañas y comenzaron a dejar de seguir un hilo conductor, por lo que se formó una silla, un libélula, un árbol puntiagudo, y un perro pequeño. Me levanté del lugar y empecé a caminar por mi mundo, despacio, feliz de saber que aquí no hay guerras ni miedo, no hay manipulación, no hay tanta oscuridad. Las hojas del árbol caen y danzan con el viento al rededor de mi dorso. Me pregunto que habrá pasado con la tierra..., ¿en éste caso, depende del planeta, del universo, o de los habitantes? Pasó tiempo desde eso. Solo espero que las cosas hayan cambiado. A veces las almas más sabias son las más valientes, tanto como para sacrificarse por sus discípulos. Los insectos me despiden con aleteos y sonidos. El sol se ha ido por unos días, dejando lugar a que las estrellas brillen con fuerza, y a que la luna tome su luz para hacerlo por él. Tengo sueño, es hora de dormir un poco.''
 - Y así termina el primer capitulo. El segundo parece hablar de algo totalmente diferente. Quería saber como termina todo, ¿te ha gustado?
- No.
- ¿como que no?
- Odio las historias con finales abiertos. Incluso preferiría que hubieran destruido todo, pero ahora ya no sé que va a pasar...
- Quizá la idea era esa... éste libro es realmente curioso... hay algo que me deja pensando, Brisa. Es como si todo ésto me sonara familiar.
- Hermana, ¿estás enloqueciendo? -masculla Brisa en tono burlón mientras da su ultimo sorbo de té-.
- No, no es nada...
- Quiero tener un dragón de mascota.
- Brisa, ¿solo te haz quedado con eso de toda la historia?
- Gracias por el cuento, hermana. Tengo mucho sueño ¿mañana contaras otro?
- Lo prometo... ¿por qué me miras de esa forma?
- Tu mirada es bonita, parece la de la señora de las palomas.
- Quizá esté empezando a ver
- Estas loca
- ¿que haz dicho?
- Solo te falta escuchar. ¡Hasta mañana! -concluye la pequeña y se tapa rápidamente con las brazadas.

 Luz le hace cosquillas a su hermana y sonríe como hacía tiempo no lo hacía. Sin darse cuenta estaba jugando como una niña, lanzando carcajadas, corriendo por la sala.
 El ser que miraba por la ventana, con aires cálidos y de amor, desaparece entre el blanco paisaje.

sábado, 15 de noviembre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo Trece, La sexta prueba | FIN DE LA PRIMER PARTE

Siento algo extraño en el pecho y la sensación de elevarme a toda velocidad, lo que me produce adrenalina y un poco de miedo, aunque el viento no impactaba mi ser. De pronto despierto, abro los ojos muy grandes y con el mirar nublado diviso como el círculo pintado en el suelo -que me encerraba- se enciende en llamas desapareciendo por completo. Todos me miran unos momentos y luego a los demás que empiezan a despertar, uno por uno, en sentido de las agujas del reloj -incluso los que todavía habían quedado dentro de la ''ensoñación''-. El Hércules moreno lo hace en último lugar, sus ojos azules contrastan con su tes y los hacen ver incluso más claros y brillantes; segundos después Héctor grita desde la altura:
- ¡Concluye la quinta prueba! Ahora todos van a dirigirse a la sexta y ultima, el acantilado de los caídos, luego de éstos se sabrán los seleccionados. -. Por fin vuelvo a ver a mi madre, está con mi hermana cerca de su negocio, me aplaude como si hubiera visto lo que hice en esa dimensión, y me hace preguntarme si es que en realidad lo hizo ¿todos pudieron verlo? Mi mente se calla y me paralizo al verla... mi abuela -con su extraña belleza a su edad- tocando su pelo y mirandome con tristeza: lo lamento abuela, no he seguido tu consejo. Astral se vuelve hacia nosotros y nos dice que nos coloquemos en dos filas. Todos tenemos los ojos hinchados como si hubiéramos dormido mucho, lo bueno es que nos sentimos descansados y con mucha energía, aunque un poco mareados.

 Astral se ve extraño, mira a varios lugares al mismo tiempo como si estuviera presintiendo algo, lo que me hace dirigir la mirada a él detenidamente, inspeccionando su rara conducta. De pronto puedo ver como Sigmun se acerca y le dice algo al oído, de una forma tan disimulada que si no hubiera estado en ésta posición no lo hubiera notado. - ¡Vamos! - concluye Artur y pasamos por un portal (claramente hecho por nuestro Hércules) y terminando en el acantilado. Hay un circulo de piedras gigantesco en el césped el cual está cortado por la caída directa al océano, nosotros estamos dentro esperando directivas. - Ésta es la ultima prueba, definitoria. Les comentamos que la prueba creada por el Hércules Artur la hemos visto todos nosotros, incluyendo al bosque índigo, a través de magia oscura creada por Dorión la cual mostraba a través de figuras creadas con arena todo lo que pasada en sus trances. Ahora estan incomunicados, lejos de todos sus familiares, solo con nosotros... son una amenaza. - dice Hector y veo como Dorión sonríe mientras me mira y no entiendo el porque. Segundos después escucho algo que me hiela la sangre y mi corazón se detiene salida de la boca de Héctor: - La ultima prueba es su muerte.
 El Hércules de magia oscura crea un circulo negro al rededor de nosotros y no podemos movernos, siento como si todo mi cuerpo estuviera atado por miles de sogas, apretando mi dorso con fuerza, apenas dejándome respirar. El dolor hace que apenas pueda abrir los ojos y gritar, los sollozos ahogados y sin fuerza me enloquecen acompañados a la confusión del momento ¿Qué está pasando? ¿Que se supone que es esto? ¿otra prueba? Veo a Astral, mira hacia abajo al igual que Sigmun, cuatro Hércules vienen corriendo hacia nosotros con lanzas apuntando cuatro de nuestras gargantas junto a Dorión -éste directo hacia mi con sus manos rojas y negras apuntando mi rostro-, ¡No es una prueba, están a punto de asesinarnos! Cierro los ojos y pienso en mi madre, en mi hermana y en lo que me había dicho mi abuela. Ella sabía algo más que no podía decirme y lo estoy comprendiendo de la peor forma. Es el final.

 Silencio y gritos de dolor. Abro los ojos y con el ceño fruncido observo un espectáculo horrendo: Sigmun impacta contra uno de nuestros verdugos incrustando su espada en el corazón. Otros dos hércules -no recuerdos sus nombres, uno es el cazador y el otro el experto en bestias- derriban a otros dos con flechas que impactaron una en la espina dorsal de uno, y la otra en el cráneo del otro para dar continuación a algo que me petrifica aún más: Astral desaparece desde fuera del circulo para que en unos instantes se reintegre frente a mí, lanzando un hechizo elemental de fuego devastador,  incinerando al cuarto lancero, y quedando frente a Dorión. Puedo divisar como Héctor grita, todo sucede demasiado rápido y lo veo correr hacia acá. Astral toma del cuello a Dorión, el cual tiene una exagerada cara de odio y sorpresa, parece no poder moverse. Una luz increíblemente fuerte y blanca sale de la mano del Hércules hechicero iluminando la piel de su adversario, los ojos y su boca, y desintegrandolo en el aire. Los arqueros aliados asesinan al que quedaba fuerza del circulo y solo queda Héctor que aún corre. Dos flechas van directo hacia él y las bloquea con su escudo -el cual posee una gema roja muy brillante en el centro-, luego Sigmun le lanza un daga pero la esquiva con ligereza para continuar Astral lanzando un rayo que nos ensordece con su estruendo y lo deja tirado en el suelo. Está herido en el hombro, arrodillado en la tierra y se ríe de una forma macabra: - Ilusos, podremos caer nosotros, pero los de arriba se mantendrán en su sitio. ¡Su traición los perseguirá hasta la muerte! - dice Héctor quien toma su espada y la golpea con todas las fuerzas que le quedan en la gema, estallando en miles de pedazos, lanzando un resplandor rojo y desapareciendo. Astral se da vuelta y mete sus manos en el circulo oscuro que nos rodea, rompiendo el hechizo con magia blanca y cayendo de rodillas, sin energía. Puedo ver como sangra su nariz. Algunos de nosotros lloran, otros gritan, alguno mira y yo me detengo a abrazarlo y a mirar la situación: Artur junto a los arqueros y Sigmun aún en el suelo. Necesitamos explicaciones: - Lamento no poder haberlo dicho antes. Debemos irnos antes de que lleguen otros. Se supone que ustedes debían haber muerto por un ataque de la región vecina, o de los indisciplinados. Ahora mismo muchos jóvenes están muriendo, muchos que suponían amenazas para el gobierno. Debemos escapar o van a matarnos... a todos. -dice Astral y tengo todos los motivos del mundo para creer en sus palabras.

miércoles, 8 de octubre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo Doce, La quinta prueba

El circulo del bosque está repleto de gente que al acercarnos se abre camino para que podamos entrar y reunirnos con los otros grupos. Los Hércules de Fuego, Aire y Tierra están en un extremo, erguidos y esperándonos; al pasar veo como uno de ellos -de cabello largo y lacio, rubio- me mira extraño, como con reproche - Parece que le caes bien a Dorión, Ben - murmura cerca mio Astral con una sonrisa leve y se va a agrupar junto a Sigmun con sus compañeros. Parece que se lo ha tomado muy en serio lo de haber roto su conjuro de magia oscura, pero no tengo muy bien en claro el porque: lo más probable sea que lo haya dejado mal ante sus compañeros, hiriendo su ego, ya que dejó inactiva su prueba un simple joven del Bosque Índigo, sinceramente no me importa mucho lo que piensa, así que continúo con los demás. Nosotros por nuestro lado caminamos al centro del dibujo del árbol donde los otros esperan. Marco y yo corremos para abrazarnos con Nube y Alma, quienes se ven un poco cansadas, aunque no me preocupa porque nosotros estamos en las mismas condiciones. No podemos cruzar demasiadas palabras ya que desde arriba se escucha una voz ya conocida por demás, Hector en una plataforma de madera al lado del Hércules alto de tes negra -a decir verdad la piel más negra que he visto en mi vida, ya que en el Bosque Índigo no se acostumbra ver éste tipo de raza. La mayoría de nuestros habitantes tienen piel aceitunada de cabello castaño y ojos marrones o negros-. Su voz retumba en mi cabeza y los Hércules nos miran detenidamente, algunos con cara seria, otros sonriendo, astral con ternura. - Tanto Artur como yo hemos seguido su desempeño en cada prueba, por lo que sabemos perfectamente sus pros y sus contras, sus habilidades y sus carencias. Artur fue el encargado de preparar la quinta prueba, que se hará aquí mismo, en el círculo de la ciudad. Una vez finalizada y ya entrando el anochecer iremos a las entrañas del bosque a dar fin a las elecciones con la sexta prueba, dirigida por mí. Como ya saben éstas últimas dos serán un poco diferentes. Cuando suene el clorión dará comienzo. - Luego, Hector entra a la cabaña y Artur baja deslizándose velozmente por una de las cuerdas colgantes que hay en todos los árboles. Al verlo parado cerca puedo observarlo bien y me pregunto el porque no me llamó la atención antes, tiene una espalda amplia y los brazos musculosos descubiertos a pesar del frío. Su rostro en cálido y sereno, su mirada bondadosa. - Bien, jóvenes del Bosque índigo, la prueba dará comienzo en instantes. Les pido que cada uno de ustedes se ubique en cualquiera de los puntos marcados en diferentes partes del extremo del círculo, no hay diferencias entre ellos, así que no se preocupen. - al acercarme es un pequeño circulo rojo dibujado en el suelo y me paro dentro, Artur nos pide que nos sentemos cruzados de piernas dentro de éste. Toco con mi dedo índice el material con el cual se dibujó la marca roja y es una especie de tiza pero más arenosa, se parece un poco al color de las grandes rocas de Pedrana. Del público solo se oyen sutiles murmullos que apenas puedo entender e intento buscar a mi madre y a mi hermana entre los habitantes pero no logro divisarlas. Nube parece estar haciendo lo mismo que yo, buscando a su familia, no siendo así el caso de Marco quien está mirando un punto fijo preparado para el desafío, ni tampoco el de Alma que no deja de observar a los Hércules. Héctor sale al balcón y Astral y sus compañeros se ubican por fuera del círculo, dispersos. Puedo ver a Sigmun que tiene un rostro rígido como al principio de las pruebas, lo que me desconcierta, su personalidad es cambiante ¿Por qué actúa diferente delante de sus compañeros Hércules, no siendo así con Astral? Mi cuerpo se tensa de golpe y abro los ojos del susto, el sonido del clorión es algo que jamás me ha gustado ni del cual tampoco me voy a acostumbrar. Me siento más derecho y espero las indicaciones, repaso en mi mente la peculiar situación: sentados en medio de pequeños círculos rojos, separados por la misma distancia dentro de otro gran circulo; no tengo idea de que se trata ésta prueba.
 - Todos cierren los ojos e intenten concentrarse en mi voz. Eliminen todo pensamiento que tengan, solo escúchenme. Liberen tensiones de su cuerpo, pies, piernas, pelvis, dorso, brazos, manos, espalda, cuello, rostro y cabeza. Adéntrense en su mente más profunda, déjense llevar. - me siento liviano, tranquilo, y no escucho otra cosa que el viento surcando mi pelo y el sonido calmo que sale de su boca. - Respiren hondo... ¡Caigan! -.
 No puedo abrir los ojos por más que lo intente, solo siento una luz en mi rostro fuerte y que luego se apaga. Estoy cayendo, mi cuerpo está pesado como una roca. - Ahora - concluye Artur y me detengo. Puedo ver a todos los otros chicos, estamos en un prado muy hermoso, lleno de flores y mariposas que revolotean por todas partes. El sol impacta sobre nosotros y no siento más frío, sino un calor que me reconforta hasta lo más profundo. Nos acercamos lentamente, nos cuesta caminar aquí. Seguimos sintiéndonos livianos, ligeros, como una pluma en un brisa. Nuestros cuerpos se mueven con gracia y soltura, me acerco levitando hasta Marco y Kan, que me miran sorprendidos - ¿Que se supone que es ésto, Ben? - me dice Marco - No lo sé amigo, pero ésto no se siente como en la realidad, aquí puedo sentir todas las energías con mucha más fuerza. -. Todos los jóvenes se reúnen con nosotros con dificultad, Helena me mira como si me quisiera decir algo pero se da vuelta rápido cuando se escucha un trueno en el cielo. El firmamento de pronto se vuelve gris, se hace de noche y empieza a hacer frío. Otra vez esa sensación extraña en mi nuca, me siento incomodo, por favor otra vez magia oscura no. Veo como se escuchan trotes a lo lejos que vienen hacia acá; me empujo hacia arriba con la ayuda del suelo y me elevo varios metros, girando mi cabeza a todas partes buscando, cuando veo algo que me deja sin respiración: animales extraños y oscuros se acercan a toda prisa hacia nosotros. - ¡Vienen hacia aquí, tenemos que movernos! - Todos lo intentamos, pero tardamos demasiado en hacer solo unos pasos. Si algo está claro es que no podemos escapar. Corus empieza a hablar: - Chicos, he oído sobre ésto en uno de los libros de mi padre. Hay un estado de consciencia alterado en el cual la mente y el espíritu se hacen uno y se manifiestan de un modo diferentes al estado físico, en el cual el espíritu queda, lamentablemente, en un segundo plano. - nos explica - Entonces... nada nos puede lastimar aquí ¿no? digo, si solo somos mente y espíritu no podemos sentir dolor. - dice Helena, - Temo decir que eso no es cierto. - empieza a hablar Nube con preocupación - Corus está en lo cierto, estamos en el plano espiritual, pero eso no significa que estemos a salvo. - dice y se dejan de oír a los entes que se acercaban. Luego de unos segundos en silencio prosigue - En éste lugar nuestra alma está más expuesta que lo habitual a vibraciones más bajas, las entidades...
- Oscuras - completa la frase Helena mirando el suelo, - Exacto. Los escucho pero estoy más pendiente a el alrededor, intentando distinguir si lo que siento es un mal presentimiento o simple miedo. - ¿y entonces que hacemos? ¿para que estamos aquí? - pregunta Marco. La pregunta se queda en el aire, ya que nadie responde. Nube levanta sus hombros al igual que Corus. Intento hacer un poco de magia de luz en mi mano derecha pero siquiera siento el calor en ella, luego lo hago con un hechizo de fuego y tampoco ocurre nada.
El suelo empieza a abrirse, y lo que empezó siendo un pequeño temblor ahora es un terremoto impresionante, que no nos deja manteneros en pie, y que por alguna razón nos hace más pesados, tanto como si estuviéramos en un cuerpo físico. Luego todo se derrumba y empezamos a caer en la nada de nuevo; mientras lo hacemos Helena me toma del hombro, y cuando pienso que lo hace por miedo miro su rostro y está claro que en realidad es para tratar de tranquilizar la expresión de mi rostro.

 Veo agua, a lo lejos, segundos después el silencio: estamos en las profundidades del océano, no tuvimos tiempo de contener la respiración ya que todo ha ocurrido muy deprisa ¡Necesitamos respirar! Estamos haciendo gestos y lanzamos movimientos bruscos dentro del agua para empujarla y llegar más rápido a la superficie pero estamos muy lejos, estoy a punto de llenar mis pulmones de agua cuando veo a Nube agitando sus brazos. Intento leer sus labios: ''¡Respira, Respira!'' ¿Respira? ¿En serio? Lo hago. Todos lo hacemos. Claro, nos ahogaríamos en un cuerpo físico pero ahora somos solo mente y espíritu, nadie lo ha pensado por culpa de la desesperación de la situación. Mi corazón se detiene de golpe. Burbujas, burbujas ficticias salen de la boca de Nube cuando es arrastrada por un pulpo negro de ojos violentas, gigantesco. Marco va detrás de él como un disparo de flecha, jamás nadie podría haber nadado así en la realidad. Al golpear a monstruo marino la suelta y se aleja disparando tinta y dejándonos en una penumbra oscura y densa. Estoy en medio de oscuridad y no oigo nada más que movimientos acuáticos por mis alrededores, tengo miedo, no puedo negarlo ¿como ha podido Marco ir a esa velocidad si al principio apenas podíamos desplazarnos caminando y menos nadando? Algo toca mi pie y grito en silencio. Empiezo a nadar hacia arriba torpemente cuando otra cosa vuelve a hacerlo y luego, algo me enreda la pierda derecha y me arrastra hacia abajo.. Es una especie de calamar de mi altura pero azul oscuro y de ojos amarillentos: ''Estos entes me recuerdan... a las sombras de la prueba en Pedrana''. La magia oscura puede liberar entes oscuros del plano espiritual al exterior, por lo que éstos deberían resultar afectados por lo mismo que en el plano físico: Luz. De nuevo intento hacer aunque sea una chispa de magia blanca y no lo logro, no siendo quanar en mi cuerpo empírico. El calamar despliega sus tentáculos hacia los costados y veo una boca picuda que se abre y se cierra rápido, mientra el empieza a acércame a ella, algo está claro ¡Intenta comerme!. Empiezo a golpear sus extremidades con fuerza reducida por el freno que produce el agua, pero ni se inmuta. Estoy a pocos centímetros de su boca, va a morderme, pero cuando está a punto de pasar algo viene desde arriba: Es Helena que con un golpe certero en su horrible y gigantesco ojo lo debilita, me suelta y sale a toda velocidad. Quiero preguntarle como ha hecho eso, como ha logrado moverse así, pero no puedo siquiera agradecerle, si intento hablar solo salen burbujas de nuestras bocas. ''Aire''... ''Sonidos''... ''Agua''... ''Respirar''... ¿Si no existe el aire ni el agua en éste plano -o por lo menos no son como en el físico-, entonces podré comunicarme sin emitir sonido? La miro fijamente a los ojos y ella lo hace colocando una expresión de curiosidad por la extraña cara que debo estar poniendo: - ¡Helena! ¿Puedes oírme? - pienso tratando de que el mensaje sea escuchado. Abre grande los ojos y la boca ¡Puede escucharme! - Ben ¿me escuchas? Ésto es extraño. Tenemos que buscar la forma de salir de aquí. Tiene que haber una salida, o algo que tengamos que hacer para que concluya la prueba - asiento con la cabeza, y cuando estamos apunto de movernos le suelto: - Muchas gracias por ayudarme. Por cierto ¿como haz hecho eso? - le pregunto - Solo lo hice, tenía que ayudarte. -. Tenia que ayudar..., suena en mi mente una y otra vez, ¡Solo tengo que quererlo!
 Subo a toda velocidad y salgo al exterior volando varios metros. Una vez arriba puedo ver como Helena sale sonriente y miramos hacia abajo. - ¡Tenemos que avisarle a los demás! - Me comunica sin mover la boca, y volvemos a zambullirnos en éste océano espiritual. Helena mueve sus manos y hace que toda la tinta se vaya, lo que la hace sonreír al entender como funcionan las cosas en éste plano. Ahora con mayor visibilidad vemos a Elvira y a Fedra en un extremo, intentando subir al exterior, las localizamos primero por sus cabelleras rubias platinadas. Mucho más a la derecha está Sarah con Alma luchando con un cardumen que las está envolviendo. - Voy a ayudarlas, tu ayuda a los demás Ben. - me dice. No veo a nadie, ¿Donde está Nube y Marco, y todos los otros chicos? ¡Veo a Ulises! Está siendo llevado por el calamar, que antes me había atacado, hacia las profundidades. Golpeo al ente oscuro y Ulises me toma de la mano. - ¡Sacame de aquí! - me dice mentalmente sin darse cuenta. Lo llevo arriba y le explico que podemos comunicarnos y movernos mejor, que podemos controlar el espacio aquí. Luego lo principal - ¿Ulises, donde están los demás? - le digo preocupado. Con la luz del sol se ve muy palido, tiene los labios morados ¿por qué parece que nuestros cuerpos se ven afectados en éste plano? - Ben, Dorni y Tai han sido devorados por un pez gigante de alejas amarillas. Pude escapar gracias a Nube que me apartó de él, se movía como tu, a gran velocidad. Luego ella y los demás fueron atrapados por el pulpo y llevados a la profundidad dentro de un barco hundido. Tenemos que ayudarlos. - dice y le pido que me guíe justo cuando llegan las chicas con Helena a la cabeza. - Un ente oscuro se ha llevado a los demás a la profundidad. Necesitamos tu ayuda. - ella mira a las demás, Alma está conteniendo a Sarah que no deja de llorar - Quedense aquí, si no volvemos pronto busquen la forma de salir de aquí y despertar. ¿entendido? - les dice Helena y ellas mueven la cabeza como respuesta. - No pienso quedarme con los brazos cruzados, ¡Quiero ayudarlos! Ahí también están mis amigos - dice Alma - Lo sé, pero ahora tienes que quedarte con ellas y protegerlas hasta que volvamos. Mírame a los ojos, es una prueba, tranquila. De cualquier forma prometo traerlos a salvo. Confía en mi. ¿cuando he roto una promesa? - Ahora sí, luego de un suspiro - Bien. Vuelvan pronto y tengan cuidado -.
 Estamos bajando como veloces peces cortando el agua con nuestros ligeros cuerpos. Al ver el barco me da escalofríos, es sumamente grande, oxidado y viejo. Entramos en un hueco gigante y ahí está el ente oscuro con forma de pulpo: sus ojos -ahora rojos como la sangre- se fijan en nosotros. En cada uno de sus tentáculos tiene a uno, Marco, Albert, Jack, Julian, Corus, Kan, Miguels y Nube. No puedo observar éste espectáculo, y aprovecho que no tiene una extremidades libre para ir directo a su cabeza y golpear con todas mis fuerzas, pero no funciona. Con un tentáculo -el que sostiene a Nube- me golpea y vuelvo varios metros atrás hasta chocar con una de las paredes de Barco, quebrandolo un poco, y haciendo que caigan partículas desde arriba: ahora tengo algo claro, el barco puede caer en cualquier momento. Ulises está quieto como una roca, no sabiendo que hacer al igual que Helena y yo ¿como puedo ayudarlos? - ¡Benjamín, tenemos que hacer al...- las palabras que llegaban mentalmente a mí desde Helena se cortaron de golpe, el pulpo se ha tragado a Miguels, a Kan y a Jack de un bocado y al mismo tiempo - ¡No! - grito pero solo salen burbujas de mi boca, nado a toda velocidad hacia él, y cuando me quiero dar cuenta estoy iluminado por una blanca luz, que hace que -luego de volver a golpear al pulpo- éste se aleje sin soltar a los demás hacia arriba. Siento calor en todo el cuerpo, como si estuviera hecho de quanar, vuelvo a golpearlo y ésta vez lanzandolo al techo lo que lo hace soltar a los demás y quedarse estático, agitándose. Voy por Nube y Marco, los tomo de los brazos y veo como Ulises lo hace con Julian y Corus, y Helena con Albert. Salimos a toda velocidad del lugar ya que empieza a derrumbarse, si estamos dentro un poco más se termina nuestra prueba, pero cuando creo que ya estar a salvo un tentáculo me toma desde adentro y me arrastra, soltando a mis amigos para no llevarlos conmigo. - ¡Ben! - me grita Helena y Nube mentalmente, los demás solo gesticulan. Estoy dentro y lo último que veo es sus expresiones congeladas, un segundo después todo es oscuro y me aplasta todo el peso del barco.

viernes, 3 de octubre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo once, La cuarta prueba

- ¿Animales? ¡Claro! - dice Kan, Albert parece reírse por lo bajo de la expresión que puso, lo miro con desprecio y él -patéticamente, debo decir- cambia de rostro rotundamente. Frutas, sogas... entiendo que muchos de los objetos que hay aquí puedan tener que ver con animales pero ¿para que quiero escudos? Algo viene a mi mente pero lo ignoro por completo, no creo que nos pongan en semejante peligro, incluso la prueba de las bestias del Oeste fue controlada, estoy seguro que unos segundos más de la serpiente apretando el cuerpo de Julián y Astral pulverizaba al monstruo marino con unos de sus hechizos, por lo que no creo que nos pongan en peligro en ésta tampoco.
 Bien, no hay reglas en cuanto a que cosas llevar, ni que cantidad, por lo que me tomo un momento para meditarlo mientras observo como los demás se quedan mirando que tomar excepto Marco y Albert que ya empiezan a hacerlo, pasionales y poco racionales como siempre. Soy el tercero en agarrar mis objetos y justo cuando voy a por el escudo Sigmun entra de nuevo a la tienda: - Olvidamos comentarles de una regla específica de ésta prueba, son solo dos los objetos que pueden tomar. Y recuerden que la prueba empezará cuando todos hayan tomado el objeto que hay fuera. - termina de decirlo y se va como un rayo con su caballo oscuro. Los que tomamos objetos los dejamos nuevamente para ahora sí pensar bien nuestra decisión. Veo varas largas pero sin el rectángulo de cuero en su punta, parece resistente y tiene la longitud de la lanza que tenía Kan a sus espaldas en la primer prueba, pero es de madera sin nada especial. Hay otras cosas que no tengo idea de como y porque utilizarlas. Todos tomaron sus objetos exceptuando yo, así que salen y todavía no he recogido nada. Me acerco a observarlo todo, no puedo retrasar el desafío así que lo hago rápido; segundos después de amarrar una soga tejida de excelente calidad a mi hombro observo que algo brilla detrás de uno de los canastos de frutas, hay diez de ellos y son pequeños, dorados. En mis manos no mide más que uno de mis dedos y tiene su mismo ancho, al examinarlo veo que tiene una abertura y me doy cuenta que es un silbato, ninguno los notó. - ¡Vamos Benjamín, la prueba está por empezar! - grita Marco desde afuera. Al salir corriendo veo como todos menos él y yo tienen escudos, luego examino el terreno: muy a lo lejos sobre sus corceles están nuestros Hércules observándonos. Escucho el ruido que nos ha despertado hoy temprano y me tapo los oídos de lo molesto, para que en unos momentos nos percatemos de algo curioso; hay diez arbustos que se están abriendo en diferentes lugares de la zona, dentro de cada uno de ellos hay un objeto que no logro ver por la lejanía. Todos nos acercamos al más cercano, es un huevo de unos cincuenta centímetros de color verde musgo, nada especial, aunque nos detenemos en una nota que tomo -a un costado- y empiezo a leer:

''Hay diez huevos que representan a diez animales diferentes. La prueba será satisfactoria cuando logren estrechar un lazo con éstos, calmarlos y -el más importante- montarlos, en cualquier orden. Al mismo tiempo es importante advertirles que la dificultad depende del animal que hayan escogido, por lo que está librado completamente al azar. Les deseamos buena suertes. Tar y Uriel''.

- No parece muy complicado. - concluyo, aunque no me miran muy convencidos. - Voy a quedarme con éste - dice Marco. Los demás caminamos en direcciones diferentes pero desde aquí puede ver la sonrisa de Corus a quien ésta prueba le calza perfecta por su devoción hacia los animales, y seguramente al mismo tiempo, por su conocimiento acerca de ellos. Veo uno rojo intenso a mi derecha y corro hasta él, tiene escamas en su exterior, largas y duras al tacto. Al tenerlo en mi pecho lo siento caliente, como una roca bajo el sol, y me pregunto que será. Una vez más el sonido horripilante y mi huevo se empieza a mover, primero de a poco para después descontrolarse. Al abrirse tarda solo unos segundos en empezar a caminar, y menos en crecer dejando de lado esas pequeñas alas para abrirlas de forma gloriosa: es un caballo en primera instancia, aunque rojo brillante, crin colorada repleta de cenizas calientes y alas gigantes aclarando hacia las puntas. Siquiera me mira, no parece muy peligroso pero si vanidoso. Camina hacia la derecha y me coloco frente a él. - ¡Detente! - pero él ni se inmuta y camina para otra dirección. - ¡ya basta! - digo y empieza a trotar con fuerza. Lo estoy corriendo y no sé como detenerlo así que saco mi silbato y lo toco con potencia. El caballo relincha al igual que los animales de mis compañeros que no he podido examinar aún, se detiene de golpe y su crin empieza a arder en llamas. Creo que he llamado su atención pero más de lo requerido: estoy corriendo y me persigue, de pronto dejo de escuchar sus trotes ¿ha parado? mis pensamientos se bloquean cuando me toma de mi chaleco desde atrás con su hocico y me levanta por los aires. Estoy lo suficientemente lejos como para morir al caer y me digo interiormente ''Astral no permitirá que te suceda nada'', eso espero. - ¡Suéltame! - grito reiteradas veces casi quedándome sin voz. Tengo que hacer algo, atacarlo no es buena idea entendiendo que el potro puede simplemente soltarme para que mi prueba termine, tengo que serenarme. Tendría que estar tiritando de frío en éstas alturas en invierno, pero no lo hago, el calor del animal no solo no quema si no que es reconfortante... si tan solo pudiera llegar a su lomo...; ''La soga'', todavía la tengo colgada en mi brazo, es complicado y peligroso intentar enlazarlo desde aquí, pero puedo intentarlo. Hago un nudo básico en el aire y le doy vueltas lanzándolo hacia arriba sin éxito alguno, así que me balanceo de un lado a otro y por fin acierto enredando su cabeza en mi soga, soltándome a varios metros y yo amarrándome a ésta más abajo de su caliente ser. Empiezo a trepar lentamente, no hay hechizo que pueda ayudarme para ésto, ni siquiera puedo hacer uno de aire a éstas alturas para acender ya que al no controlarlo bien podría complicar las cosas y terminar cayendo, o enfureciendo más al animal e intente atacarme. Cuando llego a su cabeza me mira con uno de sus ojos laterales y lo veo desafiante, trato de no fijar mi mirada por lo que me limito a concentrarme en mi fuerza y dar el ultimo impulso para subirme a su lomo y lo hago: tomo la soga y tiro de ella, increíblemente el fuego de su crin no la quema, y yo me alejo lo suficiente como para que no lo haga conmigo. Empieza a intentar darme golpes con su cráneo lanzando cabezazos hacia atrás, empezando a relinchar tan fuerte que seguramente se habrá escuchado hasta el bosque. Empieza a girar en el aire y a caer en picada. ¡Esto no lo había planeado! Estoy a metros del suelo, por más que tire del caballo nada lo detiene, he hecho las cosas mal: Astral aparece junto a mí de la nada y estamos cayendo juntos, me abraza y desaparecemos para reintegrarnos con Sigmun y sus corceles. Puedo ver como el caballo cae como una de las bolas de fuego de la primer prueba y se estrella de lleno contra el suelo, desapareciendo entre cenizas y chispas. Mi corazón parece estar a punto de estallar, estaba a punto de morir. Tenia razón no iban a dejar que nos lastimen, pero no puedo negar que mi orgullo ha sido herido. - Gracias Astral. - Le digo aunque sé que es su obligación, él mueve su cabeza y sonríe para que luego Sigmun diga algo que no me esperaba: - Tranquilo, apenas me llevo bien con Noche, imagínate con un Pegaso de Fuego. - dice mientras acaricia su caballo y rápidamente vuelve a ver a mis compañeros. Sonrío con amargura, mi prueba ha sido un desastre, solo espero que tengan mejor suerte los demás, así que me siento en el césped y observo como les va (no se han ni percatado de lo que ha sucedido conmigo ya que estaba muy alejado de ellos): Marco está acariciando a una especie de Jirafa pero sin el cuello largo, lo que me da un poco de gracia. Le está dando un alimento rojo, supongo que una manzana, y ésta friega su cabeza contra su brazo, si algo está claro es que le está yendo mejor que a mi y me alegro mucho por él; Albert está corriendo perseguido por una especie de perro gris tan grande como un oso; Jack está muy alejado y no puedo verlo, pero se mantiene quieto al lado de algo delgado y moreno, así que no creo que le esté yendo mal; Julian está protegiéndose con su escudo de un caballo blanco de alas triangulares, similares a dos trozos de vidrio, que de vez en cuando le lanza una rayo blanco que al esquivarlo e impactar en el terreno lo congela -por lo que su escudo a éstas alturas es un trozo de hielo-; Kan me sorprende al verlo estar montado arriba de un especie de castor peludo de patas muy grandes, simpático parece dar saltos alegres junto a él; por último Corus me deja boquiabierto, le ha tocado una bestia de grandes dientes y un cuerno muy largo justo en su frente, es de color azul oscuro y tiene alas muy brillantes. Me sorprende el hecho de que está sobre él, volando utilizando una soga agarrada a la bestia como riendas -justo como esperaba hacer yo con mi animal-. - ¡Les queda poco tiempo! - grita Sigmun sin dejar de observarlos a cada uno. Unos minutos más tarde Astral grita que se acerquen montados a sus animales quienes han podido. La pequeña jirafa de cuello corto llega primero junto a Marco en su lomo quien la acaricia con ternura, segundo lo hace Kan con su castor gigante, tercero llega Jack con un felino muy alargado, el cual me da un poco de miedo, y por ultimo baja desde el cielo Corus con su dragón de alas brillantes. Albert y Julian no han podido tampoco asi que vienen a paso desganado. - Muy bien - susurra Astral y sonríe un poco. - Despídanse de sus nuevos amigos - advierte Sigmun, para que luego todos desaparezcan en haces de luz.

 Ahora debemos volver a la ciudad según nos comentan nuestros Hércules así que empezamos con la caminata. A ésta alturas ya los cuatro grupos hemos terminados las cuatro primeras pruebas. Recuerdo que nos han dicho que luego de las primeras cuatro iban a haber otras dos las cuales iban a ser un poco diferentes ya que estaban organizadas por los dos Hércules restantes de los ocho que fueron distribuidos en los cuatro grupos, por lo que uno de ellos es Hector Benig, el de los ojos de gato. - Chicos, los felicito, les ha ido muy bien por lo que ví - les digo a Kan y a Marco luego de salir de mis pensamientos, y ellos sonríen y me lo agradecen. - Ben, ¿Que animal te ha tocado? cuando quise buscarte ya no estabas y te divise a lo lejos junto a los Hércules y sin tu animal - suelta Marco interesado - Según Sigmun me ha tocado un pegaso de fuego - digo levantando los hombros, Corus que estaba escuchando nuestra conversación se acerca con los ojos gigantescos mirando mis brazos y mi rostro - ¡¿Un pegaso de fuego?! son sumamente peligrosos, ahora entiendo el porque de tu fallo, esos animales son casi imposibles de adiestrar y montar. En el caso de los pegasos del polo, el que le tocó a Julian, también son muy peligrosos pero mucho más flexibles que el tuyo. Me alegra que estés bien -. Se veía realmente peligroso pero no sabía que tanto, está claro que sabe mucho de bestias y animales así que lo escucho detenidamente absorbiendo su conocimiento, de cualquier forma he sido un desastre en ésta prueba pero estoy feliz por ellos, y a decir verdad ya había destacado en las tres anteriores, así que no debo preocuparme demasiado, espero.
 Estamos a un poco menos de un kilómetro del circulo del árbol de la vida en el centro del bosque índigo, veo que empiezan a aparecer cabañas arriba de los árboles y que -curiosos- sus ocupantes se asoman para vernos. Veo a un niño saludar y como astral sonríe por ello, alzando sus manos, haciendo unos movimientos y creando un ave blanca luminosa que vuela directo hacia él; éste pone su mano en el aire y el ave blanca se posa en su dedo, segundos después desaparece en chispas de luz. Es una magia realmente hermosa, está hecha de luz y se necesita gran conocimiento para crear magia blanca con formas específicas, por lo que lo miro y solo pienso en una cosa ''Me encantaría ser tan bueno como él algún día''.

domingo, 28 de septiembre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo Diez, Intuición

Estoy en un lugar oscuro mientras veo una lejana luz en el cielo, una sola estrella que muestra su luz con fuerza. Siento la necesidad de alcanzarla así que corro por una superficie inmaterial pero sólida, alzando las manos hacia el firmamento y esperando llenarme de su luz, luego caigo. Un calor imponente inundando todo mi semblante y sonrío por la sensación placentera que me llena el alma. Cuando miro hacia arriba no veo más que blanco, puro y energético color blanco, de pronto... despierto. Estoy en una cabaña, en una cómoda cama. Me cuesta un poco concentrar la vista en el techo oscuro por lo que me froto los ojos y me destapo, para apoyar mis pies en el piso. Al observar con atención veo que es una habitación muy hermosa, y que no hay nadie junto a mí. No tengo idea cuando tiempo he estado desmayado, quizá tres horas o cuatro por la posición del sol. De pronto Sigmun entra por la puerta con una jarra llena de agua y un trapo el cual viene humedeciendo: - ¡Despertaste, pequeño Astral! - suelta y coloca los objetos que trae en un hermoso mueble al costado de mi cama, al sentarse en un banco pequeño continúa - Llevas ahí casi tres horas, tus amigos están preocupados, en especial uno quien no para de caminar de un lado a otro. Ten, ponte ésto, el agua está preparada por Astral así que te hará bien niño - lo miro extrañado, no parece tan rudo como se muestra frente a los otros Hércules, incluso a todos nosotros, desde que empezamos con todo ésto hasta ahora su cambio de carácter ha sido inmenso, ahora empiezo a entender porque está junto a Astral, si me fijo bien, en su mirada veo bondad bajo ese masa de músculos; - Te lo agradezco mucho Sigmun, y con respecto a lo que pasó yo... - me lanza el pañuelo en la cara para cortar con mis explicaciones. - Benjamin, no hay nada de que disculparse. Es la primera vez que vemos algo así, tus habilidades son impresionantes y es un hecho. Pero ten cuidado que no se te vuelva peligroso. Escucha... - me habla mientras conectamos miradas - no todo es lo que parece en éstos tiempos ¿sabes? - no sé a que se refiere, sólo me quedo estupefacto intentando organizar mis pensamientos mientras miro el tatuaje en su brazo derecho, es un dragón alargado con alas anchas azul marino. Astral entra y rompe con el extraño momento y sonríe al verme despierto - ¡Justo a tiempo Ben! Al Hércules que conjuró el hechizo de magia oscura no le gustó en lo absoluto tener que volver aquí para volver a crearlo, cosa que nos importa poco luego de ver tu increíble poder. Todas las pruebas han sido retrasadas unas horas y todos tus compañeros y los de los demás grupos están descansando. Es una hora vamos a la cuarta prueba creada por los Hércules que comenzaron en el Este. Ah, y antes de irme, estoy impresionado, Ben. Ahora si te sientes bien puedes bajar, tus compañeros están en el bosque. - me dice y cuando está a punto de salir junto a Sigmun digo algo simple pero significativo - De verdad, se los agradezco mucho. - sonríen y salen.

 Descansar me puso de buen humor aunque todavía no puedo sacar de mi cabeza la imagen de mi padre siendo asesinado ni tampoco éste dolor en el pecho que tanto me molesta. Al verme todos corren hacia mi y me preguntan como estoy, por supuesto siendo el primero Marco quien me dice lo muy preocupado que estaba por mi. Los tranquiliza el saber que me siento de maravilla y yo me alegro por ver sus rostros mucho mejor a los de hoy a la mañana, está claro que han descansado lo suficiente. Me siento junto a ellos en unos troncos al rededor de una fogata bien construida. Albert me lanza una enorme manzana y la atrapo con fuerza en el aire, su sabor me recuerda a mi niñez y cuando papá y yo íbamos a recolectarlas cerca del lago de las montañas donde abundad los manzanos - Gracias, Al. - le suelto, y me sorprende haberlo llamado por su diminutivo, increíble que en su cara se asome una sonrisa mientras que sus ojos (lo que no me sorprende) expresan curiosidad por mi amabilidad. - Muchas gracias Ben, por lo de hoy. - dice Kan sin despegar la mirada de la llama que se mueve rápidamente en varias direcciones. - Cualquiera de ustedes lo hubiera hecho si supieran controlar su quanar y hacer algo de magia blanca, no soy un héroe y si no lo hubiera hecho de todas formas nadie estaría lastimado. Lamento haberlos preocupado y haber atrasado todo rompiendo el conjuro, sinceramente no era mi intención, si lo era terminar con todo éso. -. Mis palabras rebotan en el bosque y el frio disipa el calor del fuego así que lanzo un hechizo simple en la fogata para acrecentar la llama. - ¿Que han visto? - pregunta Jack. A Kan se le llenan los ojos de lagrimas y nos cuenta que su visión se basaba en su madre siendo acechada por lobos feroces y ésta pidiéndole socorro; Corus dice haber visto como tres chicos se burlaban de él, insultándolo al igual que a su familia; Marco dijo haber visto a Nube siendo golpeada por un matón por lo que vuelve a mi mente su grito de furia ''¡Ven aquí, imbécil, ven a pelear como hombre!'' y danza en mi mente una y otra vez, para luego concentrarme en mí, y contar lo de mi padre y su asesino; Julian mira a un lado y veo como Jack lo despeina amistosamente, apoyando su angustia, comenta que vio a su hermano muerto saludando a lo lejos, alejándose cuanto más se acercaba, lo que lo hizo golpear muchas veces con las grandes rocas del lugar (puedo ver un moretón en la frente); Jack a su lado no quiere contar demasiado así que solo explica que es algo referido a una persona cercana en peligro, respetamos su falta de detalles, por lo que concluye Albert describiendo como una bella joven lo llama desde lejos, al acercarse lo seduce y cuando lo besa abre los ojos y ve ojos sin vida, viendo un cadáver junto a él. Ésta prueba no era física, estaba alejado de ello, tenía que ver con nuestra psiquis. Enfrentarse a nuestros miedos y tristezas es más difícil que combatir cualquier bestia del bosque, y eso se puso a prueba. ¿Que hubiera pasado si no lanzaba mi hechizo? mis sombras perdían poder cuando más las enfrentaba, supongo que esa era la clave para erradicarlas, simplemente combatir contra ellas, contra nuestros temores y lamentos.
 Termino mi manzana y la lanzo al fuego lo que la achicharra y deja escapar un olor delicioso al principio, para luego pararnos ante la presencia de los Hércules. A lo lejos observo como la cúpula oscura vuelve a formarse, me alegra estar en el bosque y no cerca de Pedrena y escuchar las quejas y el enojo del Hércules que la creó, si mal no recuerdo las palabras de Sigmun, su nombre es Dorión. Astral apaga la llama con un hechizo congelante, me quedo observando el movimiento de su mano derecha y su extraño guante de cuero negro con los dedos recortados, parece como si en su palma tuviera algo, no quiero molestarlo más, habrá tiempo para eso y me limito a empezar a caminar con los demás hacia el Este.

 Nos dirigimos a la prueba creada por los Hércules del Aire, el grupo donde comenzó Nube y Alma (lugar donde también han aprobado la preselección). Después de lo que vivimos no esperamos algo peor, estamos todos tranquilos y hasta muy curiosos de lo que puede ser el próximo desafío. Marco camina a mi lado pensativo y cuando estamos unos metros más adelantes del grupo, entre los Hércules y nuestros compañeros, me dice algo en lo que no había pensando hasta ahora: - ¿Te das cuenta de algo, Ben? Si algo está claro, y lo comentábamos con los demás mientras dormías, es que vas a ser uno de los seleccionados. Tu hechizo de viento en la prueba de los portales, tu inteligencia al atraer con la flecha encantada al pájaro gigante para que pelee con la serpiente y ahora ése increíble hechizo de luz que no solo eliminó a la sombras si no que destruyó el conjuro creado por un Hércules... faltan tres más pero creo que ya estás en camino para convertirte en uno de ellos. - Las palabras de Marco son acertadas, y muy claras. Desde que empezaron las pruebas lo único que hice es llamar la atención, lo contrario a lo que me dijo mi abuela. con su preocupado tono sincero. Lo que me dijo Sigmun en la cabaña ¿a que se refería? ¿Tiene algo que ver con lo que me ha advertido mi abuela?
- Chicos, llegamos al portal. Me tomé el atrevimiento de facilitar el viaje hacia el Este mientras descansaban. - Nos alegramos que no tengamos que caminar tanto y le agradecemos por lo alto, él parece ocultar una sonrisa de la vergüenza. Cuando paso por el portal me encuentro con un lugar realmente hermoso del Este del bosque, la llanura verde, donde el padre de Albert (a unos kilómetros de aquí) cultiva. A unos metros nuestro hay una tienda de color verde oscuro. Astral y Sigmun bajan de sus caballos y con una palmada cada uno envían a sus corceles al bosque. No puedo esperar más, la cuarta prueba está a punto de comenzar. ¿Que habrá dentro? ¿de nuevo espadas o arcos? ¿Quizá tengamos que utilizar magia? Estaría en ventaja con los demás, aunque no creo que sea éso. Cuando entramos nada de lo que pensaba yacía dentro, si no objetos que no me disparan ninguna idea de a que se basa la prueba: Largas sogas, Frutas (Cestos de hermosas manzanas, plátanos, duraznos, cocos, ciruelas y frutillas), varas largas y duras terminadas en rectangulares flexibles de cuero, unos especies de cintos negros con grandes hebillas que parecen ser de plata, escudos de todo tipo y forma, y otras cosas que nunca he visto. Todos miramos a los Hércules extrañados por lo que hemos encontrado, exceptuando Corus que esboza una sonrisa que me inquieta.
- Tomen lo que crean necesario y la prueba comenzará al salir. Los Hércules creadores de ésta son Tar y Uriel, Tar es un Hércules experto en supervivencia y destreza física, Uriel es un Hércules Cazador con afinidad en un cierto campo. - y salen de la tienda. Bien, algo entiende Corus que parece todos nosotros no, así que lo suelto: - Corus por tu sonrisa parece que sabes de que trata ésto, y... te agrada, ¿podrías... contárnoslo? - le digo sonriendo por su expresión, todos en silencio focalizamos nuestra mirada en su alegre rostro; Corus nos mira y se acerca al cesto de manzanas lanzándome una por los aires, para cuando la atrapado diga algo que no esperaba: - ¡Animales!

martes, 23 de septiembre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo nueve, La tercer prueba

Parece un clorión pero no es eso lo que nos despierta sino un sonido más grave y entrecortado. Me cuesta mucho abrir los ojos, estoy un poco molesto, parece como si no hubiera dormido nada en toda la noche. Cuando miro la ventana puedo observar que todavía no ha amanecido. Después del día de ayer necesitamos más tiempo para descansar, pero está claro que si queremos ser Hércules no podemos cansarnos tan fácilmente, así que en silencio nos preparamos para bajar. Todos estamos callados, y un poco de mal humor, así que de forma rápida vamos hasta el segundo y último piso para lavarnos los dientes y el rostro -gracias a que Jack nos advirtió que había instrumentos de higiene para cada uno-. Bajamos las escaleras y siento el frío tan gélido que parece cortar mi piel. Cuando estoy por la mitad del tronco escucho como a pocos metros del suelo Corus cae; en otro momento estuviéramos riendo pero nadie está de humor, excepto Albert que lanza una carcajada poderosa desde abajo. El camino hasta la orilla se torna pesado, imagino la energía y el tiempo que ahorraríamos si fuera tan bueno como para crear portales a voluntad, siendo realista estoy a varios años de poder realizarlos. Cuando llegamos Astral parece muy enérgico arriba de su corcel blanco, mientras que Sigmun lanza un bostezo que esconde mirando hacia atrás, el sonido lo hace demasiado obvio. - Espero hayan descansado. Nos espera la tercer prueba. - nos dice Astral y gira las riendas en dirección al Norte. El bosque de noche es bastante tenebroso, a veces se escuchan ruidos animales que no conozco y se mueven ramas, o crujen troncos caídos, así que me limito a acompañar la luz mágica de Astral con la mía para iluminar aún más el sendero. El sol empieza a aparecer justo cuando estamos llegando - Pedrena eh, solemos venir aquí a despedir a mi padre cuando se va a la ciudad blanca - comenta Corus, y me enseña la ruta aledaña que lleva al lugar -aunque está muy lejos de aquí-. Pedrena no es más que un paisaje al norte del bosque índigo, justo cuando termina, el cual se diferencia de los demás por ser una zona muy pequeña pero árida y repleta de grandes rocas de diferentes formas, con la curiosidad que desde los deshielos de las montañas del Oeste baja un caudal de agua poderoso, lo que después de mucho tiempo formo un gran rio que pasa justo por entre medio (por eso fue creado un puente para atravesarlo). Actualmente no hay mucha agua ya que estamos en invierno, pero cuando comience la primavera rápidamente eso cambiará. El sol está en lo alto y comemos algunas frutas que trajimos de la cabaña como desayuno. Los Hércules nos avisan que la prueba comenzará cuando el sol se pose sobre la montaña más alta, así que nos sentamos y buscamos algo que nos de una idea de que puede ser el desafío de hoy, no viendo nada más que rocas y más rocas. Luego de un rato estoy junto a Marco buscándoles formas y nos reímos al percatarnos que una se parece a Sigmun. Los Hércules se levantan y nos metemos en el suelo árido que caracteriza esta pequeña porción de tierra. Recuerdo haber leído sobre ésto en la escuela, no es natural su aridez si no que se debe a un pueblo antiguo que vivió en el lugar y ejercía una forma de agricultura letal para la tierra,  por otra parte aprovechaban las piedras para usarlas como hogar, colocando como techo pieles de animales u construcciones con madera extraída del bosque.

 - Es aquí. - empieza a hablar Sigmun. - Ésta prueba fue diseñada por los Hércules encargados del grupo de Fuego, James y Dorión. El primero se especializa en combate cuerpo contra cuerpo, y el segundo es un guerrero que estudia hace años la magia oscura, no siendo un Hechicero como Astral, pero si con la capacidad de hacer grandes hechizos. Cuando salgamos de ésta tierra comenzará la prueba. Es importante advertirles que si quieren pasarla tienen que ser valientes, repudiaré al cobarde ¿entendido? - todos asentimos y el parece satisfecho. Algo me llama la atención, no nos han dado armas ¿es que no nos vamos a enfrentar a nada? no logro comprenderlo, así que estiro mi rostro entumecido por el frío y pregunto cuando ya están a unos metros - ¿No hay armas? - al decirlo parece que hay un poco de miedo en mi voz, pero no es demasiado, de todas formas en las anteriores dos pruebas lo tuve; Astral me mira a los ojos con una mirada penetrante y bondadosa: - Si las necesitan aparecerán. - luego se da vuelta y siguen caminando en dirección a sus corceles. Momentos después desaparecen al pasar por entre medio de dos rocas. Mi respiración empieza a acelerarse y no entiendo el porque, algo anda mal, me duele la cabeza y me siento incomodo; como si de una cúpula se tratase veo como una especie de oscuridad empieza a envolver el terreno, de nuevo parece hacerse de noche, cambiando el sol por una luna brillante, y las nubes por estrellas que apenas brillan. Las rocas se ven espeluznantes cuando de pronto de ellas empieza a emerger una niebla horrible, espesa, de la que nos alejamos lentamente, agrupandonos como en la anterior prueba, mirando al exterior en circulo.
 - ¿Que es ésto? - pregunta Albert a lo que Marco responde - Niebla, idiota. - hubiera reído si no estuviera con el corazón tan acelerado, recordando lo mucho que mi abuela me ha dicho que me aleje de la magia oscura. Soy muy sensible ante las energías y ésta es de una vibración sumamente baja, me hace temblar las manos, aunque a los demás no parece afectarles en lo absoluto más que causarles temor. La niebla está por todas partes y no podemos ver bien a más de cinco o seis metros. - ¿Que dices? - dice Corus al aire pero nadie habló; lo miramos con atención pero él fija su mirada en la niebla, atareado. - ¿Mamá? ¿Mamá estás bien? Por favor contesta, ¡¿que te sucede?!- suelta Kan de pronto pero sigo sin entender nada. - ¿Quién ha sido? ¡Callate idiota! - gruñe Corus quien entra corriendo en la niebla. Kan hace lo mismo pero en otra dirección, no parecen escucharnos gritas que vuelvan. Algo en la niebla... algo está haciendo que se comporten así. Me recorre un frío agudo por la columna al escuchar gritar a Marco, furioso, a la nada misma. - ¡Ven aquí, imbécil, ven a pelear como hombre! - acto seguido se escabulle en el grisáceo humo. Jack, Julian, Albert y yo estamos petrificados, muertos de miedo. Escucho algo, gritos, no son de mis compañeros... es un hombre, me tapo los oídos pero aun así se oyen, como si estuvieran adentro mío, aunque los escucho desde afuera. Julian llora mirando un punto fijo - ¡Vuelve, por favor! - dice y corre hasta su visión. Intento ignorar lo que estoy escuchando, esta prueba pone a prueba nuestra fuerza mental y emocional, no tengo que dejarme vencer. Albert no habla, solo corre y desaparece. Jack y yo nos miramos, él también intenta tapar sus oídos, se sienta en el suelo y, sin poder aguantar más grita: - ¡Suéltenme! ¿Quienes son? ¡Salgan de aquí! - y veo algo tenebroso por demás, dos sombras de ojos rojos y forma humana totalmente negras lo arrastran hacia algún lugar. Estoy temblando, estoy solo, ahora solo puedo pensar en una cosa, los gritos que escucho. Mientras más le presto atención más fuertes se escuchan, y empiezo a ver algo en la niebla... no puede ser... - ¡Papá! - grito e inconscientemente voy corriendo tras él mientras veo como un hombre con una larga daga me amenaza con matarlo. Está ahí, lo puedo escuchar, lo puedo ver. Se ve joven, y en su rostro hay miedo, pero no cualquier miedo, ese que te vuelve un niño. ''No es real, no es real, no es real'' me digo en voz alta varias veces. - ¡Hijo, ayúdame! - Abro los ojos fuertemente - ¡No eres mi padre, jamás hubiera puesto en riesgo mi vida, preferiría morir antes que eso! - mis palabras se escuchan como eco en el vacío, puedo volver a oírlas una y otra vez por todas partes, me enloquecen. Los dos sonríen exageradamente dando paso a la risa, el hombre de la daga hace un corte asesino en el cuelo de mi padre y giro para no observar. No son más las voces que eran, vuelvo a mirar y parecen enojados, coloreando sus ojos de un rojo intenso y transformándose en dos sombras horrendas. Empiezan a perseguirme y corro lo más rápido que puedo, tropezando con rocas y cayendo. Estoy en el suelo... ''es tan solo una prueba'', me recuerdo... ¿como se supone que tengo que combatir con éstos entes? Las sombras me toman de los pies y me arrastran con gran velocidad. Intentar resistirse es inútil, dejo dos lineas larga en el suelo pedregoso de mis intentos por aferrarme a él, fallidos. ''Si las necesitan aparecerán'' - ¡No les tengo miedo! - grito, enfrentándolas. Ellas me miran con sus horribles iluminados ojos, moviendo la cabeza para ambos lados, como si me estuvieran inspeccionando. Observo como se ríen, sus voces son como chillidos de ave herida. Me paro como puedo y una vez arriba me empiezo a acercar a ellas. Sus risas me están volviendo loco, parece como si intentaran sacar lo peor de mí, y lo están consiguiendo. Tomo una piedra y se las lanzo, pero ni se inmutan, empezando a reír más fuerte. Piensa, tiene que haber una forma, algo que haga que desaparezcan. - ¡Claro, es magia oscura! -. Junto mis manos cerca de mi corazón y focalizo energía dentro de ellas: creo una luz blanca pura y brillante y con todas mis fuerzas la lanzo hacia las sombras y acierto. En el suelo se retuercen de dolor, y desaparecen antes de atacarme. Construí un camino con mi energía de magia blanca, al dejar de escuchar los gritos de mi padre y las voces de su asesino puedo oír los gritos, y los llantos de todos mis otros compañeros. No puedo verlos, pero ésto no puede continuar, no... ¡tengo que hacer algo! Amor, paz, armonía, bondad, hago brillar mi conjuro con pensamientos claros y puros. - Hora de iluminar la noche -. Lanzo el hechizo de magia blanca más potente que hice en mi vida pero hacia el cielo. Lo veo brillar como un sol blanco que luego se convierte en estrella, segundos después la calma; una explosión blanca estalla en el firmamento, la onda expansiva de mi hechizo está disipando la niebla, en su paso destruye a las sombras que perseguían a mi equipo y por último agrieta la cúpula de magia oscura y la destruye, lo que nos deja al descubierto pudiendo ver un sol escondido entre nubes grises, volviendo a ver la realidad mientras caen pequeños rastros de energía como nieve. Caigo de rodillas, siento nauseas y me duele el pecho, mi nariz está sangrando. Veo como Sigmun y Astral vienen a todo galope, preocupados. - ¡Benjamín! ¡¿estás bien?! - grita Astral, pero solo eso escucho, mis ojos se cierran y caigo desmayado.

lunes, 22 de septiembre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo ocho, Promesas

Los Hércules se acercan a nosotros sobre sus caballos; el de Astral es blanco como la nieve y tiene una crin larga y bien cuidada teniendo en algunas zonas anillos de diferentes tamaños que segmentan mechones. Lo miro a los ojos y el me observa con cuidado, sorprendido al igual que Sigmun. - ¿Donde aprendiste a hacer magia elemental, Benjamín? - me pregunta Astral curioso y me encojo de hombros - Mi abuelo... -titubeo un poco- tiene libros, y como siempre me interesé en el tema y soy muy autodidacta practiqué durante años, solo, en el bosque. Está claro que tengo muchos problemas para controlarlo, espero algún día ser tan bueno como tú- le suelto, sin intención de halagarlo, y sonríe. Los demás hablan con Sigmun que parece menos duro que al principio, pero sigue rígido. Astral continúa conmigo: - Tienes muchas cualidades, jamás vi a un joven de tu edad hacer hechizos elementales tan poderosos como los que lograste. Sigue así, Ben. -. Su voz es como cantada, simplemente es melodiosa y hasta delicada, pero masculina y serena. Nos unimos a los demás y ya casi está anocheciendo. Estamos todos exhaustos y, según nos dicen los Hércules, nuestras familias están avisadas que pasaremos la noche afuera. - Luego de la segunda prueba podemos descansar hasta mañana, se nos ha designado en la zona Oeste la cabaña al lado del lago. Ustedes lo harán ahí, nosotros debemos juntarnos con los demás en el circulo. Volveremos mañana antes de que amanezca, estén preparados para la prueba del Norte. - explica Sigmun y se van a todo galope, perdiéndose entre la vegetación. La cabaña está en la ladera de la montaña, en un árbol muy alto y fuerte. No es lujosa, ni nada parecido, pero es cómoda y acogedora. Desde aquí podemos verla, así que vamos en camino. - Disculpa, Ben, ¿Donde haz aprendido a hacer hechizos? - me pregunta Jack, y me mira con atención mientras caminamos. Le cuento brevemente, como lo hice con Astral, y los demás se reúnen a escuchar. No me gusta que me presten tanta atención así que los distraigo enfocándola en otra parte: - Y tu, Jack, eres bueno con el arco, le diste en el ojo a la serpiente. - funciona, ahora todos lo felicitan a él. Estamos a mitad de camino y se escuchan ruidos de animales que no vemos por la oscuridad, el sol se ha ido y lo mejor que puedo hacer es crear una luz en mis manos de magia blanca para iluminar nuestro andar, aunque podría también hacer fuego pero no logro contenerlo en la mano. Todos miran el resplandor que creo, es magia simple, sencilla, pero al no estar acostumbrados a ella se quedan atónitos. Cuando llegamos tenemos que subir unas largas escaleras clavadas en el tronco. Para entrar debemos correr una puerta deslizable y entrar desde abajo. - Ben, necesitamos luz aquí arriba - dice Albert, - Lo sé, Albert, déjame terminar de subir - le contesto con voz recia. Una vez arriba vuelvo a iluminar con magia y nos sorprendemos al encontrar en una mesa de madera alimentos para la noche: frutas, carne asada, verduras y agua. No hay lo suficiente como para atiborrarse pero si como para satisfacer nuestra hambre y sed. Corus es el que reparte en partes iguales mientras coloco maderas en el centro de la cabaña sobre el candero -un espacio especial que tiene algunas cabañas del bosque para crear fuego, donde se puede cocinar y calentar el lugar, éste mantiene alejado las llamas de la estructura y el humo se va por un conducto en el techo, justo sobre éste-. Podría crear fuego con las rocas y el pasto seco que está preparado a un costado pero lo hago más rápido con el hechizo de fuego que uso para calentar el agua de mis baños. El calor de la llama se siente de maravilla. Nos sentamos en el suelo y empezamos a comer sobre platos de ceramica que había en el lugar. Nos dedicamos a pasar la noche conversando, primero sobre lo acontecido, luego un poco más sobre aspectos personales. Estoy conociendo un poco mejor a cada uno de ellos: Corus es sumamente inteligente -algo que sabía- pero no es para nada tímido como pensaba, solo tienes que hablarle para que siga con una conversación amena. Su padre es científico y trabaja en el norte de la ciudad blanca -lo que sería la capital de nuestro reino- y lo que realmente me llama la atención es que no alardea de sus conocimientos. Nos explica que a pesar de haber terminado el centro de formación con honores no le apasionan los estudios matemáticos y lógicos, que su verdadera pasión son los animales -cosa que oculta porque a su familia le disgusta que siga ese camino y no el de su padre-, y que en realidad sus buenas notas se las debe a una rutina pactada por su padre desde niño que lo obligaba a estudiar horas continuas, comenta que todas las noches antes de acostarse, su padre le decía lo mismo: ''Estudio es futuro hijo, pronto comprenderás''; Julian es un poco más reservado y se limita a pensar sus palabras, expresando oraciones cortas y concisas, pero no me disgusta en absoluto ya que quizá solo necesite más confianza para poder ser el mismo. Apenas despegando la vista de su comida y de su amigo nos cuenta lo básico, dos hermanos más grandes que no viven en el bosque -no nos digo donde han ido-, una madre ama de casa y un padre leñador. Parece tener una vida tranquila; Jack tiene una costumbre extraña y de vez en cuando parpadea rápidamente y varias veces. Es alegre y a veces un poco presumido, aunque detrás de esa falsa confianza creo que hay algo más que no quiere sacar a la luz. Me sorprendo al enterarme que sus padres son arqueros y trabajan como profesores en los alrededores del bosque. Me sorprendo más al saber que su madre fue nuestra profesora antes de que sacaran por ley ese tipo de actividades en la escuela. De más está decir que ahora entiendo porque era el mejor con el arco, nos cuenta que practica en el bosque, justo como yo con los libros de mi abuelo; Albert hace lo de siempre, alardear su supuesto dinero. Comenta que su padre tiene tierras donde cultiva en la llanura verde -sitio de agricultura ubicado justo al este del bosque índigo, abastecedor principal de alimentos de la región sur-y lo bien que le va a su madre en la tienda familiar en el círculo del bosque. No lo escucho demasiado y de vez en cuando miro a Marco lanzando miradas cómplices, sonriendo a veces; Kan tiene padres comerciantes, pero no trabajan en el bosque si no en Barkeing de donde es origen y ha venido el mismo día que llegaron los Hércules. Nos comenta que también otros Hércules iban a pasar por su anterior aldea el mismo día que vinieron al bosque, por lo que no tuvo inconvenientes. Cuando le preguntamos sobre sus gustos piensa un momento y le brillan los ojos para luego soltar una simple y hermosa palabra: Música; Nos toca a Marco o a mí, como no nos decidimos y le otorgamos el lugar al otro, nos quedamos en silencio y empezamos a hablar al mismo tiempo, me golpea mientras reímos y continúo, explicando un poco quien soy. Saben quien es mi abuela, exceptuando Kan, así que comento lo mucho que la admiro a ella y a mi abuelo, ella hechicera solo de magia blanca, sanadora, y él un Hércules hechicero nomade, del cual aprendí lo poco que sé gracias a sus charlas de pequeño y a sus libros. Mi madre hace y arregla vestimentas y zapatos. Desde que mi padre murió en la guerra apenas nos alcanza el dinero, y hace dos años que la ciudad blanca decretó la disolución de la ayuda a viudas con hijos de Hércules caídos, por lo que empecé a trabajar como ayudante de comercios en el círculo para ayudar a mi madre, sabiendo que mi abuelo dejó de mandar dinero y que mi abuela no cobra por sus servicios -aunque de vez en cuando recibimos algunos regalos a nuestro árbol de gente agradecida, como ropa, alimentos e incluso espadas o arcos, éstos últimos los vendemos-. Para cerrar les explico mi amor por la magia y lo desconocido, y mi deseo de ser un Hércules hechicero; Marco me mira pensativo y al salir de su ensoñación comenta lo que yo sé desde hace años, su deseo de ser un Hércules Guerrero y vivir muy lejos de éste bosque. Él ama el mar, dice querer ir a vivir cerca de él -el mar del Este- en cuanto pueda. No dice más nada, y tengo muy en claro el porque, seguramente no confía en ellos como para hablar de su familia.
 Al terminar de comer dejamos los restos en la mesa y nos recostamos en la madera, mirando el techo, mientras seguimos hablando un buen rato más de temas para nada serios. Mis ojos se están cerrando de a poco, y por el sitio donde está la luna estaríamos acostándonos en mi hogar. - Hora de descanzar, mañana será otro largo día. - nos dice Corus, y todos concordamos. Al cerrar los ojos imagino la tercer prueba, imagino la cuarta, imagino como sería mi vida siendo Hércules, alejado de mi amado bosque, quizá de mis amigos, viviendo una vida llena de adrenalina. Trato de bloquear un recuerdo continuo que sigue llegando a mi mente: mi abuela advirtiéndome que no destaque en las pruebas. Oigo las pequeñas olas del lago golpear las orillas, el viento surcando el aire y acariciando la cabaña a éstas alturas. Marco se da vuelta, yo abro los ojos y lo miro esperando lo que está por decir, a media voz dice: - Ben, estamos juntos en ésto ¿entendido? No lo olvides amigo. -. Sus palabras flotan en el aire y se meten en mi cabeza, quedando grabadas. Respondo por lo bajo pero lo suficientemente fuerte como para que me oiga: - Es una promesa.

domingo, 21 de septiembre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo siete, La segunda prueba

''Los seleccionados son: Marco Fatuos, Albert Raminof, Jack Day, Julian White, Corus Neli, Kan Collins y Benjamin Themiforzs'' -hace eco en mi mente las palabras de Héctor-. Mis pasos son firmes y ligeros. Huelo el olor a madera de los troncos, al pasto y a la tierra húmeda del lugar. El sol entra por entre las ramas de los largos árboles y se siente cálido cada vez que eres alcanzada por uno de esos haces de luz. Camino en paralelo junto a Marco y Kan que no parecen tan nerviosos, los dos están en silencio igual de expectantes que yo por la segunda prueba. Astral y Sigmun conversan por lo bajo a varios metros adelante de nosotros, se puede observar como el más grande de los Hércules se inclina un poco a la izquierda para acercar su oído a la suave voz de Astral. Hemos quedado pocos, pero así ha pasado también con los demás, ni hablar con el grupo de Fuego, la pobre Helena es la única que ha quedado en él.
 Analizo a mis compañeros, además de Marco y Kan están Albert, Jack, Julian y Corus. A los últimos tres los conozco del centro de formación al ciudadano, pero lo terminaron el año pasado, uno de ellos, Corus, con honores; Julian y Jack son amigos o eso parece porque desde ayer los veo juntos todo el tiempo, es algo a tener en cuenta. Me toco la frente y noto la trenza de mi padre, me aseguro que atrás esté bien anudada, mientras imagino a donde nos estamos dirigiendo: si seguimos derecho, con mi conocimiento del bosque, vamos al Lago de las Montañas. El lago de la montaña es realmente hermoso, uno de los lugares más visitados en verano por los habitantes del bosque, y que en invierno apenas se visita, por supuesto aprovecho ésta época para venir; éste se ha transformado en mi lugar favorito cuando quiero estar solo. El lago es muy grande, tiene una orilla de pequeñas rocas, a un lado está limitado por la ladera de las montañas y luego por el mismo bosque: ''Cualquier cosa menos que la prueba sea meternos en el agua en invierno'' pienso. Minutos después mis sospechas eran correctas, la segunda prueba es en el sitio que creía.
 No hay nada sospechoso, solo una gran roca con forma envolvente en la que hay objetos que desde aquí no puedo ver con facilidad. - Hemos llegado. - Empieza a hablar Sigmun desde su corcel negro azabache. - Ésta prueba fue creada por los Hércules del grupo de la tierra, Tárcamo y Polan, el primero es un conocido domador de Bestias, y el segundo un prodigioso Arquero. Tomen sus armas, la prueba está a punto de comenzar.- Ésto no me huele para nada bien. Cuando nos acercamos a la roca gigante hay diferentes tipos de Arcos, algunos son largos y delgados, otros son más gruesos y cortos, hay de madera y otros de materiales más duros. Son tantos que podemos elegir tranquilos sin el vértigo de tomar rápido alguno antes de que te lo arrebaten. A decir verdad no sé nada sobre tipos de arcos, solo lo básico, recuerdo haber leído sobre ellos en algunos libros de hechicería de mi abuelo pero no hablaban de éstos si no de como encantarlos al igual que a las flechas, para hacerlas más letales. Hay uno que me llama la atención, es del mismo color que la espada que había tomado en la prueba anterior pero ésta tiene un brillo particular que me cautiva, adoro el índigo. El material es más pesado que la madera, pero parece mucho más resistente. Tomo un carcaj con flechas -las cuales son todas iguales- y salgo de la cueva que forma la roca. Todos tenemos el nuestro y nos colgamos el carcaj en las espaldas, esperando nuevas indicaciones de los Hércules. Cuando los buscamos ya no están por lo que empezamos a llamarlos, pero no responden. - ¿Dónde se han metido? -. pregunto al aire y como si fuera una respuesta se escucha algo que nos hace reunirnos en ronda, pegados, mirando al exterior: es el rugido de una bestia, parece un ave gigantesca. Hace años, cuando el centro de formación al ciudadano aún se llamaba escuela, nos enseñaban a tirar con arco, pero luego con los cambios y las nuevas leyes ésas materias físicas han sido extirpadas, espero conservar algo de memoria, aunque sea corporal, de como disparar. Saco una flecha y la preparo, tenso la cuerda y apunto al cielo, a la nada misma, esperando un objetivo. Miro a mi alrededor y todos hacen exactamente lo mismo, Corus y Kan parecen tener problemas con la preparación ya que de vez en cuando se les zafa la flecha y tiene que volver a tensar el cordón. No veo nada. - ¿Donde estás, monstruito? - suelta Marco que está a mi derecha, acto seguido se escucha un ruido acuoso en el lago y vemos como salen grandes burbujas del interior. Otra vez el grito de ave. No sabemos a donde mirar, ¿agua o cielo? y justo ahí se nos aclaran las dudas, ¡Cielo! Una especie de Águila gigante con cuatro alas y pico ganzúa sale de entre las montañas con las garras apuntando directo hacia nosotros. - ¡Hay que separarnos! - grita Jack, y todos corremos en direcciones diferentes. El ave impacta contra el suelo y deja un agujero en éste, llevándose gran parte de la tierra entre sus garras, a toda velocidad de nuevo al cielo. - ¿Que diablos? - Murmura Kan ahora sí con el arma perfectamente preparada. El monstruo aéreo se mete en el bosque de la montaña de nuevo y las aves pequeñas vuelan por todas partes con su llegada. Espero que vuelva a salir del mismo lugar donde entró pero no lo hace. - ¿Eso es todo? - grita Albert para luego disparar una risa atolondrada, me encantaría haberlo callado con un golpe pero lo hace algo mucho peor. Nos cae una lluvia discontinua pero no viene del cielo, algo ha salido del agua, cuando se disipan las gotas y puedo verlo con claridad doy dos pasos hacia atrás y me caigo: Es totalmente blanco, excepto sus ojos que son negros y aterradores. Tiene una forma que se me hace familiar, es casi igual a una cobra solo que tiene dos especies de alas que parece usa de aletas en el agua, y las mueve para todas partes mientras abre su boca y deja a la vista dos largos colmillos de serpiente. La serpiente marina sale del agua y serpentea dirigiéndose a Kan. ¡No puedo permitir que le dañe! Disparo pero mi flecha impacta en el suelo, a metros de la bestia. Los demás hacen lo mismo y solo una le da en su espalda, lo que la hace girar rápidamente y chillar con un sonido tan agudo que quiero taparme los oídos. Preparo otra flecha y vuelvo a dispara, ¡Acierto! y varios lo hacemos, pero no basta... - ¡Tiene que tener algún punto débil! - grita desde la otra punta de la orilla Corus. Si pero ¿cual? - Marco, tenemos que ver todo desde otra perspectiva, ¡subamos! - Le suelto señalando la roca donde están los arcos, los dos corremos tratando de alejarnos lo más que podemos de la bestia y empezamos a subir la roca. Una vez arriba observamos con detalle y contamos unos seis impactos de flechas, tiene que haber algo más que podamos hacer. Tengo miedo, pero ya no me paraliza, si no que me llena de una adrenalina que me permite actuar, consciente. Tengo que usar mi Quanar, tengo que hacerlo de nuevo. En vez de focalizar mi energía en mi mano sostengo una flecha y la concentro en ella, quizá lo mejor sea realentarlo, con un hechizo congelante, así que voy a hacer magia elemental de agua; el elemento agua es mi favorito de usar, y el que más se me facilita -extraño ya que, por lo que leí, es el más difícil de controlar en la mayoría de los magos-. Mi mente se nubla cuando escucho un grito aterrador, es Julian, y está siendo estrangulado por el monstruo marino. Todos le disparan y parece debilitar la fuerza de su asesina constricción pero sigue sin soltarlo. - ¡Va a morir! -. Mi flecha de hielo podría congelar una parte de su cuerpo pero no serviría de nada, no soy tan poderoso, no, no lo soy, apenas podría inmovilizar a un ciervo... tengo que pensar algo... - ¡Dispara Benjamín! -. Me golpea Marco y -cambiando de opinión- absorbo la energía que acumulé en la flecha para volver a cargarla de otro elemento, Aire. - ¡Dispara! -. Suelto mis dedos y la flecha no da en la serpiente si no que va justo donde quería, a donde está el ave gigante. Veo como en la ladera -en el sector donde impactó la flecha- los árboles se mueven para todas partes, está creando remolinos poderosos en el sector; luego... lo que buscaba. El ave grita y sale desplegando sus enormes alas y se dirige de nuevo hasta la orilla, al ver la serpiente marina cae en picada y con su enorme pico la toma desde su cuello luego de un chillido aterrado. Julian cae al suelo, tose un poco y se para gracias a la ayuda de los demás; está bien ya que no tarda en volver a tensar su arco. Las bestias luchan sobre el lago, en el aire, casi tocando el agua; la serpiente estrangula las patas del ave y ella picotea su lomo desgarrando su piel. Marco y yo seguimos disparando flechas desde arriba, mientras los demás se separan en la orilla y continúan junto a nosotros; finalmente lo impensado. Alguien impacta una flecha en el ojo de la serpiente -a juzgar por el grito de victoria que ha lanzado el merito se lo lleva Jack- y ésta empieza a dar mordiscos al aire mientras lucha con el ave. ''Que la muerda, que la muerda, que la muerda'' decimos tanto Marco como yo, hasta que se cumple: la criatura marina muerde el pecho de la aérea, y ésta le da un picotazo mortal en su cuello. Los dos caen al agua, retorciéndose juntos, quedando luego de unos segundos... inmóviles, muertos, flotando en el lago de las montañas. Segundos después se hacen cenizas y Astral junto a Sigmun aparecen de entre los Árboles, perplejos, y como si lo hubieran pactado los dos dicen al unísono: - Son buenos... -.

sábado, 20 de septiembre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo seis, La preselección

Marco me abraza con fuerza y yo hago lo mismo con él, abro lo ojos y observo como Sebastián se aleja lentamente hasta el sector donde se encuentran Sigmun y Astral, los cuales nos miran curiosos; por otra parte Kan me mira y sonríe con los ojos vidriosos, contento y exhausto. Un reflejo de luz roja aparece a nuestra derecha y del portal sale un grupo riéndose a carcajadas con sus manos desarmadas, parece que han tenido suerte en la selección. Me acerco a los demás, los Hércules nos observan sin decir palabra alguna, ya nada me sorprende de sus cambiantes actitudes, nadie les dirige la palabra todavía. Chispazo de luz azul y miro a mi izquierda, justo arriba del hombro de Marco, el grupo sale corriendo -algunos lloran, otros gritan, Edison se sacude con violencia-, exceptuando Albert que parece confundido, mirándolos como si no podría creer lo que está pasando y no entendiendo el porque de sus estados, me recuerdo preguntar por sus experiencias aunque me repugnen. - ¡Bien! Estamos todos. Queremos decirles que observamos a cada uno de ustedes, en sus respectivas selecciones y experiencias, analizando sus acciones, movimientos y decisiones en imágenes plasmadas en los reflejos de cada portal. Estamos decepcionados en algunos casos, y en otros realmente sorprendidos. -. Astral me mira justo en ese ultimo instante, eso me asusta, está claro que no es común controlar el Quanar -la energía vital que se utiliza para realizar hechizos- por lo que seguro se refiere a mí, o quizá solo sea mi ego el que me hace pensarlo, no lo sé en realidad. ¿Acaso fue buena idea mostrar mis habilidades? Los consejos de mi abuela sobre no destacar golpean mi cráneo y no me dejan pensar con claridad, Sigmun continua: - Observé mucha cobardía e ignorancia, y me dio mucho asco. Pero también observé agallas, potencial... -. ¿Algo positivo de él, y lo dice sonriendo sin ser irónico? Odio decirlo pero éste hombre empieza a agradarme. - Se que están atareados por la primer prueba, en ésta les hemos hecho enfrentar sus miedos en la azul, la lucha de la realización de sus sueños y sus actitudes al verse en lo más alto, en la roja, y experimentar el terror enfrentándose cara a cara a la muerte, en la negra -. Los demás nos miran con lastima, y algo más que no descifro. - Hay una nueva regla cambiada, procederé a leérselas:

 ''La unidad en equilibrio e igualdad decide de forma unánime que luego de la primer prueba de actitud se haga una selección de miembros para las próximas cinco. Los expulsados deberán volver a sus hogares sin la posibilidad alguna de ser parte de las fuerzas en el futuro. (...)''

Todos nos miramos entre sí, cuando dice ''fuerzas'' no solo se refiere a los Hércules Guerreros, si no a todo lo que a ellos refieren, tanto seguridad de la región, miembros de expedición, cargos en el consejo, y demás trabajos muy importantes... ésto es terrible ya que sin avisarnos estamos poniendo en juego nuestro futuro. Astral lo lee con un extraño tono, como si lo dijera por obligación, hasta parece triste por lo que sale de su boca, sigo escuchando atentamente:

''De más está decir que ésta decisión está basada en las necesidades de la región y cada uno de sus habitantes, colocando a cada quien en su sitio. Los seleccionados pueden elegir: Aceptar continuar con las demás pruebas, o dejarlas para el próximo año -entendiendo que solo se puede postergarlo una vez-. Les deseamos unas buenas elecciones. UEI (unidad en equilibrio e igualdad)''.

Astral levanta la cabeza y en su rostro se puede ver que se lamenta, aunque parece que trata de esconderlo; en cuanto a Sigmun no parece contento por ésto pero sigue con su expresión firme. Entre nosotros hay murmullos y pesar, nadie nos había avisado de ésto y ya no hay vuelta atrás, todo queda en manos de ellos. Somos callados por el Hércules más grande y nos dice que ésta preselección será realizada con los demás grupos en el circulo de la ciudad, frente a todo el bosque. Mientras vamos en camino Sebastián se acerca y yo me muevo hacia Kan, quien se lamenta que nos hayan hecho dejar nuestras armas al otro lado de un portal. Hablamos con Marco sobre los hechos acontecidos y en menos de diez minutos estamos de vuelta en el centro de la ciudad. Aire, Fuego y Tierra nos esperan separados en diferentes extremos del circulo. Al ubicarnos suena el instrumento de viento del pueblo y todos nos ponemos firmes mirando a lo alto de uno de los árboles donde habla Héctor mientras los nueve Hércules restantes están en fila abajo. Jamás vi tanta gente en el centro del bosque, increíblemente todos guardan silencio. Entre el publico veo a mi madre que me hace gestos a lo lejos, asiento con mi cabeza esperando que me esté preguntando si estoy bien... Si... estoy bien, por poco pero estoy bien. ¿Que hubiese pasado si caía en la lava? ''Acantilado de los caídos'' Marco luego de caer volvió a la superficie ya que Astral había colocado un portal debajo, por seguridad. ¿Eso es lo que hubiese pasado? Algo me dice que el Hechicero no hubiera permitido que nos hagamos daño, quizá todo haya sido más que nada una prueba psicológica por lo que nos explicó al terminar con el desafío. Desde arriba Héctor empieza a leer lo que nuestros Hércules nos habían leído hace unos momentos, la nueva ley. La respuesta de la población es obvia, negativa, pero nada pueden hacer, estamos a merced de las nuevas leyes. - Empezaremos con el grupo Aire, las seleccionadas para continuar son: Elvira Marnol, Sarah Maraly, Fedra Pros, Nube Clow, Alma Tarnis. Las demás, muchas gracias'' -. Quedaron, ¡Quedaron nuestras dos amigas! Con Marco vitoreamos junto a Sebastián, trato de ignorar lo anterior en éste momento, solo nos unimos por la felicidad de saber que siguen. Las demás se dividen en dos reacciones: algunas corren hasta afuera del circulo llorando y otras de forma lenta, avergonzadas. - En el grupo Fuego solo hay una seleccionada: Helena Magno. -. Es una de mis compañeras de clase, también me pongo feliz por ella, tiene un carácter curioso, a veces saluda al entrar y otras simplemente nos ignora a todos, pero no es mala... además no puedo negar que es muy bella. - Ahora empezarán con los chicos, ¡mucha suerte a todos! - Suelta Kan, todos le agradecemos y nos deseamos lo mejor entre sí, Héctor continua: - Grupo Tierra, los seleccionados son: Dorni Landom, Tai Álamo, Miguels Jackinson, Ulises Muller. -. Solo tengo trato con  Ulises que lo conozco desde niño, es el hijo del que era el mejor amigo de mi padre, cuando él murió no tuvimos más contacto, pero me cae muy bien solo que no nos cruzamos lo suficiente como para crear una amistad. Solo cuatro, de quince. Siento frío en la espina dorsal, el viento mueve mi mechón blanco y parece jugar con el viento, quedamos muy pocos en el círculo, luego de las palabras de Héctor todo será diferente. ''Que los dioses te lleven a buen puerto''. - En cuanto al grupo Agua, los elegidos son... - Mi corazón se detiene en seco, aprieto el brazo de Marco con fuerza y el me pisa el pié izquierdo como a un insecto, la pausa es más larga que las anteriores, ¡Vamos habla ya! - los seleccionados son: Marco Fatuos, Albert Raminof, Jack Day, Julian White, Corus Neli, Kan Collins y Benjamin Themiforzs. -. Vuelvo a respirar, con fuerza y rápidamente ¡Quedamos! Kan, Marco y yo nos abrazamos sin mostrar mucha alegría recordando que es solo la primera parte y que falta la ultima selección, la definitoria, que se realizará luego de los próximos cinco desafíos. No sé que pensar, miro a mi madre y sonríe aunque no parece una alegría verdadera. Noto que me olvido algo... ¿Sebastián? No ha quedado, veo como se abraza con sus familiares sin siquiera mirarnos. Cuento rápidamente: somos solo desdieseis personas: seis mujeres y diez hombres. Un Hércules de tes oscura, muy alto, con un bastón dorado en su espalda, habla y todos lo miramos: - Ahora, los seleccionados pueden escoger si seguir o dejarlo para el próximo año, entendiendo que pueden no volver a quedar pero teniendo la ventaja de entrenarse. - Bien, no pienso hacerlo, es idiota ya que para el año que viene todos los demás también se entrenaran, no tiene muchos pros más que ganar tiempo o... perderlo.
Nadie contesta, supongo que todos piensan como yo. Me detengo en Nube, a diferencia de Alma que tiene experiencia en combate cuerpo a cuerpo-enseñado por su padre, ducho en ésta habilidad- y tenía posibilidades en quedar, ella no posee algo así, es más, no se familiariza con nada que tenga que ver con la violencia: ¿Cual habrá sido su prueba? ¿Tendrá alguna habilidad que no conozcamos, como yo? Lo sabré cuando vaya a la prueba del Este, las organizadas por los Hércules de su grupo. - Bien, es hora de la segunda prueba. Ya la próxima vez que nos veremos será para la selección final, ahora los Hércules de sus grupos los guiaran a su próximo desafío. ¡Muchas gracias a todos! -. Astral y Sigmun se nos acercan. Trato de no hacer contacto visual con ellos y empezamos a caminar hacia el  Oeste. Me doy vuelta y saludo a mi madre antes de meterme en el bosque, no tengo idea que me espera, pero hay algo que si tengo claro: Quiero ser un Hércules como mi padre.