viernes, 3 de octubre de 2014

BENJAMIN THEMIFORZS; Capítulo once, La cuarta prueba

- ¿Animales? ¡Claro! - dice Kan, Albert parece reírse por lo bajo de la expresión que puso, lo miro con desprecio y él -patéticamente, debo decir- cambia de rostro rotundamente. Frutas, sogas... entiendo que muchos de los objetos que hay aquí puedan tener que ver con animales pero ¿para que quiero escudos? Algo viene a mi mente pero lo ignoro por completo, no creo que nos pongan en semejante peligro, incluso la prueba de las bestias del Oeste fue controlada, estoy seguro que unos segundos más de la serpiente apretando el cuerpo de Julián y Astral pulverizaba al monstruo marino con unos de sus hechizos, por lo que no creo que nos pongan en peligro en ésta tampoco.
 Bien, no hay reglas en cuanto a que cosas llevar, ni que cantidad, por lo que me tomo un momento para meditarlo mientras observo como los demás se quedan mirando que tomar excepto Marco y Albert que ya empiezan a hacerlo, pasionales y poco racionales como siempre. Soy el tercero en agarrar mis objetos y justo cuando voy a por el escudo Sigmun entra de nuevo a la tienda: - Olvidamos comentarles de una regla específica de ésta prueba, son solo dos los objetos que pueden tomar. Y recuerden que la prueba empezará cuando todos hayan tomado el objeto que hay fuera. - termina de decirlo y se va como un rayo con su caballo oscuro. Los que tomamos objetos los dejamos nuevamente para ahora sí pensar bien nuestra decisión. Veo varas largas pero sin el rectángulo de cuero en su punta, parece resistente y tiene la longitud de la lanza que tenía Kan a sus espaldas en la primer prueba, pero es de madera sin nada especial. Hay otras cosas que no tengo idea de como y porque utilizarlas. Todos tomaron sus objetos exceptuando yo, así que salen y todavía no he recogido nada. Me acerco a observarlo todo, no puedo retrasar el desafío así que lo hago rápido; segundos después de amarrar una soga tejida de excelente calidad a mi hombro observo que algo brilla detrás de uno de los canastos de frutas, hay diez de ellos y son pequeños, dorados. En mis manos no mide más que uno de mis dedos y tiene su mismo ancho, al examinarlo veo que tiene una abertura y me doy cuenta que es un silbato, ninguno los notó. - ¡Vamos Benjamín, la prueba está por empezar! - grita Marco desde afuera. Al salir corriendo veo como todos menos él y yo tienen escudos, luego examino el terreno: muy a lo lejos sobre sus corceles están nuestros Hércules observándonos. Escucho el ruido que nos ha despertado hoy temprano y me tapo los oídos de lo molesto, para que en unos momentos nos percatemos de algo curioso; hay diez arbustos que se están abriendo en diferentes lugares de la zona, dentro de cada uno de ellos hay un objeto que no logro ver por la lejanía. Todos nos acercamos al más cercano, es un huevo de unos cincuenta centímetros de color verde musgo, nada especial, aunque nos detenemos en una nota que tomo -a un costado- y empiezo a leer:

''Hay diez huevos que representan a diez animales diferentes. La prueba será satisfactoria cuando logren estrechar un lazo con éstos, calmarlos y -el más importante- montarlos, en cualquier orden. Al mismo tiempo es importante advertirles que la dificultad depende del animal que hayan escogido, por lo que está librado completamente al azar. Les deseamos buena suertes. Tar y Uriel''.

- No parece muy complicado. - concluyo, aunque no me miran muy convencidos. - Voy a quedarme con éste - dice Marco. Los demás caminamos en direcciones diferentes pero desde aquí puede ver la sonrisa de Corus a quien ésta prueba le calza perfecta por su devoción hacia los animales, y seguramente al mismo tiempo, por su conocimiento acerca de ellos. Veo uno rojo intenso a mi derecha y corro hasta él, tiene escamas en su exterior, largas y duras al tacto. Al tenerlo en mi pecho lo siento caliente, como una roca bajo el sol, y me pregunto que será. Una vez más el sonido horripilante y mi huevo se empieza a mover, primero de a poco para después descontrolarse. Al abrirse tarda solo unos segundos en empezar a caminar, y menos en crecer dejando de lado esas pequeñas alas para abrirlas de forma gloriosa: es un caballo en primera instancia, aunque rojo brillante, crin colorada repleta de cenizas calientes y alas gigantes aclarando hacia las puntas. Siquiera me mira, no parece muy peligroso pero si vanidoso. Camina hacia la derecha y me coloco frente a él. - ¡Detente! - pero él ni se inmuta y camina para otra dirección. - ¡ya basta! - digo y empieza a trotar con fuerza. Lo estoy corriendo y no sé como detenerlo así que saco mi silbato y lo toco con potencia. El caballo relincha al igual que los animales de mis compañeros que no he podido examinar aún, se detiene de golpe y su crin empieza a arder en llamas. Creo que he llamado su atención pero más de lo requerido: estoy corriendo y me persigue, de pronto dejo de escuchar sus trotes ¿ha parado? mis pensamientos se bloquean cuando me toma de mi chaleco desde atrás con su hocico y me levanta por los aires. Estoy lo suficientemente lejos como para morir al caer y me digo interiormente ''Astral no permitirá que te suceda nada'', eso espero. - ¡Suéltame! - grito reiteradas veces casi quedándome sin voz. Tengo que hacer algo, atacarlo no es buena idea entendiendo que el potro puede simplemente soltarme para que mi prueba termine, tengo que serenarme. Tendría que estar tiritando de frío en éstas alturas en invierno, pero no lo hago, el calor del animal no solo no quema si no que es reconfortante... si tan solo pudiera llegar a su lomo...; ''La soga'', todavía la tengo colgada en mi brazo, es complicado y peligroso intentar enlazarlo desde aquí, pero puedo intentarlo. Hago un nudo básico en el aire y le doy vueltas lanzándolo hacia arriba sin éxito alguno, así que me balanceo de un lado a otro y por fin acierto enredando su cabeza en mi soga, soltándome a varios metros y yo amarrándome a ésta más abajo de su caliente ser. Empiezo a trepar lentamente, no hay hechizo que pueda ayudarme para ésto, ni siquiera puedo hacer uno de aire a éstas alturas para acender ya que al no controlarlo bien podría complicar las cosas y terminar cayendo, o enfureciendo más al animal e intente atacarme. Cuando llego a su cabeza me mira con uno de sus ojos laterales y lo veo desafiante, trato de no fijar mi mirada por lo que me limito a concentrarme en mi fuerza y dar el ultimo impulso para subirme a su lomo y lo hago: tomo la soga y tiro de ella, increíblemente el fuego de su crin no la quema, y yo me alejo lo suficiente como para que no lo haga conmigo. Empieza a intentar darme golpes con su cráneo lanzando cabezazos hacia atrás, empezando a relinchar tan fuerte que seguramente se habrá escuchado hasta el bosque. Empieza a girar en el aire y a caer en picada. ¡Esto no lo había planeado! Estoy a metros del suelo, por más que tire del caballo nada lo detiene, he hecho las cosas mal: Astral aparece junto a mí de la nada y estamos cayendo juntos, me abraza y desaparecemos para reintegrarnos con Sigmun y sus corceles. Puedo ver como el caballo cae como una de las bolas de fuego de la primer prueba y se estrella de lleno contra el suelo, desapareciendo entre cenizas y chispas. Mi corazón parece estar a punto de estallar, estaba a punto de morir. Tenia razón no iban a dejar que nos lastimen, pero no puedo negar que mi orgullo ha sido herido. - Gracias Astral. - Le digo aunque sé que es su obligación, él mueve su cabeza y sonríe para que luego Sigmun diga algo que no me esperaba: - Tranquilo, apenas me llevo bien con Noche, imagínate con un Pegaso de Fuego. - dice mientras acaricia su caballo y rápidamente vuelve a ver a mis compañeros. Sonrío con amargura, mi prueba ha sido un desastre, solo espero que tengan mejor suerte los demás, así que me siento en el césped y observo como les va (no se han ni percatado de lo que ha sucedido conmigo ya que estaba muy alejado de ellos): Marco está acariciando a una especie de Jirafa pero sin el cuello largo, lo que me da un poco de gracia. Le está dando un alimento rojo, supongo que una manzana, y ésta friega su cabeza contra su brazo, si algo está claro es que le está yendo mejor que a mi y me alegro mucho por él; Albert está corriendo perseguido por una especie de perro gris tan grande como un oso; Jack está muy alejado y no puedo verlo, pero se mantiene quieto al lado de algo delgado y moreno, así que no creo que le esté yendo mal; Julian está protegiéndose con su escudo de un caballo blanco de alas triangulares, similares a dos trozos de vidrio, que de vez en cuando le lanza una rayo blanco que al esquivarlo e impactar en el terreno lo congela -por lo que su escudo a éstas alturas es un trozo de hielo-; Kan me sorprende al verlo estar montado arriba de un especie de castor peludo de patas muy grandes, simpático parece dar saltos alegres junto a él; por último Corus me deja boquiabierto, le ha tocado una bestia de grandes dientes y un cuerno muy largo justo en su frente, es de color azul oscuro y tiene alas muy brillantes. Me sorprende el hecho de que está sobre él, volando utilizando una soga agarrada a la bestia como riendas -justo como esperaba hacer yo con mi animal-. - ¡Les queda poco tiempo! - grita Sigmun sin dejar de observarlos a cada uno. Unos minutos más tarde Astral grita que se acerquen montados a sus animales quienes han podido. La pequeña jirafa de cuello corto llega primero junto a Marco en su lomo quien la acaricia con ternura, segundo lo hace Kan con su castor gigante, tercero llega Jack con un felino muy alargado, el cual me da un poco de miedo, y por ultimo baja desde el cielo Corus con su dragón de alas brillantes. Albert y Julian no han podido tampoco asi que vienen a paso desganado. - Muy bien - susurra Astral y sonríe un poco. - Despídanse de sus nuevos amigos - advierte Sigmun, para que luego todos desaparezcan en haces de luz.

 Ahora debemos volver a la ciudad según nos comentan nuestros Hércules así que empezamos con la caminata. A ésta alturas ya los cuatro grupos hemos terminados las cuatro primeras pruebas. Recuerdo que nos han dicho que luego de las primeras cuatro iban a haber otras dos las cuales iban a ser un poco diferentes ya que estaban organizadas por los dos Hércules restantes de los ocho que fueron distribuidos en los cuatro grupos, por lo que uno de ellos es Hector Benig, el de los ojos de gato. - Chicos, los felicito, les ha ido muy bien por lo que ví - les digo a Kan y a Marco luego de salir de mis pensamientos, y ellos sonríen y me lo agradecen. - Ben, ¿Que animal te ha tocado? cuando quise buscarte ya no estabas y te divise a lo lejos junto a los Hércules y sin tu animal - suelta Marco interesado - Según Sigmun me ha tocado un pegaso de fuego - digo levantando los hombros, Corus que estaba escuchando nuestra conversación se acerca con los ojos gigantescos mirando mis brazos y mi rostro - ¡¿Un pegaso de fuego?! son sumamente peligrosos, ahora entiendo el porque de tu fallo, esos animales son casi imposibles de adiestrar y montar. En el caso de los pegasos del polo, el que le tocó a Julian, también son muy peligrosos pero mucho más flexibles que el tuyo. Me alegra que estés bien -. Se veía realmente peligroso pero no sabía que tanto, está claro que sabe mucho de bestias y animales así que lo escucho detenidamente absorbiendo su conocimiento, de cualquier forma he sido un desastre en ésta prueba pero estoy feliz por ellos, y a decir verdad ya había destacado en las tres anteriores, así que no debo preocuparme demasiado, espero.
 Estamos a un poco menos de un kilómetro del circulo del árbol de la vida en el centro del bosque índigo, veo que empiezan a aparecer cabañas arriba de los árboles y que -curiosos- sus ocupantes se asoman para vernos. Veo a un niño saludar y como astral sonríe por ello, alzando sus manos, haciendo unos movimientos y creando un ave blanca luminosa que vuela directo hacia él; éste pone su mano en el aire y el ave blanca se posa en su dedo, segundos después desaparece en chispas de luz. Es una magia realmente hermosa, está hecha de luz y se necesita gran conocimiento para crear magia blanca con formas específicas, por lo que lo miro y solo pienso en una cosa ''Me encantaría ser tan bueno como él algún día''.

3 comentarios:

Aneley dijo...

Me encanta. Simplemente me encanta!!! Me encantó la historia y Amo los personajes!!! Espero con ansias los capítulos siguientes!! Y gracias por la inclusión ♡ ♡

Martín Meira dijo...

QUE LINDAAAAA ♥ Te adoro diosa

Aneley dijo...

Y yo a vos!!! Gracias por tanto ♡